Capitulo 5

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-Lo siento- Susurré y dejé que el piano le reventara el cráneo a Maritta. Cerré los ojos con fuerza cuando el charco de sangre se esparcía por todo el suelo. A mamá no le iba a hacer gracia.

Caminé lentamente por el pasillo, con un dolor interno que ni él iba a ser capaz de curar. Escuché a Sohyun gritar, sin duda por lo de Maritta, fui a mi habitación y me encerré ahí.

-Muy bien- Sonrió- Estoy satisfecho

Miré hacia abajo, sin duda estaba esperando que le contestase.

-Me alegro... Maestro

Me senté en la cama y cubrí mi rostro con mis manos, y me dejé caer. Había hecho una estupidez, pero tampoco me arrepentía del todo.

-¿Cual será mi recompensa? Maestro

-¿Recompensa?

-Me la merezco- Susurré

-Un orgasmo- Sonrió

-Menuda mierda...-Susurré

-Perdona, ¿Qué has dicho? -

-Nada

Me giré, de verdad me había afectado.

-¿Sabes? No merezco nada, así que olvida lo que te dije-

-Como tú quieras, y esas manos, deberías lavarlas.

Volví a verlas y estaban llenas de sangre, hice los ojos en blanco y fui directo al baño, ahí empecé a lavarlas, estaba jodido por lo de Maritta, ella no se merecía morir de esa manera.

-Hola- Susurró alguien con voz de terciopelo a mis espaldas

-¿Seung?- Me sorprendí- Vaya-
Por el reflejo del espejo se veía... Transparente, como un espíritu. Cerré el grifo y lo seguí admirando... ¿Cómo hace eso?

-¿Por qué estás así?

-Por el espejo, cada vez que ambos estemos al frente de un espejo, así me verás.

-¿Puedo tocarte?

-Adelante

Me giré y lo vi... ¿Tenía los ojos rojos o mieles? Lo observé mejor, eran mieles, acerqué una mano a su rostro, y acaricié uno de sus perfectos rasgos... Nada, lo sentía, pero era como tocar una combinación de agua, viento y fuego.

-Vaya- Susurré

-Vamos, no soporto estar así
Salió de la habitación y yo detrás de él, cuando llegué él ya era normal. Se giró y miré sus hermosos ojos mieles, sí... Eran mieles.

-Con estos nací- Me guiñó un ojo

-¿Entonces no naciste demonio?- Se encogió de hombros dándome a entender que no hablaría más del tema

-En fin, me gustó mucho la manera que has acabado con Maritta, y era un alma muy pura, tenía una conexión muy buena contigo, y eso fue excitante de cambiar. Ahora Ji.... quiero que descanses, mañana nos espera muchísimo trabajo

-¿Matar a alguien más?

-¿Sabes? La lujuria es algo que me encanta, me gusta desear algo que no puedo tener- Me miró de pies a cabeza con el labio mordido- Pero aquí, en esta casa, hay gente muy lujuriosa que quiere lo que le posee a los demás

-Una infidelidad

-Buena deducción jovencito, y sí... Una infidelidad, necesito que mates a alguien de ese triángulo amoroso, así que si los pillas in fragati, no te preocupes, follaran todo lo que querrán pero no volverán a ser felices

-Está bien, maestro

-¿Te he dicho que me pone que me digas maestro?

-Una vez, maestro

-¿Me está seduciendo?

-Tomelo como quiera... Maestro

-Pues en ese caso, tengo cosas que hacer, así que... Adiós Ji. Ya sabes... Se cuidadoso.... pero no tengas piedad.
~~~~~~~~~

Me desperté y lo vi, sentado en el sofá.
-Tengo un problema- Y ardía, mucho- ¿Puedes intentar hacerme lo que le hiciste al alma?

-¿Es necesario?-Arqueó las cejas- maestro

-Muy necesario, me tiene muy intrigado

-Está bien

Me levanté y sentía como mi mano temblaba, él se levantó y me miró fijamente a los ojos, volvieron a ser rojos, cerré mis ojos y me concentré en él. Era mucho más fuerte de traspasar que el alma, pero lo hice...
Abrí mis ojos y me seguía observando con la mirada perdida.

-Sientate- Le ordené y lo hizo, me sorprendí- Levanta- Y lo hizo- ven aquí- Y lo hizo sin decirme nada- No hables- Y no lo hizo. Gemí... Era suficiente, dejé de controlarlo.

.- ¿Está bien, maestro?

-¿Qué?- parpadeó perplejo

-¿Está bien maestro?- se dejó casi caer- Maestro

Lo guié a la cama y lo senté ahí.

-¿Maestro?

-¿Sabes que pudiste matarme?

-¿Qué?- Busqué sus ojos rojos, se levantó bruscamente y me miró con ira.

-Intentaste matarme

-No, Seung... yo... Yo nunca..

-Una de las reglas era que nunca intentaras conspirar en contra de mi, o si no... Lo pagarías con tu vida

-No Seung, solo hice lo que me ordenaste... Yo no..

-Que te calles- Gritó y pegué contra la pared- ¿Qué crees? ¿Qué no puedo morir? Claro que no puedo, pero solo pueden matarme ciertos particulares. Tú lo has intentado, pero dejame decirte que no lo conseguirás. Ahora... Te daré el castigo correspondiente

-No... Seung, por favor, escuchame

-No hay nada que escuchar, intentaste matarme y lo pagarás
Me dejé caer el suelo, de rodillas, abatido... Estaba dispuesto a recibir ese castigo aunque no lo me lo tenía merecido, no sé lo que hice... Pero mi intención no era matarlo.

-¿Por qué has intentado matarme?

Y lo miré a los ojos, sentí algo diferente en mi.

D E M O N I ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora