Capitulo 9

474 58 6
                                    

Ji despertó por un chasquido, gimió y buscó al gato con la mirada.

-¿Lucifer?- lo llamó y subió a la cama. El lo acarició y le pareció extraño que Seung no hubiese aparecido ya.

-¿Seung?- lo llamó -Maestro...

-Ji Yong- apareció.

Estaba vestido de negro, sus ojos rojos brillaban más que nunca. Se acercó y la hizo levantarse.

-Vamos Ji,tenemos cosas que hacer- le exigió

-Está bien, maestro.
Se vistió y corrió a su lado. Él tenía las manos en su espalda, de pie, esperándolo. Cuando Ji sonrió, este se colocó enfrente de el y con unas palabras-en un raro idioma- un alma perdida se materializó ante ellos.

-¿Quieres que te cuente la historia de esta?

-Amo sus historias, maestro
-Está bien- se acercó y se sentó en la cama- se tocaba pensando en su hijo

-No...

-Ajá, se estaba volviendo loca, y un día que su hijo de dieciocho dormía... Se le insinuó, él no quiso, y lo drogó. Se acostó con él y el chico la denunció, la condenaron a cárcel, pero en la de los hombres, fallos de antes- aclaró- ahí folló como a ella le gustaba. Quiero perfeccionar tu control mental hacia otras personas. Ahora que eres mi sumiso, estoy convencido de que no usarás tus dotes en contra de mi, así que lo perfeccionaremos.

El ascendió y se levantó animadamente.

-¿Cómo se puede perfeccionar?

-Tal punto que con solo una mirada hagas que caigan en tu poder

-¿Eso es posible?

Seung le volvió a ver y sus miradas se encontraron, al instante, el cayó de rodillas, pero sin apartar sus ojos de los de él.

-¿Ves?- le tomó el brazo y lo levantó- ahora, te exijo la máxima concentración y el máximo silencio.

-Qué Satán me maldiga- susurró él- será por una buena causa

-No sé, podría hacer algo mal y...

-No, no te castigaré, sé que no será intencionado, intentalo

-Pero... ¿Qué puedo obligarte a hacer?

-Coger algo, por ejemplo.

Ji cerró los ojos, no estaba seguro de probarlo con su profesor. Podría salir mal y ahí si que se iba a meter en un buen aprieto.

-¿Entonces?

- Está bien
Apartó la mirada y se concentró, pensó en lo que lo iba a obligar y suspiró. Se giró y sus miradas se encontraron.

Seung cayó de rodillas ante el sin apartar la mirada de sus ojos. Ji tuvo que retener una exclamación. Se inclinó a su altura y en suaves palabras susurró:

-Besame

Y así pasó, Seung tomó su cuello con ambas manos y lo acercó a él, lo besó... Casi sin fin, Ji se dejó llevar y al momento en el que se parpadea, se rompe el hechizo. Entonces... Si Ji cerró los ojos, ¿Por qué Seung no detuvo el beso?.

Tomó su cintura suavemente y lo dejó en el suelo, él encima. El beso terminó, ahora era respiración de el en solitario, agitada. En su habitación, solos, cuatro ojos rojos. Él se levantó y le ayudó.

-Me alegro que haya salido bien- susurró Ji.

-Está genial, Ji Yong, estoy orgulloso de ti

Se levantó y se dirigió hacia abajo.

D E M O N I ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora