Kefálaio Térarto.

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En todo el camino no se dirigieron ni una palabra, sólo Jeongguk, que observaba al menor de reojo de vez en cuando.

Y así pasaron minutos hasta que llegaron al hogar del alfa.
Yoongi quería agarrar al insignificante adulto y golpearlo hasta que le esfumaran sus aires de grandeza, pero sabía perfectamente que el de traje era mucho más fuerte que él.

Jeon, por otro lado, disfrutaba y se deleitaba con sólo ver al omega moverse tan ligeramente, con un sentimiento de alegría que recorría todo su torso y se iba desplazando por sus resaltantes venas.
Sin duda el alfa iba a tener a su pequeño sí o sí, o eso él pensaba.

Ambos ingresaron al terreno, Jeon tomó rumbo hacia el gran sillón blanco de su salón y tomó asiento, cruzando sus piernas.
Descaradamente, le hizo una señal a Yoongi para que se sentara a su lado, a lo que este, se le quedó mirando sin hacer caso omiso.

  ̶̶  ̶̶̶  Siéntate.  ̶̶  ̶̶̶  y Dios sabía que Yoongi odiaba esa voz, la odiaba, pero esta vez se atrevió a hacer lo que muchos no, rechazar la voz de mando.

  ̶̶  ̶̶̶  No tengo ganas.  ̶̶  ̶̶̶  habló desafiante el pelinegro.
Inmediatamente Jeon se paró de su asiento con toda tranquilidad y caminó hacia Yoongi con parsimonia, observándolo con sus ojos melifluos.
El de ojos gatunos tembló inconscientemente, y el dominante lo tomó del mentón nuevamente.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Así que tenemos a un rebelde por aquí?  ̶̶  ̶̶̶  rió el mayor, llevando su rostro hacia el cuello ajeno, alertando a Yoongi.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Qué mierda crees que haces?  ̶̶  ̶̶̶   escupió con rabia, intentando alejar con sus dulces y pequeñas manos al alfa.

  ̶̶  ̶̶̶  Esa no es manera de hablarme.  ̶̶  ̶̶̶   agregó Jeongguk, ahora pasando sus belfos por el cuello del pobre rebelde.

Yoongi se estremeció y sus piernas comenzaron a temblar; estaba batallando para poder librarse del agarre del ajeno, pero él era mucho más fuerte y sin mucho esfuerzo, lo tomó de las muñecas, llevándolas a cada costado de su cuerpo para que no se siguiera oponiendo.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡No eres mi alfa!  ̶̶  ̶̶̶  expulsó al borde del llanto, removiéndose inquieto y forcejeando por su aclamada libertad, a lo que Jeon no le hizo caso.

  ̶̶  ̶̶̶  Pero lo seré.  ̶̶  ̶̶̶  y dicho esto, acercó sus dientes para intentar marcarle, para que él finalmente sea suyo.
Pero no era idiota, y no se iba a dejar marcar por nadie hasta que él no quisiera. Así que arrastró una pierna lo más atrás que pudo y luego la llevó con toda sus fuerzas hacia la entrepierna ajena, quedando completamente libre.

Obviamente después de eso, se fue corriendo lo más rápido que pudo hacia cualquier habitación que encontrase, ya que la casa era muy grande y tenía cuartos para establecer empleados y visitas.
¡Ay Dios! Ahora se arrepentía en parte de haber hecho eso, más ahora que escuchaba al alfa retorcerse e insultar.

Los quejidos cesaron, pero fueron reemplazados por pasos aproximándose hacia el pasillo que dividía a las habitaciones.

Inmediatamente Yoongi le puso seguro a su puerta y se acostó en la cama de la gran habitación; sus paredes estaban adornadas con una pintura de color vino, y la cama estaba cubierta con sábanas color azul apagado. Había un espejo grande con marco dorado al lado del baño que era propio de cada habitación, y algunos adornos como algún cuadro con un paisaje exótico, realmente el señor Jeon era un adinerado.

El pequeño había caído rendido ante la fuerza que hizo, había juntado todas sus energías para defenderse del alfa que ahora estaba buscando en cada habitación desesperado. Y sin más, se recostó sobre la cómoda almohada de algodón y cayó rendido ante los brazos de Morfeo.

El pálido se había despertado con la tenue luz del sol que se reflejaba en el vidrio de la ventana y caía sobre las sábanas azules, haciendo que su color tinto brillara. Su cerebro hizo un pequeño resumen de lo que había pasado ayer, y claramente no quería bajar ni tampoco ver al castaño.

Se levantó de la cama y se dirigió hacia el baño, para poder pegarse una ducha de quince minutos y salir, secarse y vestirse con la misma ropa a causa de que su maleta se encontraba abajo. Tomó asiento al borde de la cama y chequeó su celular, lo dejó a un lado y se dedicó a descansar un rato, aunque ya había dormido.
Estaba todo sereno, hasta que su momento de descanso fue interrumpido por estruendosos llamados a su puerta, y Yoongi, asustado, se quedó en su lugar.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Señor Min?  ̶̶  ̶̶̶  una voz femenina, que aparentaba ser de una señora mayor, se escuchó por el otro lado de la puerta, a lo que el chico abrió la puerta de inmediato. La señora miró con pena al omega y le dedicó una sonrisa sincera, lo cual le fascinó.

  ̶̶  ̶̶̶  Buenos días.  ̶̶  ̶̶̶  el bajito le dedicó una sonrisa, abriendo un poco más la puerta.

  ̶̶  ̶̶̶  Buenos días, el señor Jeon quiere que baje.  ̶̶  ̶̶̶  Yoongi cambió su sonrisa por una mueca de preocupación y nervios, mirando a la señora entre suspiros.

  ̶̶  ̶̶̶  Dígale que ya voy.  ̶̶  ̶̶̶  y dicho esto, el omega caminó con nervios hasta llegar a la escalera, en donde dudó en si bajar o no. Realmente bajaba y no ponía peros para no empeorar la situación, quién sabe lo que él podía hacer.

Al llegar a la sala, se encontró con un Jeongguk inexpresivo, que lo esperaba sentado con las piernas cruzadas mientras empujaba interiormente su mejilla con la lengua. Causando que los órganos de Yoongi se contraigan del miedo, no sabía qué hacer o decir.

  ̶̶  ̶̶̶  Buenos días.  ̶̶  ̶̶̶  rompió el silencio con su voz dura, gruesa y ronca, mientras le marcaban un ademán al menor para que tomara asiento.

  ̶̶  ̶̶̶  Buenos días.  ̶̶  ̶̶̶  respondió con la voz quebrada y bajita, tomando asiento al lado del alfa, como este le había indicado.

  ̶̶  ̶̶̶  A las diez me voy y no regreso hasta las seis, puedes hacer lo que quieras pero regresa antes de que venga.  ̶̶  ̶̶̶   Dicho esto, el pelinegro asintió con el entrecejo arrugado, odiaba que le pongan límites pero tampoco quería empeorar la situación.

  ̶̶  ̶̶̶  Young Mi, por favor hazle el desayuno a Yoongi y vigila que se lo acabe, anoche no ha comido.  ̶̶  ̶̶̶  le habló a la beta.
Ese pequeño gesto hizo que el lobo del omega se alborotara y estallara en felicidad, dibujando una sonrisa en sus labios.

 rebel just for kicks. ›› kookgi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora