rebel just for kicks. ›› kookgi.

Auguri.

El augurio de su desconsuelo había llegado al pasar de los años; las noches sin dormir, el profundo martirio azotando su pecho y las lágrimas dibujando caminos salados por sus mejillas.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Dónde estás?

  ̶̶  ̶̶̶  En el trabajo.

Era la única respuesta que recibía últimamente.
JeonGguk llegaba a la hora que se le daba la gana. Y dormía, pensaba que YoonGi se tragaba todas esas excusas falsas con sabor amargo y desabrido.

No pedía explicaciones, sería un acto de sandez rogar por una.

Pero estaba harto de tener que soportar el hedor a perfume costoso de mujer inundar sus fosas nasales, y de manchas rojizas mezcladas con morado adornar la piel del alfa.

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  ̶̶  ̶̶̶  Deberías descansar, Gigi.  ̶̶  ̶̶̶  pasó su mano por las hebras negras de su menor, que yacía su pálida frente sobre el escritorio.

  ̶̶  ̶̶̶  No quiero ir a casa, sabes muy bien porqué Tae.  ̶̶  ̶̶̶  elevó su cabeza para poder observar al de tez canela, que le brindaba una mirada cálida y enternecida.

  ̶̶  ̶̶̶  Escúchame, Gigi  ̶̶  ̶̶̶  suspiró, colocándose de cuclillas para estar a su altura  ̶̶  ̶̶̶ . La empresa es tuya ahora, no tienes ninguna dependencia fuera de lo emocional hacia él. Por favor, ya habla con él o haz lo que creas necesario, porque no es posible que hace un año llegues con gafas de sol a tu oficina para ocultar tus ojos hinchados.

No aguantó más, YoonGi rompió en llanto. El secretario rápidamente  ̶̶  ̶̶̶ y por reflejo ̶̶  ̶̶̶  lo consoló entre sus tibios brazos, dándole la protección que hace ya un año JeonGguk dejó de otorgarle.

  ̶̶  ̶̶̶  No... sé qué hi-hice mal.  ̶̶  ̶̶̶  dijo entre hipos y lágrimas, aferrándose al pecho ajeno.  ̶̶  ̶̶̶  siempre le di amor, lo ayudé cuando lo necesitó y lo consolé cuando estaba mal.

  ̶̶  ̶̶̶  No hiciste nada malo, no debes pensar así.  ̶̶  ̶̶̶  dejó un pequeño beso sobre la coronilla de su cabeza, repartiendo caricias sobre la espalda del pálido.

TaeHyung era un beta de veintidós años. Conoció al omega en sus inicios del manejo de la famosa empresa  ̶̶  ̶̶̶  que le correspondía al ya ser mayor de edad ̶̶  ̶̶̶ , y que controlaba con excelencia.
Se hicieron amigos muy íntimos al pasar de los años, llegando a convertirse en una parte importante de la vida de Min YoonGi.

Su anatomía era sencilla; Tez ligeramente amorenada, melena rubia e iris color mar.
Y cuando sonreía siempre formaba una linda curvatura cuadrada en sus labios.

  ̶̶  ̶̶̶  YoonGi, tu teléfono.  ̶̶  ̶̶̶  su mueca cambió a una inexpresiva al mirar el nombre reflejado en la pantalla, «Jungkook».

  ̶̶  ̶̶̶  Mierda.  ̶̶  ̶̶̶  musitó mientras un nudo se entrelazaba en el medio de su garganta, tomando el teléfono móvil entre sus gélidas manos.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Qué ocurre?  ̶̶  ̶̶̶  se aproximó para ser expectante de la incontable cantidad de mensajes recibidos en el buzón de mensajes del pobre omega, quien estaba casi temblando.

Tragó en seco su propia saliva, presionando la opción de contestar.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Qué haces que no llegas?  ̶̶  ̶̶̶  la voz
  ̶̶  ̶̶̶ para nada tranquila ̶̶  ̶̶̶  de JeonGguk retumbó en su oído derecho, causando que una electricidad atemorizante recorriera su cuerpo.