BRIBÓN

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Lago veilluese - límite entre el reino sureño y oriental - 1:50 p.m

Tenían más de una hora buscando en los alrededores y no en encontraban señal alguna de aquel bribón. Habían revisado cada rincón, cada árbol, cada arbusto, y no había ninguna pista del paradero de aquel ladrón de provisiones.

Taehyung pensó que podría aguantar un poco más aquel dolor de piernas que llevaba desde hace algunas horas, pero se equivocó rotundamente. Afortunadamente Jeon Jungkook jamás permitiría que el rubio sufriera alguna dolencia, no mientras él esté ahí para poder evitarlo.

El pelinegro estaba más que feliz con la idea de tener a un Taehyung adormilado montado en su espalda, mientras este le acariciaba la nuca con la nariz y de vez en cuando le daba pequeños besos. No, no tenía queja alguna con ello.

Bueno, es bastante obvio que el rubio estaba más que embelesado con aquel gesto. Adoraba recostar su rostro en la espalda fornida del menor, sentir la fragancia que desprendía su piel, aunque desde su estadía con aquellos chicos había dado cambios radicales con lo que normalmente hacían y utilizaban, adoraba la nueva fragancia que tenía el pelinegro. No podían juzgarlo por no aguantar esa maldita necesidad de besar la blanquecina piel del chico.

Habían estado tan sumergidos en su propio mundo que olvidaron la presencia de una tercera persona, la cual los había estado observando desde hacía ya rato. Le parecía graciosa la manera en que estos trataban de disimular, pero fallando rotundamente.

En todo el camino Hoseok mantuvo una conversación animada con los dos "amigos", descubriendo que en verdad sus personalidades eran bastante parecidas, pero a la vez eran tan opuestas.

Mientras que Jungkook era osado, Taehyung era más tímido. El menor era amante a la actividad física y al combate, el mayor amaba pasar tiempo descansando o retratando paisajes. Pero algo que tenían en común era que harían hasta lo imposible por los suyos, y eso era algo que el peli naranja apreciaba.

Ellos también pudieron conocer un poca más de Hoseok, el chico era un sol de persona. Amable, cálido, valiente, inteligente, audaz y sobretodo, leal. Jung Hoseok era la definición de perfección, el chico era atractivo, y con todas esas cualidades, era más que obvio que era el tipo de yerno que todas las madres quisieran. El único defecto que podrían encontrarle sería la sobreprotección que le daba a Daehwi, nada fuera de lo común considerando la situación en la que se encontraban.

Siguieron su camino devuelta al lago sin problema alguno, excepto por los balbuceos de un Taehyung dormido. Era sumamente adorable, pero tenía todo sonrojado a Jungkook; la verdad cómo no estarlo si él rubio se la pasaba repitiendo su nombre con un tono meloso.

Aunque la verdad estaba más que feliz, comenzaba a pensar que aquella "misión" había sido una idea espléndida.

Al lado contrario de donde se encontraban ellos, se hallaban el grupo de Seokjin y Namjoon. Los dos hermanos estaban bastante sumidos en su búsqueda, aunque con alguno que otro pensamiento que no se les iba de la cabeza.

- Hyung.- Namjoon fue el primero en hablar.- Hay algo de lo que quería comentarte.- tenía esto carcomiéndole la cabeza desde hace días y ya no podía más.

- ¿Qué sucede Joon?- preguntó curioso el mayor, por más que quisiera decirle que él también quería comentarle sobre aquella espinita en su pecho que no lo dejaba en paz.

- Verás.- Miró hacia el frente y tomó aire, no era fácil decirle lo que sus visiones le mostraron.- Desde hace unos días vengo teniendo una visión que no me deja dormir.- admitió.- Vienen en forma de sueños y siempre es la misma. Son como flashes de escenas diferentes.

EXIMIA DONUM - YOONMIN/VKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora