Me escabullo entre los árboles. El sendero recto hacia la salida de Oasis me llama. La tristeza me abraza. La melancolía me arrastra. Camino sin dirección camino. Y camino durante unos 20 minitos. Enciendo un cigarrillo, y el humo se desvanece entre las nieblas. Me abrazo y sigo caminando.
Observo una pequeña cabaña a lo lejos. Luces encendidas y la música tan alta que caracteriza a un bar. Un bar que está a la entrada del pueblo. Es mi primera vez en este lugar. Durante semanas no he salido de mi casa, y la primera vez que lo hago es a un bar de bajo rango.
Entro y observo a todo el lugar. Apagado, sin vida, alcoholicos y prostitutas, conviviendo con poetas y escritores. El bar se llama "El paraíso".
Observo todas las mesas ocupadas, y varios hombres bebiendo, mujeres acompañando y otras sentadas en algún lugar de este mundo. Sigo observando el lugar desde la puerta, hace mucho frío, pero mantengo la esperanza de encontrar mesa alguna.
-Oye!_Grita una chica que está sentada al centro. Solo ella y una botella de tequila. -Oye si quieres puedes sentarte aquí. _Alza su mano.
Ella lleva un vestido rojo muy corto. Parece de la clase media, castaña clara y muy delgada. Sonrio y camino hacia ella. Tomo un asiento y me presento.
-Muchas gracias. _Digo con vergüenza. _-casi me iba.
-Oye no tengas pena. _Dice. Su voz ya se escucha descordinada y debil a causa del alcohol. _-Mi amiga subirá a tocar una melodía ahora. -Me llamo Angela. _Me dice.
-Mucho gusto, Angela. _Le sonrio.
-¿Gustas algo?_Ofrece.
-Claro. Gracias.
-OYE! MESERO. _Suelta una carcajada. El chico que está al otro lado de la barra le da su atención.
-Una de Vodka. _Pide. El mesero asienta y enseguida la sirve.
-Eres nueva en este lugar, ¿Verdad?_Observa.
-Unas cuantas semanas. _Digo.
Escucho que la música se detiene.
-Mi amiga, ella. _Señala.
Yo me vuelvo hacia atrás y observo a una chica con rasgos asiáticos como de unos 35 años , sentada en un pequeño y oscuro escenario tras un piano. _-Ella toca ese piano como si allí tuviera inmortalidad.-Es muy bello. _Comento. El mesero nos sirve de la botella en pequeños critales y la deja en el hielo.
-Salud. _Alza su copa Angela.
-Salud. _Le respondo.
-Qué sea por el amor que ya no está. _Brinda.
Yo, enseguida atraigo a mi su recuerdo. La sonrisa de Christopher y el calor que me da.
-Que sea por el amor que no está. _Le Acorto la frase. Y de un solo trago, bebo el vodka.
-Woooow!_Se sorprende.
-Solo es un mal momento. _Sonrio mientras observo las boquitas que coloca el mesero.
-Todos ellos tienen un mal momento. _Señala. _-Incluso Molly. _Observa a su amiga en el escenario. Quien interpreta a Beethoven: una de las sonatas más conocidas; Claro de Luna.
-¿Un amor perdido?_Curiosea.
-¿Qué?_Me pone confusa con su atrevida pregunta.
-¡Vamos! Venimos aquí a ahogar nuestras penas. Hay que hablar de ellas. Escondelas allá, afuera. Aquí vívelas.
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Nocturne. (Chris Evans) |Editando|
القصة القصيرةMientras escucho éstas melodías, a mi mente vieje la imagen de aquel hombre cuyo corazón mío pertenece. Siempre tan presente; siempre tan suya. Las claras notas fijan sus ojos en mi mente, ojos azules, azules como el cielo, clarecientes como el mar...