【𝘿𝙚𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙞𝙫𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙩𝙚 𝙨𝙖𝙡𝙫𝙖𝙧é】[Rengoku Kyojuro]

"Hilo"

Omnisciente

Para aquel rubio de llameante cabello le bastó medio día para llegar a la Sede de los cazadores y disponerse a ordenes de su patrón, pero en la entrada se encontró con su compañera Kanroji.

—¡Kanroji!— Se acercó para saludarla amablemente, su compañera conocida como el pilar del amor se giró y observó a Rengoku. 

Su ojos brillaron de alegría, pues desde hace meses que no se han visto por algún motivo con relación a sus misiones y deberes como pilar. 

—¡Rengoku-san!— Devolvió el saludo mientras ambos entraban en la residencia. 

—¿Sabes de que se trata la reunión?—

—Uhm...— La de cabellos rosas con verde lo pensó— Según Iguro-san hubo un problema en la misión de Shinobu-chan y Tomioka-san... al parecer él protegió a un demonio, pero no sé si se trate de ello— Ambos doblaron el la esquina y se encontraron con Usui, el mismo Iguro, Muichiro-san. 

Nuevamente, volvieron a saludarse y discutir sobre la reunión. Durante su conversación, Rengoku pareció algo desconectado como el joven pilar, miraba un poco hacia el cielo y puede que haya pasado un buen tiempo... prácticamente dos años desde que lleva desaparecida...

—Oye, Rengoku— Usui lo trajo de vuelta y el rubio cambió a su usual comportamiento— Te noto distraído. ¿Te ha pasado algo?— Preguntó el de cabellos plateados mientras lo miraba algo preocupado. 

—¡No! ¡Solo un absurdo pensamiento!—

—A eso me refería, ¿Cómo es posible que Tomioka haya violado las reglas... oh, hablando del rey del monte Fuji— Todos regresaron a ver a los kakushi, a los dos demás pilares y a los involucrados. 

Sin embargo, antes de que cualquiera comenzara a dar su juicio de valor acerca de las acciones tomadas de los involucrados, una de las pequeñas hijas de Oyakata-sama apareció para darles nuevas ordenes a todos. 

—En nombre de Oyakata-sama, todos los pilares deben de entrar a la sala de reuniones. El cazador Kamado Tanjiro-san y su hermana serán custodiados por los kakushi hasta que la reunión acabe— Todos se miraron confundidos, pero ordenes era ordenes. 

Y fue algo mejor, ya que los kakushi evitaron que el pilar del viento tomara la caja, este solo chasqueó la lengua y avanzó como los demás dentro de la residencia. 

Una vez todos sentados en el tatami, claramente Tomioka estaba algo apartado por lo que había sucedido en la montaña; pero los demás se mostraban inquietos y otros llenos de curiosidad. 

La puerta deslizante se abrió y se dejó mostrar el respetado jefe de la organización acompañado de su hija, ella lo ubicó con cuidado para luego sentarse a su lado.