Primer Nacional

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Había pasado una noche bastante mala, aparte de que había empezado a llover y tronar. Me levanté desanimada al ver aquel maldito tiempo. Aquí hiciese el tiempo que hiciese se montaba. Miré la planificación del nacional y no habían suspendido ninguna prueba... Me senté pensativa en la cama, suspiré y volví a mirar el repiqueteo de la lluvia en la ventana, el centello de los rayos y después escuchar el sonido de los truenos. No me gustaba montar así, las tormentas me daban mucho respeto. Sonaron unos golpecitos al otro lado de la puerta.

-¿Cariño estas despierta?

Abrió sigilosamente, pero al verme sentada en la cama encendió la luz para ver mejor y se sentó a mi lado calmada.

-¿Estas bien?

Suspiré cansada.

-No he dormido nada bien, estoy muy cansada y este tiempo no es que anime mucho la verdad...

Dije desanimada. Me cogió las manos, eran suaves y delicadas.

-Cariño, no tienes que hacerlo si no quieres.

Asentí intentando no llorar ¿Qué me pasaba?

-Quiero hacerlo, es algo muy importante mama.

Sonrió y me beso en la frente.

-Solo digo que estas siempre bajo mucha presión, estarías bien que te tomaras un descanso, me da miedo que te pase algo y pensar que ha sido por que no te dedico el suficiente tiempo...

Negué rápidamente frustrada, no quería hacerla sentir así.

-Mama no digas eso, por dios. Eres la mejor madre que alguien pueda pedir.

Le dedique una tierna sonrisa y le anime para que desayunáramos juntas antes de la competición. El desayuno fue bastante tranquilo hasta que llegaron Erik y mi padre para recogernos. Erik me había comentado que vendría para animarnos, la verdad es que desde que estábamos juntos era la primera vez que se interesaba en venir a algún evento así para verme. Por una parte me alegraba, pero por otra no ya que sabía que lo hacía para poder intimar conmigo. Conocía a esa clase de chicos y cada vez me gustaba menos. Pero aun así no reproche nada, solo esperaba que no me molestara.

-¿Estas bien cariño?

Preguntó mi padre mientras íbamos al establo a recoger a Black.

-Sí.

Mentí lo mejor que pude, no quería que se pusiera melodramático. Durante el trayecto a la hípica estuve bastante callada, contestaba alguna pregunta que me hacía mi padre o Erik. Mi madre vendría más tarde a la pista, mientras nosotros cargaríamos a Black e iríamos a Roma. La noche anterior lo metieron dentro de las cuadras para que no pasara una noche tan mala en el padock aunque tuvieran caseta, era más seguro que estuviera dentro. Tampoco le importaba si el tiempo estaba así, él lo agradecía. Le eche comida especial para antes del concurso. Vitaminas y minerales que le ayudarían a estar bien, ya que es un caballo deportivo y lo necesita, aparte de que nos lo recomendaron los veterinarios. También seguía una dieta muy estricta, aunque le dejaban pastar (no muy a menudo) pero todo esto era cosa de mi padre, a mí no me gustaba que tuviera una dieta tan dura.

Mientras Black comía aprovechamos para guardar en el remolque las últimas cosas y cambiarme de ropa. Vestía con traje que me habían proporcionado mis patrocinadores, pantalón negro, el que llevaba hoy era de tejido impermeable, ya que los había pedido así, todo negro excepto una franja plateada a los lados de los pantalones y engalanando la chaqueta con el bordado del centro ecuestre Tivoli y el de mis patrocinadores. A parte de la camisa blanca y los complementos, guantes, botas, casco... Una vez me acabe de apañar fui directa al coche, ya habían subido a Black en el remolque y estábamos listos para irnos. Entré para asegurarme de que todo estaba bien, así era, estaba bastante tranquilo comiendo su red de heno, las protecciones para el transporte bien puestas y los nudos de seguridad sin ningún inconveniente.

Black HeartWhere stories live. Discover now