Kefálaio Dýo.

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El mayor se separó de aquellos exquisitos belfos, finalmente sonriendo ladinamente, llevándose la taza de café y la virginidad de los carmesí labios de omega.

El frágil y revoltoso pequeño se quedó boquiabierto, con las mejillas coloradas a más no poder y una cólera tremenda, pero cuando reaccionó se dio cuenta de que el alfa con labios sabor café ya se había marchado, dejando a Yoongi con rabia y a su lobo interior con tristeza.

  ̶̶  ̶̶̶  Me parece a mí, que te gustó.  ̶̶  ̶̶̶  dijo Seokjin mirando al menor con una sonrisa de "no me la creo", alejándose unos centímetros de él por si a este se le ocurría pegarle, lo cual fue inevitable porque el golpe lo recibió, sólo que esta vez de parte de Hoseok.

  ̶̶  ̶̶̶  Yoongi, ¿estás bien?  ̶̶  ̶̶̶  agregó Hoseok. Los dos betas fijaron su mirada en el omega que parecía no tener palabras para expresar.

Salí de aquel lugar con el sabor de los belfos del menor sobre los míos, observando cómo el auto se alejaba de la cafetería.

El mocoso me parecía conocido, esas lindas y delgadas piernas, junto con ese rostro de muñeco de porcelana que poseía.

  ̶̶  ̶̶̶  Me encantaría tenerlo sobre mi piel, deleitándome una vez más con su sabor.  ̶̶  ̶̶̶ 


Prometí que lo iba a encontrar, y el tiempo decidirá después.

Sonreí, tomando el café que minutos antes le había arrebatado al bajito, a la vez que le brindaba una vista rápida a mi celular, en el que casual y curiosamente había encontrado un artículo en las noticias destacadas;

¡Era él!

El chico que acababa de besar era nada más y nada menos que el hijo de los Min, los dueños de la empresa Exxon Movil Corp, con los cuales había colaborado hace unos años.

  ̶̶  ̶̶̶  Sí, nosotros tenemos un pequeño omega revoltoso, su nombre es Yoongi.  ̶̶  ̶̶̶  habló Yang Mi, dándole una mirada cómplice a su esposo, mientras que con las piernas cruzadas llevaba la taza de té hacia sus labios decorados con un labial rosa suave.

  ̶̶  ̶̶̶  En realidad nosotros estamos buscando un alfa para Yoongi, de preferencia que sea dueño de alguna compañía, así podemos unificar nuestras empresas y además adiestrar al rebelde sin causa.  ̶̶  ̶̶̶  suspiró el hombre de cuarenta y cinco años, acomodando las mangas de su costoso traje, mientras miraba con seriedad al empresario de veintidós años, que los escuchaba con suma atención.

Recordó aquella vez que había invitado a los Min para colaborar nuevamente, eso había pasado hace dos meses aproximadamente.
Repentinamente, tuvo la percepción de que su sonrisa ladina no desaparecía, y era nada más y nada menos que por el hecho de que el omega no tenía marca, lo que quería decir que sus padres no habían encontrado un alfa para él.


  ̶̶  ̶̶̶  ¿Y quién mejor que Jungkook, dueño de la mayor empresa de la faz mundial, para adiestrar al pequeño y de paso llevarse una unificación con su empresa?  ̶̶  ̶̶̶ 


  ̶̶  ̶̶̶  Kwan, por favor dirígete a la casa de los Min.  ̶̶  ̶̶̶  el hombre de treinta años ya tenía la dirección de la casa archivada, debido al número de veces que tuvo reuniones allí.

Iba a tener lo que quería sí o sí.

Luego de lo ocurrido en la cafetería, Yoongi se quedó con sus amigos a charlar de lo que pasó, y de cosas triviales sin importancia.

Ya habían pasado cuatro horas y acababa de acompañar a sus amigos a sus hogares. Ahora se dirigía al suyo, con sus auriculares puestos y sus pasos siendo llevados al ritmo de la música, continuando así por treinta minutos hasta llegar a su hogar.

Al llegar, le sorprendió bastante el hecho de que en la entrada de su casa se encontrará otro auto de color negro.
Le restó importancia porque de seguro era otra de las mencionadas reuniones de sus padres, ¿pero a esta hora?

Ingresó a la casa y se encontró con una imagen que lo dejó paralizado; Su madre, su padre y el hombre que lo había besado en la cafetería estaban hablando con euforia. Juraba que jamás había visto a sus padres con tal alegría.

Y el silencio no tardó en inundar la sala una vez que se dieron cuenta de que el omega estaba en el marco de la puerta.
Inmediatamente sus padres agrandaron su sonrisa y su madre se atrevió a hablar.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡Hijo!, qué tarde llegas, no importa, siéntate.  ̶̶  ̶̶̶  la mujer estiró su mano señalando el sofá que tenía en frente, justo al lado de aquel chico con aroma a pinos y café; Que se encontraba de piernas cruzadas, su codo apoyado sobre su pierna derecha y su mano cargando su mejilla, mientras miraba con una su sonrisa cargada de sorna a su capricho.

El menor miró con un gesto confuso a su padre, sentándose en el sofá, mientras aspiraba disimuladamente el aroma que emanaba el mayor.

  ̶̶  ̶̶̶  Hijo, sé que va a ser difícil de asimilar para ti, pero hay que hacerlo.
Nuestras empresas se van a unificar gracias al matrimonio que arreglamos entre el señor Jeon y tú.  ̶̶  ̶̶̶  añadió el señor Min en seco, algo que dejó mucho más pálido y atónito de lo que estaba a Yoongi, en lo que se le comenzaba a agitar la respiración, mirando con una mezcla de desespero y sorpresa al castaño.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡¿Que yo qué?!  ̶̶  ̶̶̶  se paró de golpe y todos los presentes allí se le quedaron mirando con asombro, menor Jeon, ya que estaba deleitándose con la buena vista que le daban los muslos de su futuro esposo.

 rebel just for kicks. ›› kookgi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora