That's the way the story goes

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—Hablaremos, pero no aquí— Sentenció Olivia.

—Salgamos— Elliot soltó el brazo de la castaña y la siguió hasta la salida del establecimiento.

Olivia buscó con la mirada a Phil, para decirle que se iba. Parecía enganchado con su conversación pero cuando notó que lo buscaba, le mostró los dos pulgares en señal de aprobación. Ella solo le dijo adiós, al otro día se encargaría de explicarle, para que no se hiciera imaginaciones.

Cuando Elliot le preguntó a dónde quería ir, no tuvo más remedio que decirle que a la cabaña, ahí al menos tenía el control del entorno y podía pedirle que se fuera si la conversación se volvía insoportable.

Al llegar se mantuvieron un par de minutos en silencio, dentro del coche apagado.

—¿Que haces aquí, Elliot?— Preguntó Olivia, después de meditar sus opciones.

—Cuando mi madre enfermó vine a cuidarla un par de meses, luego de su muerte decidí quedarme aquí... estar en Nueva York era difícil...

—Lo siento, no sabía lo de tu madre... Bernie era una mujer muy agradable.

—No la conocías, Liv— comenzó con una sonrisa triste —Supongo que debajo de todo el desequilibro emocional, había algo bueno.

—Hable con ella solo una vez, hace muchos años... ella te amaba, Elliot.

—¿Cuándo..?— El intentó hacer memoria, pero no habría ocasión en la que pudieran haberse cruzado con su madre, cuando sabía que estaba en la ciudad, siempre se quedaba en la unidad con el pretexto de horas extras.

—Hablamos brevemente cuando fue a hablar con Kathleen para que tomara su medicación.

—Tu la buscaste, ¿cierto?—dijo convencido —Vine hasta aquí para pedirle que hablara con el Juez y bajo ningún argumento aceptó.

—Las personas cambian de parecer, Elliot— Abrió la puerta del copiloto y salió deteniéndose para voltear a verlo— ¿Vienes? necesito un café, la cabeza me está dando vueltas.

Cuando estuvieron dentro, Olivia puso la cafetera y sacó un par de tazas que dejó sobre la barra que dividía la cocina del pequeño comedor. Elliot esperó unos metros más lejos, en uno de los sofás.

—¿Olivia Benson tomando vacaciones? No pensé vivir para ver eso.

—Te sorprenderías, Stabler... muchas cosas han cambiado— Se sentó a un costado del hombre, manteniendo la atención en la cafetera a distancia— No son vacaciones, estoy huyendo de los conflictos... aunque veo que me siguen a donde vaya.

—¿Que está pasando, Olivia?— preguntó preocupado.

—Lo mismo de siempre, otro hombre equivocado— Olivia rió sin emoción y se levantó para ir a servir el café que ya estaba listo. Al volver le acercó la taza, que el tomó rozando ligeramente sus dedos con los de la castaña.

—Puedes hablar conmigo, Liv.

—Hablaba enserio cuando decía que era lo de siempre, tengo algo por los hombres casados... parece ser que no tolero la idea de ser feliz en una relación correcta— dió un sorbo a su café y se recargó contra el respaldo —Pero no hablemos de eso, el desenlace es el mismo.

Elliot se sintió cómo una basura, lo había sido con ella en el pasado y ahora estaba rabioso con la idea de que alguien más le había fallado a Olivia de la misma forma. Quiso darle palabras de apoyo, ¿pero que podía decirle? No había nada que el pudiera hacer para borrar el dolor que tenía acumulado en su interior. Pero estaba dispuesto a acompañarle en silencio si así lo precisaba o a hacer cualquier cosa que le pidiera.

—Desde hace muchos años deseaba tener la oportunidad de hablar contigo, Liv... hubieron muchas oportunidades, pero en cada una de ellas me acobardé diciéndome que tú merecías a alguien que te hicieran feliz, no a un pobre desgraciado como yo— Se detuvo para poner el café sobre la mesa y pensar sus siguientes argumentos— Muchas veces estuve fuera de tu edificio, solo para ver la luz encendida indicando que estabas bien...

Olivia se aferró a su taza, intentando mantener fija la vista en ella para no romperse otra vez con los recuerdos de ese tiempo, había llegado el momento de hablarlo, lo sabía, pero enfrentarlo era más difícil de lo que pensó.

—Y me odio aún más por no haberme dado cuenta, estuve ahí unos cuatro o cinco meses y jamás me di cuenta de que mi hijo estaba creciendo dentro de ti... debí estar contigo en cada paso, debí acompañarte a cada una de tus citas, debí sostener tu mano cuando llegaron las malas noticias, pero estaba encerrado en mi cobardía pensando que todo era mejor así. Quisiera haberlo sabido, Liv... quisiera haber estado ahí para abrazarte durante días e intentar darte un poco de consuelo.

Olivia tenía tantas cosas guardadas que había pensado decirle una vez que lo viera... durante años había mantenido un monólogo con un Elliot imaginario, en el que en sus noches de dolor culpaba de todo y lo maldecía por haberla dejado, o por otra parte en días en que lo extrañaba, le pedía que regresara con toda la devoción que podía quedar dentro de ella.

Y teniéndole a un lado, simplemente ya no tenía nada que decirle. Si, quería echarle en cara el abandono, pero ambos eran adultos conscientes cuando iniciaron esa relación prohibida y Olivia sabía cómo amaba a sus hijos, que por supuesto siempre estarían ante cualquier cosa. Entonces ella tenía parte de la responsabilidad y con el tiempo había aprendido a aceptar las cosas como iban llegando.

—Estoy segura de que tenía tus ojos— dijo después de lo que parecieron horas para Elliot —No pude verlos, pero era tan parecido a ti... que tenía que tener la misma mirada.

La vió dejar la taza sobre la mesa, y levantar sus piernas en el sofá para abrazarse a ellas y esconder su rostro. Nunca la había visto así, no sabía que hacer, no sabía cómo consolarla o si lo dejaría hacerlo.

—Fue mi castigo, Elliot— Cuando volvió a levantar el rostro, estaba cubierto de lágrimas —Fue mi castigo por amar a quien no debía y me arrepiento. Yo pensé que podría tener una vida junto a Noah ¡y me lo quitaron!.

—¡Olivia, no!— tomó la cara de la castaña entre sus palmas para hacerla verlo a la cara —Esto no es culpa de nadie y no pudo ser un castigo porque eres la mejor mujer en este maldito mundo, ¿lo entiendes?.

Olivia se dejó envolver por sus fuertes brazos y se aferró a su camisa. El hundió su rostro entre su cabello para besarla repetidamente y abrazarla hasta que ambos sacaron todo el dolor que guardaban dentro.

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Amigas, Elliot regresó... ¿para quedarse? No lo sabemos 🤭

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