Capítulo 4: Mejor amigo

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Abrí la puerta de mi casa y entré. El olor a pie había inundado mi hogar. Mi madre era una excelente cocinera y repostera. La verdad, así es como nos ganábamos la vida. Ella preparaba pasteles y yo, pues yo trabaja en un café. Con eso nos manteníamos. ¿Papá? Bueno, no tengo casi información de él y prefiero no tenerla.

Caminé hacia la cocina, me detuve y observe a mi madre preparando el pie.

—¿No es un poco tarde para preparar un pie? —pregunte. Ella se asustó con mi presencia, reí y ella sonrió.

—¡Bella! —reí— ¿No es un poco tarde para llegar a casa?

Sonreí y ella negó como si no tuviera remedio. Fui a la mesa y le robé un poco de pie.

—¡Bella! —Lloró como niña— Había más en el refrigerador.

—Si pero, el tuyo se veía más apetecible.

Me fui a mi habitación, me duché y me cambié. Me acosté en mi cama, revisé mi celular y tenía un mensaje de un desconocido.

Mensaje de desconocido:

Bella, soy Kelsey. Por cierto, ¡hola! -11:09 pm

Mensaje de Bella:

Hola, Kelsey. - 11:10pm

Decidí guardar a Kelsey como Kels.
Espero que no le moleste.

Mensaje de Kels:

Espero que no te importe que Dylan me haya dado tu número. - 11:11pm

¿¡Qué él que!?

¿Cómo tenía mi número?

Mensaje de Bella:

¿Cómo tiene mi número? - 11:11 pm

Mensaje de Kels:

Tiene contactos. Me tengo que ir. Escuela mañana. Adiós. Xoxo -11:12pm.

Y finalmente, me acosté a dormir.

***
—¡Vamos, chicas. Solo les quedan 7 vueltas! —gritó el entrenador.

Estábamos en gimnasia y no era para nada suave la clase. Digamos que perdí peso en esta clase.

Tenía pensado en hablar con Dylan por el hecho de que tenga mi teléfono. No es que me moleste pero, si se lo dio a una desconocida, ¿a quién más se lo podría dar?

Terminada mis 7 vueltas, decidí ir a las duchas. Muchas chicas se apartaron de mi. Claro, era una de las más temidas pero, he tratado de cambiarlo. Una vez cambiada, cogí mis cosas y salí.

Perfecto, porque Dylan estaba al lado de los casilleros —fumando— y justo al lado de la cafetería.

Me miró y rodó los ojos. Lo imité. Caminé hacia él, suspiré y hablé:

—¿Cómo tienes mi número? —pregunté.

—No es algo de tu incumbencia. —me molesté. Es decir, mi número y soy yo.

—¿Por qué lo tienes? —era algo muy obvio pero, aun así quería saberlo. Y cuando creí que me iba a responder, no lo hizo.

—¿Por qué no tenerlo? —alzó los hombros e hizo un puchero.

Me reí sin poder creerlo.

—Eres imposible.

—Como tú. —dijo.

—Me voy —estoy enojada. Y sí, se notaba mucho.

Cuando me iba a ir, me sujetó del brazo y me acerco a él. Iba a protestar pero, me calle cuando me dio un beso en la mejilla. Cálido y suave.

—Adiós, Preciosa. —dijo, sonrío orgulloso y se fue.

***
Aún estaba en shock, si se podía decir. No podía dejar de pensar en ese beso, tal vez fue en la mejilla pero, se sintió...

—Bien...—susurré y suspiré.

Mi móvil vibro, indicando que tenía una llamada. Lo saque de la parte trasera de mi Jean y lo revise.

—¿Hola? —conteste.

—Soy yo. —dijo el Estupido de mi mejor amigo. Reí.

—Me estaba preguntando si....—fui interrumpida por él.

—Bueno, Adele, no te llamo para cantar. —Este chico que no tenía arreglo, por eso lo amo. —Como has reemplazado a tu mejor amigo, yo no lo he hecho. Entonces, vamos al café y vemos que podemos comer. En 10 minutos, nos vemos ahí, ¿vale?

Me pareció tan tierno y me alegre.

—Bueno. En el mismo de siempre.

—En el mismo de siempre— finalizó y colgó.

Me cambié, salí de mi habitación para avisarle a mi madre que saldría.

—¡Mamá, saldré con Luck! —grité y ella me respondió con un "Bueno".

Salí de mi casa y me fui caminado en dirección al café.

Dylan era un chico con el cual no se podía juntar. Yo quería que mi reputación cambiara y al juntarme con él, puede que baje más. Él es un chico malo y yo, tal vez, no sea la más Santa. Hice cosas malas en el pasado pero, pasado es pasado y al parecer, para mí, no queda olvidado.

Suspiré.

Ya era hora de superarlo.

Entré al café y vi a Luck, lo saludé, y me acerqué. Lo abracé.

No podía creer cuanto me podría hace falta mi mejor amigo, es decir, yo daría mi vida por él y hasta por más. Es mi hermano, él cual me protege y cuida de todo, por eso, nunca lo soltaré.

—Sé que me extrañaste —dijo.

—No sabes cuánto —dije, suspiré y me senté en la mesa.

—Cuéntame, ¿qué ha pasado?

—Esta Dylan Cooper...—me interrumpió.

—Ya no me agrada —Solté una carcajada.

Le conté todo lo sucedido desde que lo conocí hasta el beso en la mejilla.

Hablar con Luck, era como escribir en un diario. Podías contarle todo y se quedaría callado. Te daría consejos y no te juzgaría. Él es como una parte de mi, que nunca podrá ser arrancada. Como lo dije una vez: "Hasta que la muerte nos separe"

—¿Qué quieres pedir? —dijo

—Ya sabes lo que quiero.

Sonreímos malévolamente y gritamos:

—¡Sushi! —estallamos a carcajadas.

Este café, es más bien un restaurante pero, antes era un café. Luck y yo lo dejamos con el nombre de café. Y así, pasó nuestra tarde perfecta pero, sabía que todo iba demasiado bien para ser verdad.

Sonaron las campanas del café y entro la persona con la que tanto había pensado.

Dylan Cooper.

++++

¡Hola!
He querido subir desde hace rato pero, el fin de semana pasado se murió mi perra y no tuve mucha ganas de subir.
Pero bueno, he aquí. Espero que les guste.
Luck en multimedia.
Voten y comenten.
Este capítulo fue inspirado en mi mejor amigo. Gracias por estar ahí para cuando más lo necesito.
Los amo,
Natalia.

My Bad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora