‹05.5›

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Gregory.

-¡Me prometiste que no le harías daño!

Escuchaba los gritos de Damien fuera de mi habitación, un temblor se adueño de mis piernas, abracé a Zeus con cierta fuerza; no me gustaba oir gritos, no me gustaba escuchar golpes. Un sollozo muy bajo salió de mis labios; escuche un fuerte golpe seguido de maldiciones. Y eso sólo lograba asustarme más. Escuche pasos cercanos a mi puerta; solo me pegue al tigre que estaba en mi cama, como si fuera mi protector. La mordida en mi hombro comenzó a arder y un gemido de dolor escapó de mi garganta.

-Bebé. -Él llamado de Stanley me hizo alzar la mirada, parecía un niño perdido y así me sentía. Ya llevaba casi un año aquí, mis padres no habían vuelto a dar señales de que me estuvieran buscando; y eso, me dolía en lo mas profundo de mi ser.

-¿S-si, Alpha?. -Pregunté de forma nerviosa, tenerlo ahí, con la mitad del rostro bañado en sangre. Me ponía todos los cabellos de punta.

-No estés nervioso mi pequeño, no te haré nada. -Sonrió mostrando sus caninos; solo asentí bajando la mirada. -Lo que escuchaste afuera, no le prestes importancia. -Acarició mis mejillas, sentí como cada músculo de mi cuerpo se tensaba.

-¿Quien era?. -Decidí preguntar, Stan me levanto en sus brazos y eso solo logro hacer que mi ritmo cardiaco se acelerará.

-Solo él idiota de Damien. -Bufo un poco, él miedo cruzo mi cuerpo por unos segundos. Hasta que recordé.

Él era él anticristo, ¿que daño podrían hacerle?

-¿Y como esta?. -Jugué con mis dedos, mesiendo un poco mis pies en él aire.

-¿Porque te interesa?. -Su fría mirada amarilla me recorrió de pies a cabeza, pase saliva.

-E-el, era mi amigo. -Murmuré, escuché una risa amarga de su parte.

-Seguro. -Su forma de reír hizo que se me helará la sangre, lágrimas diminutas querían salir de mis ojos. -Tan buen amigo que me dio información tuya por meses. -Eso me tomó por sorpresa; levante la mirada llena de lágrimas mientras mis manos se aferraban al cuello de su camiseta.

-¿N-no era mi amigo?. -Solloze a lo bajó, Stan me miró con molestia. La mordida en mi hombro empezó a arder más.

Stanley resoplo y con ello me dio a entender que era cierto, me quede allí. Estático en sus brazos sin saber como reaccionar a ello; las lágrimas descendían rápidamente por mis mejillas parando en mi mentón y en algunas ocasiones, resbalando hacia mi cuello. No sabía a donde me llevaban en ese momento no me podía importar menos; al fin y al cabo con los meses que he estado aquí entendí una cosa que mis padres nunca se tomaron la molestia de decirme, cuando te marcan. No te puedes ir, es como si quisieras cortar los lazos que te unen con tu destinado; la mordida se puede deshacer, pero es a través de cirugía, y la mayoría de los Omegas no lo soportan. Terminan muriendo, y muy fuera de lo que pensé, aun tengo pavor a la muerte; se que sera él descanso eterno, pero. Para mi, es aterrador la idea de un día solo ya no despertar jamás.

Increíblemente fuera de todo lo que pensé e imagine cuando me secuestraron, Stan dejo de abusar de mí. Craig por alguna razón ya ni siquiera me habla, Shelly se ha vuelto teóricamente en mi niñera cuando Stan no esta, y Laura y Randy son buena compañía; cuando no habla de venderme al mejor mercado, claro esta.

-Bebe. -La voz de mi Alpha me hizo levantar la mirada. -Shelly no puede cuidarte, increíblemente también tiene asuntos que atender. -Lo vi bufar, y la vaga idea de que me dejara sólo se me hizo muy lejana. -Te quedaras con mis padres, pero ya sabes. Manten a mi padre alejado. -Asenti ante su advertencia, y entro conmigo aun en brazos por las puertas de cristal.

-Stanley, hijo. -Randy fue él primero en hablar, detrás de él pude ver a Laura hablando con Liane.

-Padre. -Mi Alpha siempre lo trataba de forma distante, y no entendía él porqué. -Greg se quedara aquí mientras arreglo asuntos con la mafia del pueblo vecino. -Me dejo sentado sobre él mullido sofá de cuero, Sonreí con vergüenza, siendo saludado brevemente por Laura y Liane.

Me quede en silenció viendo como Stan hablaba con Randy, tenía él ceño fruncido y yo sabía él porque. Seguía bastante molesto por la ocasión en que intento venderme a unos mafiosos japoneses; no mentiré, ese día tenia bastante miedo.

-Madre, Randy. Tenemos invasores en él perímetro. -Vi rápidamente a Craig; mordí mis labios. Él solo me vio y sonrió forzosamente.

Un nudo se formo en mi estomago; realmente no esperaba él hecho de que por ser marcado se alejara de mi, en lo mas profundo de mi todavía sabia que lo quería; deje salir un pequeño suspiró y moví mi mano perezosamente respondiendo su forzado saludo. Stan paro su pelea con Randy, observaron a Craig y después salieron de la sala de reuniones. Me acurruce en él sofá, cubriendo con la manta; cuando ambas mujeres se vieron solas, se pusieron de pie y se acercaron a mi.

-¿Como te sientes querido?. -Liane me recordaba a mi madre en cierto punto, y aunque él recuerdo me llenaba de alegría también de una sensación dolorosa de saber que mis padres ni siquiera se esforzaron en buscarme.

-Estoy bien. -Sonreí de forma forzada, Laura guardó silenció y después negó tras una sonrisita.

-No lo estas cielo. -Sus palabras me hicieron sentirme pequeño, ambas sabían perfectamente como sacarme la verdad.

-E-es solo qué... -Terminé mirando mis dedos, mientras dejaba salir un suspiró pesado. -Se que, no podía estar con los dos, pero me hubiera gustado que Craig no se alejará ni me evitara como la peste. -Rasque mi mejilla, Laura y Liane besaron mis dos mejillas.

Me sonroje.

-Eres adorable. -Musitó Laura de nuevo. Se sentó a mi lado y acarició me cabello perfilando mi cara con su dedo. -Hablaré con Craig, después de todo; saber que él Omega que querías esta con otro no es fácil.

Me quede mirándola unos segundos, con los pómulos completamente sonrosados, ambas mujeres rieron y todo ruido cesó cuando escuchamos disparos cercanos.

"Estocolmo" [Stan x Gregory] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora