Capitulo 19

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-Creo que se te ha ido la pinza... Eso está fuera de lugar, Seung te mataría, lo mataría...
¡Nos mataría a todos!

Volvió a levantarse nervioso y caminó nervioso por toda la habitación.

-Dame otra opción. Esa es la única solución para calmar los genes.

-¿Y si Ji se resiste?
Tempo lo miró despacio dándole la respuesta.

-No... Tempo, no serías capaz de obligarlo, ¿verdad?

-No tengo otra opción. Si Seung me mata, que lo haga, no permitiré que otra bestia vaya vagando por el mundo buscando sumisas y matando cruelmente.

-Pero Tempo... Si por un beso se volvió loco... No me lo imagino si se entera que te acostaste con el...

-Hablaré con él. Debe de ser ahora. -dijo tajante-. Mi sobrino va a nacer pronto y es ahora o nunca.

Con un gesto desapareció de la habitación, dejando solo a TOP, con el gato que le había tomado cariño.

Seung le besó la frente mientras Ji reía. Eran los últimos días juntos, cuando su hijo naciera... Alguno de los dos iba a morir. Ji Yong se estremeció al sentir una fría brisa recorrerle el cuello. Ambos se giraron y Tempo estaba frente ellos.

-Duerme, Ji Yong....

El pequeño, con su cuerpo sumiso, obedeció a la orden de Tempo. Seung lo miró incrédulo. Chasqueó los dedos y ya estaba vestido. Se levantó y lo enfrentó.

-¿Qué coño haces? No es tu sumiso.

-Y pronto dejará de ser el tuyo.

-Pero es mío mientras alguno de los dos está vivo.

-Lo que tu digas, hermano.
Tempo vaciló un poco y su mirada azul se clavó en la de él.

-Vengo a pedir tu consentimiento en un acto del cual... No estaré orgulloso.

Seung se limitó a cruzarse de brazos y prestarle atención. Su rostro no mostraba ninguna emoción. Tempo se puso aún más nervioso. Suspiró y le miró a los ojos intentando ser valiente.

-Sabes que sé lo de tu... 'Naturaleza' -hizo comillas con los dedos-. Lamentablemente, no puedo permitir que alguien como tú exista en el mundo...
Te dije que no te acostaras más con Ji porque tus genes se pasaban a tu hijo, y podría convertirse en la bestia que eres tú... Y...

Se detuvo en seco al ver la expresión de su hermano. Era de total desconcierto. Cerró los ojos y se armó de valor para soltarlo.

-Podría neutralizar los efectos... Si...

-¿Si...?

-Si me acuesto con Ji -lo soltó-.

Seung arqueó las cejas en signo de sorpresa y parpadeó, luego, para mayor inquietud, empezó a reír a carcajadas. Era una voz melodiosa, pero maligna.

-Me estás tomando el pelo... -Continuó riendo-

Y se detuvo al ver la seria expresión de Tempo. Lo miró, por primera vez, con pánico.

-Es una broma, ¿verdad?

-No... No es ninguna broma, Seung.

-Pues ni de broma, es mío, Tempo.

-Pero Seung, entiende que es para que tu hijo no sufra lo que tu sufriste.

Seung gruñó y sus ojos se tornaron en rojo vivo, sin duda, su piel ardía.

D E M O N I ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora