Alisa y Black estaban haciendo un recorrido fantástico, es verdad que la había visto nerviosa aunque no quisiera admitirlo, soy su padre y la conozco de toda la vida. La entendía, el tiempo cada vez iba a peor y hasta yo me estaba empezando a sentir culpable por haberla presionado tanto. Pero valió la pena, está a punto de terminar el circuito, apenas le quedan dos saltos... Es un poco difícil visualizarlos bien, por suerte esta tortura está a punto de acabar. Veo a Black dispuesto a todo aunque en el último salto que acaba de hacer ha resbalado un poco al caer, me levanto nervioso, cierro más los ojos para ver el gran momento. Están galopando al último salto con pendiente en bajada, el suelo parece una gran balsa, solo se escucha el chapoteo de las patas y el ensordecedor sonido de la lluvia. Miró al cielo, algo está pasando, ha oscurecido demasiado... parece de noche. Vuelvo a mirar a Alisa, están a punto de saltar, cruzo los dedos sin que nadie me vea.
Un ruido ensordecedor retumba de golpe por todo el campo haciendo temblar las gradas y un potente rayo cae apenas a unos metros de mi hija y su caballo. Trago saliva, no puedo creer lo que están viendo mis ojos. Siento como me empieza a faltar el aire, se me nubla la vista. Alisa acaba de tener una terrible caída, Black no ha conseguido recibir bien el impacto y ha perdido el control. Bajo corriendo las gradas sin pensar en nada más que mi hija y Black, escucho a su madre gritando de fondo con el alma rota. El corazón está desbocado mientras corro hacia ellos, Alisa no se movía, no se movía nada, estaba a punto de entrar en pánico. Ya habían llegado los veterinarios y médicos para atenderlos, antes de que yo llegase. El pobre Black no paraba de relinchar y retorcerse en el suelo. Nadia llegó a mi lado exhausta y chillando con los ojos hinchados y las mejillas empapadas de lágrimas.
-Esto no puede estar pasando...
Un agente se acercó a nosotros antes de que pudiera decirle nada a Nadia.
-Señor Newton lo siento mucho, por seguridad a su hija no pueden acercase más hasta que esté la situación bajo control.
Abracé a Nadia con fuerza mientras lloraba desconsolada, yo también quería llorar, gritar, me quería morir en aquel momento. No nos dejaban acercarnos más, aunque fuéramos sus padres. Mi pobre hija, mi niña... me sentía tan impotente en aquel momento, no podíamos hacer nada más que esperar. Enseguida mandaron ambulancia y remolque para llevarse a Black. Parecía que lo habían sedado, no se movía pero si respiraba, lo cual me aliviaba un poco. Sin embargo todo el mundo estaba encima de Alisa y no veíamos si estaba bien. Nadia no paraba de temblar, debía ser porque estaba empapada y aterrada por lo que le acababa de ocurrir a nuestra pequeña.
-¿Por qué la presionaste tanto Robert? Esto no habría pasado... si...
Pero volvió a echarse a llorar, sabía que esto era por mi culpa, siempre le había exigido demasiado. Pero en mi defensa, quería que tuviera un brillante futuro y fuera feliz, sin embargo había conseguido todo lo contrario. Uno de los médicos aviso al guardia para que nos dejara ir a ver que estaba pasando. No lo pensamos dos veces y fuimos corriendo a la ambulancia donde estaban metiendo a Alisa, nos plantamos frente al doctor empapados bajo la lluvia.
-Doctor dígame que mi hija está bien.
Pero sabía que no era así, en cuanto torcí el cuello para verla. Tenía los ojos cerrados, la había limpiado un poco el barro y estaban empezando a intubarla... Tuve que apoyarme en la ambulancia para no caer al suelo al ver a mi hija así.
-Ha sido una fuerte caída, es un milagro que su hija y el caballo estén vivos, sin embargo no podemos decirle con exactitud qué es lo que tiene ahora mismo, tenemos que llevarla corriendo al hospital. Esta inconsciente por el momento, sus constantes son bajas, tengan un poco de paciencia, sé que esto puede ser duro.

YOU ARE READING
Black Heart
SpiritualeLos animales son seres tan distintos a los humanos. Se cree que son ángeles ¿Y si tuvieran razón? A lo mejor no todos, ya que los animales carnívoros tienen sus instintos asesinos, pero a la vez, lo hacen por necesidad. Me llamo Alisa Newton y hace...