Capítulo 32: ¿Una trampa?

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¿Alguna vez sintieron que su vida no tenía sentido? Es exactamente lo que me estaba pasando en ese momento. Le preguntaba al cielo porqué todas las cosas malas me pasan a mi. Es decir, hay mucha gente más mala que yo y no sufre.

Han pasado 1 día —para ser exactos— desde que pasó lo de Dylan y Dayan y yo estaba tirada en una cama que no pertenecía a mi casa. Era la casa de Luck. Claramente, ya le había contado cada uno de los detalles y él me escuchó con sumo cuidado. Me ofreció dormir ahí y acepté. Desde ayer no contesto mi teléfono, sabía que todas las llamadas perdidas eran de Dylan. ¡Qué ridículo! Aparte de que me engaña, no me deja en paz.

—Supongo que no vas a contestar ninguna llamada de él —dijo Luck. Ya me conoce muy bien.

— Supones bien. No voy a sufrir más por un hombre —dije y me sentí orgullosa de haberlo dicho.

— Sí, eso no decías ayer...."Luck, ¿qué haré con mi vida ahora?, Luck, odio a todos los hombres" — me remedó. Y me eché a reír con una carcajada. Amo este chico —A mi es al único hombre que deberías amar. No ves todo lo que te he aguantado.

—Tienes la razón, eres el mejor amigo de todo el mundo y realmente, sin ti, estaría perdida completamente.

Otra llamada de Dylan. Luck contestó y le pegué un puño. Eso no estaba en las reglas.

—¿Si? Sí, soy yo.

—....

—No, ella no te quiere ver— me miró y me pasó el teléfono—Quiere hablar contigo. —negué enseguida, pero él asintió—, hazme caso.

—¿Hola? —dije y escuché un suspiró del otro lado.

— Gracias al cielo que me respondes, Bella —dijo Dylan—No sabía que hacer, ya iba a ir a buscarte como loco. ¿Dónde estás? Déjame verte, por favor.

—Yo...— Luck asintió. Él no me haría algo que me haga daño, así que le creí—Estoy en casa de Luck.

— Voy para allá

Sabía que me arrepentiría de esta decisión pero igual ya está tomada.

—Es lo mejor. Escucha lo que tiene para decirte —me aconsejó Luck.

—Ya lo sabes, ¿no?

—Sí. Ahora ve.

Dylan no duro ni 10 minutos en llegar. Ahora sí es puntual. En realidad, no tengo ganas de verlo, ni de hablar. Salí y estaba enfrente de su auto pasando su mano por su cabellera y con la otra mano sostenía un cigarillo. Caminé lentamente hacia donde él estaba.

—Bella, déjame explicarte todo —sacó el cigarillo de su boca y botó el humo. Lo tiró al suelo y lo pisó.

Genial, dañando el mundo. Muy bien Dylan. ~pensé.

—¿Qué me vas a explicar? ¿Qué me dejaste plantada porque estabas con Dayan? ¿Eso? Porque ya eso lo vi y no estoy para que me lo repitan —se agarró el cabello de forma exagerada.

—¡Demonios! —golpeó su carro—No fue así. Todo fue una trampa.

¿Una trampa?

—¿Cómo qué una trampa? –algo en mi se tranquilizó un poco. Dylan me dijo que me amaba y algo en mi todavía quería creer en esa parte.

–Fue una trampa de mis padres. Recuerda que ellos quieren que me quedé con la empresa, por eso enviaron a Dayan para que hiciera eso.

–¿Y cómo sabían tus padres que tu y yo teníamos una cita a esa hora? –Si bien podría ser cierto que fue una trampa, también se podría estar inventando cada cosita. Vamos, también fue un asesino. Puedo esperar lo que sea.

–Bella, estás pensando en voz alta –¡Mierda! Me sonrojé, que vergüenza. Me miró un poco dolido por lo que dije– Me merezco que me trates así. Sé que no  he sido el mejor novio, pero prometo que puedo mejorar cada día más. Yo le dije a mi madre que tenía que salir temprano para verme contigo y seguramente le dijo a Day. Si quieres te muestro las cámaras de seguridad, vine preparado para cualquier cos..–estaba apunto de mostrarme las cámaras, pero lo interrumpí.

–Está bien, te creo. No me tienes que mostrar nada. Te perdono solo si me llevas a comer una pizza. –en sus ojos pude notar un gran brillo de felicidad y al decir esto, me abrazó, me alzó y me dio una vuelta.

–¡Joder, estoy tan feliz! Te amo–me dio un beso en los labios– Te amo– en las mejillas– Te amo– en la frente y así sucesivamente por toda la cara—Vamos a por tu pizza.

–Me vuelves a dejar plantada y te cortó las pelotas.

Recogí mis cosas de la casa de Lucky le di un abrazo y le agradecí por todo. Dylan me abrió la puerta del copiloto y enseguida de subió a su lugar. A camino a casa nadie dijo nada y creo que era mejor así.

–Extrañaba como arrugas tu nariz cuando estás pensando o cuando estás molesta, pareces un hámster.

–¿Eso es un cumplido? Porque si no lo es, entonces, tu cara se ve vieja de tanto fumar -dije y él rió. No hay nada que ame más que su risa.

–Tu no cambias, ¿verdad, preciosa?

–Jamás, precioso, jamás.

My Bad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora