Capítulo 30: Corazón a millón

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Volví hace rato, pero me detuve a terminar esta historia con todos sus capítulos para que pudieran terminarla feliz. Sé que los hice sufrir pero yo también sufrí. No se imagina lo bien que necesite ese tiempo. Sé que mi libro es leído por mucha gente, pero me gustaría interactuar con ustedes. ¿Podemos?

Voten y comenten. Los amo.

+++

Dylan me tenía atrapada con su brazo, si no estuviese molesta me parecería tierno. Sigilosamente me aparté de su lado, lo miré y no dejó de pensar en que puse todo mi esfuerzo en esa cocina ayer y él ni se disculpó. Me metí a bañar, me maquillé un poco. Debía ir a ver cómo iba el café de mi madre. Ahora que no estaba haciendo nada, creería que podía hacerme cargo de eso. Eso haría feliz a mi madre.

Mi madre..., la extraño tanto.

Salí del baño y Dylan se estaba levantando, lo miré y seguí caminando. No me iba a poner a pelear con él tan temprano.

—Bella, ¿para dónde vas? —preguntó Dylan sacudiendo su hermosa cabellera. Alcé mis hombres y salí del cuarto. Sé que él me estaba siguiendo. —¿No me responderás? Bella, mírame. —me detuve y lo miré. Y respiro—Sé que anoche me preparaste algo y que era de los dos, estuve muy ocupado pero te prometo que te lo recompensaré, ¿si? Recuerda que mis padres están matándome para ser dueño de la empresa y debo ver como deshago eso.

—Ayer era un día importante para mi y debía serlo para ti.

—Sí, lo sé Preciosa. Hoy saldremos a cenar. Te recojo a las 7, ponte linda, aunque ya tu eres eso —me dio un beso y sonreí.

No tenía de otra forma, tampoco podía ignorarlo toda mi vida. Además, todos fallamos y él sin duda se arrepintió de lo suyo.

Fui al café de mi madre, entré y saludé a cada uno de los empleados. Revisé que todo estuviera bien y les informé que por mi mamá haber muerto, lo mejor es que yo siguiera con el café y por ende, ahora sería su jefa.

—¿Alguna objeción? —todos se miraron, pero ninguno comentó— Entonces todos volvamos a trabajar. Alguien a quien sí debía contratar era a Luck, era muy buen con las matemáticas y me podía ayudar en todo lo contable del café.

Mensaje de Bella:
¡Hey! Te tengo un trabajo -11:30am

Mensaje de Luck:
Cuéntame, ¿en qué soy bueno? -11:33am

Mensaje de Bella:
Ahora eres oficialmente un trabajador del café. Eres el nuevo contador, Bienvenido. -11:36am

Mensaje de Luck
¡Vaya jefa la que me tocó!, ¿no? -11:37am

Reí por este último mensaje. Definitivamente, él no tenía arreglo. Y así pasó el tiempo, hasta que se dieron las 5:30 pm y ya era hora de cerrar. Pedí un taxi y me fui de regreso a casa. Noté que un carro estaba siguiendo al taxi.

—Señor, disculpe, ¿son ideas mías o el carro de atrás nos está siguiendo?

—Sí señorita, desde hace rato lo estoy viendo, pero tengo una idea de cómo perderme de su vista —al decir esto, comenzó a moverse por unos callejones y entrando por la avenida para así confundirnos con el tráfico y poder salir de ahí rápido. Lo logró. Al llegar a casa, agradecí mentalmente por el día que tuve hoy. ¿Debía decirle a Dylan lo de que me estaba siguiendo? Podría ser lo mejor.

Pero no quería que volviera ese Dylan ~pensé.

Luego de un largo baño con agua caliente, me arreglé y quede lista a eso de las 7 pm. Coloqué la Tv mientras llegaba Dylan para ir a comer.

7:30 pm, Dylan aún no había llegado. Debe ser que se le presentó algo.

8:00 pm. Dylan nunca llegó.

Me preocupé. Cogí las llaves del carro y fui en busca de Dylan. Algo me decía que estaba pasando algo malo. Llegué a la oficina de sus padres y subí el ascensor.

¡Diablos, me voy a quedar sin uña!
Piso 24.

Miré por todos lados y no había nadie. Luces apagadas. La única era la de su oficina al final del pasillo. Escuché risas, mi corazón palpitaba a millón por hora y yo no quería entrar. Pero cuando abrí, deseé no haberla abierto.

Day estaba en las piernas de Dylan, con pocos centímetros separándolos. Cuando Dylan me vio, se quiso quitar a Day de encima pero esta no se dejó.

—¿Ya nos viniste a interrumpir, querida? —Río Dayan.

Una lágrima bajo por mi mejilla y sentí que una vez más mi vida se acababa. Antes de salir corriendo, vi como Dylan tiro a Dayan al suelo y corrió hacia mi, pero ya era tarde. Ya yo me había ido.

My Bad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora