Una promesa desde niños, yo te protegería de cualquier mal, aún si eso significara dar mi propia vida, yo lo haría. Definitivamente te salvaré.
˜"*°•. 𝐊𝐢𝐦𝐞𝐭𝐬𝐮 𝐧𝐨 𝐲𝐚𝐢𝐛𝐚 •°*"˜
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✔ Rengoku x OC
✔ No sigue el trama original...
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Omnisciente
Su garganta estaba seca de tanto correr, pero por suerte había encontrado una cueva vacía en donde ahora solo se encuentra refugiada del sol.
—Argnm. . .— Era frustrante para ella, llevaba más de tres meses en aquel humilde hogar, pero no pudo avanzar mucho con volver a hablar.
"Huelo a sangre... Apesto" Sus ropas ligeras y el kimono floreado estaba más que sucio, nuevamente suspiró "Ahora creo... creo tener el control" La muchacha se sentó y abrazó sus piernas mientras ocultaba su cabeza. "Yo sé que no soy un monstruo, no soy demonio como ellos. Simplemente, mi cuerpo se movió solo porque tenía hambre. . ." La chica continuó reflexionando hasta que observó que el sol se estaba ocultando dejando en el cielo aquella tonalidad naranja y rojiza. . . Sus ojos se perdieron en ese color, había algo especial en eso y le oprimía el corazón.
"Debo. . . debo buscar ropa" Sin más, se puso en marcha una vez que la luz dejó de resplandecer.
Intentó probar saltar entre los árboles, pues extrañamente sentía que tenía la fuerza suficiente, por lo que solo tomó un poco de impulso y luego saltó con todas sus fuerzas. Lo malo es que Ritsuko usó demasiado y ahora estaba mucho más arriba que las copas de los árboles. Tuvo miedo de morir al momento de caer, pero no ocurrió nada, solo simples rasguños por las ramas.
La muchacha ahora corría cuesta abajo con la esperanza de encontrar alguna casa y tomar ropas limpias, pero mayor fue su sorpresa al encontrar una pequeña aldea iluminada por los faroles, con algo de miedo observaba a las personas por el simple hecho que la juzgarían. Además que sus pintas son como los de una loca asesina. No puede hablar y tampoco quiere lastimar a nadie por el hecho de defenderse. Era un problema.
"Robar está mal. . . no solo puedo entrar a una casa y tomar la ropa que se me antoje" Se frustró y decidió levantarse de entre los arbustos para regresar a su cueva, lo mejor era estar oculta y no lastimar a nadie. Pero un olor dulce, como si fueran de flores la atraía y miró en dirección de donde provenía.
Sus ojos viajaron por la entrada del poblado y observaba a la gente caminar, esto no le bastó y deseaba ver más allá de quien era esa persona. Pero algo que jamás pensó imaginarse ya hacía frente a sus ojos, podía ver a una mujer de cabellos morados y ojos un poco más claros, olía a flores pero no era humana. Ella parecía estar buscando con la mirada preocupada a alguien.
"Busca a Yushiro" Y fue ahí en donde se asombró, ¿Quien era ese Yushiro? pero más importante era el cómo sabía su nombre. Sus ojos le mostraron la realidad, ella jamás se movió y no tenía al frente a esa mujer. Eso podía ser una visión o algo parecido.
"Cada vez me entiendo menos" Miró la palma de su mano, aún parecía algo humana aunque las uñas sean más largas de lo normal. Ritsuko nuevamente estaba en un dilema, si era de buscar a esa mujer quien busca a Yushiro o solamente alejarse. "Creo. . . creo que debería buscarla" Tenía la sensación de saber en donde estaría la mujer parada por lo cual no dudo en rodear la ciudad y caminar por los lugares menos iluminados, no deseaba que la vieran.
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A pocos minutos iba a suceder la misma escena que vio, la mujer elegante con un exquisito aroma a floral estaría parada en mitad de la calle mirando preocupada a todos lados, tal vez buscaba a alguien.
"¿Dónde estará tal Yushiro. . ." Sus ojos se cerraron, pero su mente ya le proyectaba una nueva imagen, una no tan agradable.
Observó a un chico demasiado enfermo, tosía fuertemente y tenía bastante fiebre. Podía decir que pronto moriría, pero eso no era todo. Observa a la misma mujer quien le daba esa lastimera mirada al joven.
"—No creo poder salvarte, pero si te conviertes en demonio podrás vivir—" Habló la mujer. Los ojos de Ritsuko se abrieron y observaron a la mujer que ya hacía parada junto a la misma persona enferma. La muchacha sentía una ligera confianza hacia la bella mujer de kimono elegante. Era un alivio que ese tal Yushiro estuviera a su lado.
"Creo que será mejor marcharme de aquí" Se dijo a si misma mientras se volteaba hacia el campo llano. Era mejor solo estar encerrada, a lo mucho se bañaría esa noche en algún lago antes del amanecer y se quedaría encerrada en su cueva.
Ese era su plan. Sin embargo, el olor floral era más fuerte y sus fosas nasales se llenaron de ese aroma tan delicioso, no dudo en girarse con una pequeña sonrisa. Pero se asustó al encontrar esos salvajes ojos mirarle con odio, era ese chico enfermo llamado Yushiro quien estaba pasos más adelante que la mujer elegante.
—Yushiro, basta— Dijo con calma mientras caminó por un costado y se acercó a la sucia muchacha— Tranquila, no voy a dañarte— Iba a extender su mano, pero el gruñido de amenaza del muchacho pálido la detiene a ella, mientras que a Ritsuko le hace temer.
—No se acerque, Tamayo-san. Es un demonio— La mujer solo lo ignoró y volvió su atención a la chica.
—Dime quien eres jovencita— Las ganas de hablar de Ritsuko eran reflejados en sus opacos ojos, abrió su mandíbula y trataba difícilmente de articular algo, pero era casi imposible— ¿No puedes hablar?— Intuyó bien la mujer elegante, y a la contraria solo le quedó asentir— ¿Vienes con alguien?— Ritsuko negó con su cabeza— ¿Esa es la sangre de una persona?— Nuevamente niega.
—Tamayo-san, será mejor irnos— Decía Yushiro con el mismo tono de enfado, pero estaba mezclado con preocupación y confusión, ¿Quién era esa extraña?
—Yushiro— Su tono se volvió amenazante y su mirada fría cayó sobre el muchacho— Debemos ayudarla. . .— Giró su cabeza a la chica asustadiza— ¿Quieres ropa nueva?— Era claro que las manchas de sangre en su ropa y en su piel no eran de todo agradables a la vista. Tamayo retiró su abrigo y se lo extendió con cuidado a nuestra protagonista.
"Es cálido. . . muy cálido" Las lágrimas bajaban nuevamente por sus mejillas, abrazó con sus manos aquella prenda como si dependiera de eso, la mujer elegante se sentía algo conmovida y tomó por los hombros a la muchacha y caminaron fuera de aquel oscuro rincón.
Tamayo se ocuparía de esa nueva demonio, tal vez tenga que ver con su objetivo...