【𝘿𝙚𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙞𝙫𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙩𝙚 𝙨𝙖𝙡𝙫𝙖𝙧é】[Rengoku Kyojuro]

"Sacrificio"

◤                         ◥

Oscuro. 

Frío. 

Hostil.

◣                           ◢ 

Un ardor recorría mi cuerpo y no me sentía a gusto, para nada. Un dolor atravesaba mi cabeza y el bullicio a mi alrededor crecía por lo cual terminé abriendo mis ojos con algo de temor. 

—Ha despertado~ Se ve tan apetitosa— Mis ojos enfocaron con terror a ver tantos demonios, podía sentir sus auras eran extremadamente poderosos, niveles inimaginables que mi cuerpo comenzó a solo temblar. 

—Muzan-sama tiene un buen gusto— Habló un jarrón con algo amorfo dentro—Pero nada supera mi arte. 

Trate de retroceder sobre la superficie en que me encontraba, pero solo me topé con un hombre de vestidos de samurai y 6 ojos rojos, totalmente aterrador. El sonido de unas cuerdas me hizo prestar atención hacia la mujer que caminaba con elegancia, era sumamente hermosa al igual que en el sueño. 

—Agacha tu cabeza, humana impertinente— El demonio aplastó sin cuidado mi rostro con fuerza, al instante sentí como la sangre salía de mi cuerpo, gotas grandes y cálidas bajan por mi nariz y mi frente. 

—Suficiente, suéltala— El agarre se esfumó y levanté con temor mi rostro hacia aquel llamado "Muzan"— Pueden marcharse, solo la necesito a ella— Los tres solo asintieron y de la nada desaparecieron, dejándome con la señora de tremenda belleza. 

Su sonrisa se volvió amable por unos instantes y nuevamente caminó hacia mí, el miedo por tener que estar con tantos demonios cerca de mí provocó que mi cuerpo estuviera paralizado. Con una de sus manos sacó un abanico y se agachó hasta la altura de mi rostro golpeado. 

—Niña, haz hecho lo correcto de no contarle a nadie que me haz visto. Veo que eres inteligente a pesar de ser una simple humana— La sonrisa amable pasó a una tétrica. Yo inútilmente saqué un gemido de miedo de mis labios. La mujer continuó con su monólogo. 

—Una simple humana... una simple humana con una asombrosa habilidad de predicción. Dijiste que sacrificarías tu propia vida por darle una oportunidad a ese cazador de demonios, veo que tiene un espléndido futuro si es que evitas que muera dentro de dos años— Las gotas de mi sangre comenzaban a despertar los instintos de la mujer, con el abanico cubrió su nariz y retrocedió varios pasos, es como si no fuera de su agrado. 

—Apestas a glicinas— Dijo con total desagrado y se mantuvo alejada por unos cuantos metros— Volveré a preguntar, ¿Sacrificarías todo por su vida?— A pesar de mi miedo y la parálisis, no podía evitar recordar esa imagen. Tomé valor de no se donde y mis ojos se fijaron serios sobre ella. 

—Y-yo, yo daría mi vida por él, definitivamente lo salvaré— La sonrisa se volvió a ensanchar y acto seguido, estiró su delgado brazo pálido y cortó un poco con ayuda de las uñas de su otra mano y estiró la sangre hacia mí.

—Bébelo y sírveme. Yo, Kibutsuji Muzan, prometo darte las fuerzas para salvarlo— Sin más que esperar. Estúpidamente abrí mi boca y las gotas cayeron sobre mi lengua. 

Tragué con repugnancia aquel líquido rojo que calcinaba todo mi interior, al pasarlo por mi garganta sentí mi cuerpo pesado, un dolor agudo sobre mi cabeza y mi corazón atacó. Sentí como lentamente dejaba de respirar y me afisxiaba, mis intestinos se retorcían y el resto de mis órganos querían explotar en cualquier momento. 

Perdí al instante el control de mi cuerpo y mi caí contra el tatami. Volví a sentir que la sangre de mi propio cuerpo me abandonaba, mis ojos lentamente se cerraron y no hubo nada más que silencio. Silencio sepulcral. 

Control, volví a respirar por mi nariz y mis ojos se abrieron confundidos al estar en una cabaña, en total oscuridad. Por mi cabeza se cruzó la idea de que hora sería o si fue solo un sueño más. . . Aunque lo veo imposible, todo se sentía real. 

Posé mi mano sobre mi garganta, pero el filo de mis uñas incaban ligeramente a mi piel fría, y eso me sorprendió, yo jamás tenía unas largas por mi oficio. Busqué desesperadamente algo, necesitaba luz para ver. Pero al abrir una cortina de paja levemente sentí como un terrible ardor caía sobre mi pie y lo volví a cerrar. 

¿Acaso soy...

La puerta se abrió y observé un hombre junto con una herramienta para arar la tierra, como instinto retrocedí con miedo, pero lo que me tranquilizó fueron sus palabras. 

—Tranquila, todo está bien— Al acercarse un poco más observé una cara totalmente apacible— ¿Cómo te llamas?— Yo trate de responder con naturalidad, pero algo en mi cordura evitó que mi voz saliera. 

—Amrg. . . Arh. . .—No podía hablar ¿Por qué? 

—Tómate tu tiempo— Negué con mi cabeza, simplemente no puedo recordar no como hablar sin embargo puedo pensar, puedo pronunciar lo que quiero decir pero mi voz no sale.

Simplemente no sale.