Gelosia.

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El brazo de YoonGi era jalado abruptamente por el pasillo del departamento, provocando que quejidos lastimeros se oyeran por el edificio.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡Suelta mi brazo!

  ̶̶  ̶̶̶  Silencio.  ̶̶  ̶̶̶  sus ojos estaban centelleantes de furia. Y su mano se negaba a soltar el pequeño brazo de su esposo, el cual estaba dando golpes un poco fuertes, ejerciendo fuerza para escapar.

Tenía miedo, no sabía en qué bendito segundo JeonGguk lo había arrastrado hasta la salida.

El sabor amargo de la discusión entre TaeHyung y su carcelero yacía en su faringe. Había sido simple; tuvieron cruces de palabras y forcejeos, pero YoonGi no quiso traer problemas ni malestares físicos o morales, así que decidió marcharse.

  ̶̶  ̶̶̶  Súbete.  ̶̶  ̶̶̶  abrió bruscamente la puerta del automóvil del bajito. Sí, le había arrebatado de las manos las llaves mientras lo arrastraba.

No se preocupó en oponerse, se montó al auto en un triste silencio, que, a cualquiera que le viese le daría un profundo dolor en el pecho.

El aire lleno de cólera que el castaño reprimía en sus pulmones se expulsó en un suspiro, mientras el pálido reflejaba su mirada decaída y cristalina sobre el vidrio templado.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Qué hacías con TaeHyung, eh?

  ̶̶  ̶̶̶  No te importa.  ̶̶  ̶̶̶  el nudo en la garganta causaba que las palabras salieran quebradizas y débiles, abrumando al alfa.

  ̶̶  ̶̶̶  Contesta.  ̶̶  ̶̶̶  exigió, tomando la barbilla ajena con fuerza y repulsión.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡No te interesa!

  ̶̶  ̶̶̶  ¡Soy tu esposo, carajo, claro que me interesa!  ̶̶  ̶̶̶  gritó y gruñió, sacudiendo la mandíbula que aprosionaba entre sus dedos.
Ese rugido pudo haber espantado a cualquiera que lo oyera, y provocado que sus piernas se automaticen a correr.

Ahora el pelinegro se azotaba mentalmente por aquella mañana, aquel día que con una velada de sexo y pasión, y unas palabras melosas había caído inevitablemente ante los pies del alfa.

Había sido un grave error, se había enamorado como todo adolescente hormonal, sin pensar las consecuencias. Sin pensar en el mañana.

  ̶̶  ̶̶̶  YoonGi, por favor.

Los dedos fueron retirados del lugar, transportando la mano hacia su húmeda mejilla con suavidad para depositar suaves y cálidas caricias.
Pero no duró mucho, el omega había retirado su rostro de un tirón precipitado.

  ̶̶  ̶̶̶  Me estás haciendo enojar, cielo.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡¿Tú te estás enojando?!  ̶̶  ̶̶̶  vociferó con las mejillas coloradas del enfado, clavando la mirada sobre el muchacho.

Suspiró, pero no fue un suspiro de cansancio, fue uno de frustración y de llanto reprimido. No podía aguantar tener que dar explicaciones sin recibir alguna, así que se optó a abrir la puerta, siendo detenido por una mano aprisionando su muñeca.

Zarandeó la zona, impulsándose para adelante con desesperación.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡Me tienes harto Jeon, siempre haces lo mismo!  ̶̶  ̶̶̶  explotó, en lo que el alfa tensaba el agarre, causando que el pequeño cuerpito se retorciera en su lugar, soltando las lágrimas.

Sigilosamente, el castaño se deslizó hasta quedar en el asiento del copiloto, aún sosteniéndolo.
Lo atrajo hacia su pecho de un tirón un tanto salvaje, depositándolo sobre sus piernas.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Te calmaste?  ̶̶  ̶̶̶  cuestionó cerrando la puerta y colocando el seguro, impidiendo otro intento de escape.

  ̶̶  ̶̶̶  ¡¿Calmarme?!  ̶̶  ̶̶̶  mordió sus labios, masticando el odio  ̶̶  ̶̶̶  ¡Tienes la mínima puta idea de todo lo que me aguanté en lo que va del mísero año!

  ̶̶  ̶̶̶  No hagas eso, te vas a lastimar.

La malquerencia llegó hasta la palma de su mano, haciéndola picar.

  ̶̶  ̶̶̶  ¿Sabes lo que me lastima?  ̶̶  ̶̶̶   JeonGguk lo observó incrédulo  ̶̶  ̶̶̶ , me hiere que no me dejes hacer nada de lo que tu haces. Y ni siquiera eso, yo solamente salgo con mis amigos.

El bajito esquivó lo que realmente le hería, pero lo dejó en claro por el tono chispeante de odio en cada una de sus palabras. El castaño se quedó gélido, no podía procesar lo que acababa de oír.

  ̶̶  ̶̶̶  Y me tienes cansado, cansado de verdad, Gguk.  ̶̶  ̶̶̶  finalizó con las lágrimas al borde del abismo de sus ojos. Él lo amaba, amaba todo de él. Y por eso mismo podía, podía aguantar un poco más de dolor por su amado.

Necesitaba llegar al extremo, al colmo para que un golpe duro, seco y brusco en su corazón le hiciera derrumbarse, mandando inmediatamente la orden del divorcio a su cerebro.

  ̶̶  ̶̶̶  Ya, ya.  ̶̶  ̶̶̶  aprisionó entre sus cálidos brazos a su omega, acariciando sus cabellos y sacando su instinto de protección al mando.

Él sabía que la marca que los unía lo delataba de todo. Tenía en cuenta que su niño lloraba en las noches, mientras él se tiraba a cualquiera que se le cruzara. Y aún así no lo iba a consolar, no podía ir a acunarlo estando en ebriedad.

¿El motivo? Siempre que salía con sus amigos terminaba con el alcohol hasta la punta de su cabeza, siendo seducido por los omegas o betas de aquellos clubes.

Pero era tan cobarde que se negaba a darle una explicación válida a YoonGi. Lo quería para él, era su capricho más deseado, su tesoro, era suyo.

¿Es descarado, verdad? El hecho de que lo amara tanto que no lo dejara ir, que le ocultara la verdad por más que ya se supiera.

  ̶̶  ̶̶̶  Quiero ir con Hobi.

El hilo de voz lastimero en el omega retumbó por el auto, que era acompañado con el frote de sus manitos contra sus ojos para secarse las lágrimas.

  ̶̶  ̶̶̶  Vuelve a casa temprano.

El lamento de su pareja había tocado su arrogante corazón. La discusión no tenía una explicación si se veía obligado a dejar que su pequeño se marchara.

  ̶̶  ̶̶̶  Que descanses.  ̶̶  ̶̶̶  le cedió una sonrisa abrumada a su esposo, aún sabiendo que ahogaría sus penas en alcohol y follaría con otra persona que no era él.

 rebel just for kicks. ›› kookgi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora