The End

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Liv se removió en la cama sin ganas de despertar tan temprano, sin embargo habían organizado sus actividades del día, así que era el momento de levantarse. Abrió un ojo para encontrarse a Peter descansando sobre su costado, viéndole fijamente.

—¿Pensabas quedarte todo el día viéndome dormir...?

—Podría hacerlo toda la vida— Él le sonrió.

—Lamento decirte que se nos hace tarde, tenemos que darnos una ducha y desayunar— Olivia tapó sus ojos con su antebrazo, deseando haberlo pensado mejor la noche anterior y haberse limitado a ir a la cama solo a dormir.

—¿Y si nos quedamos aquí, solo enredados entre las sábanas?— Stone le preguntó con voz sugerente, deslizando su mano desde el inicio de su escote, deslizándose por su torso y vientre, hasta llegar a su centro, haciéndola gemir al contacto.

—Iremos a enredarnos a otras sábanas, en otro distrito— Olivia rió y se subió sobre las caderas del rubio—Tienes 15 minutos, luego te irás a la ducha sin poner peros. Tenemos que tomar carretera antes de que el sol y el tráfico sean más intensos.

—Shh... estás haciendo uso de mis 15 minutos.

Se giró para cambiar de posición y quedar sobre Olivia; besó sus labios, su mentón y se deslizó hacia abajo viajando por su largo cuello hasta llegar a sus senos, que atendió sólo un par de minutos. Tenían el tiempo contado.

Regresó su mano derecha a los pliegues de Liv, para tentarla y prepararla aún más para recibirlo. Ahogó sus gemidos en un beso y entró en ella de una sola vez.

—Tus vecinos agradecerán que mis días aquí hayan terminado— Ella jadeó y mordió el hombro del rubio para no gritar con el cúmulo de sensaciones que la estaban golpeando.

—Ellos me importan un carajo, yo te necesito aquí—Gruñó, embistiéndola aún más fuerte— tu lugar es conmigo, Olivia Benson.

—Te amo Peter— Susurró en su oído antes de sentir sus paredes contraerse, con el más exquisito de los placeres. El la acompañó en el climax, derramándose en su interior.

—Oh Liv, no sabes lo que provocas con esas dos simples palabras... Te amo, amo todo de ti— La miró a los ojos, apartando con su palma el cabello para ver por completo su rostro— Cuando te vi... cuando sentía que te perdía, sentí que todo se venía abajo— Hizo una pausa, para componerse— Quisiera tener el poder para meter a toda la escoria tras las rejas y mantenerte a salvo por siempre... quisiera tantas cosas...

—No puedes ponerme en una vitrina para observarme todo el día, Peter.

—No?— preguntó frunciendo el ceño.

—No— Sonrío Olivia y besó su mejilla— Puedo cuidarme sola, incluso puedo cuidar de ti... no lo olvides— Se abrazó a él con la necesidad de no soltarlo nunca —Me asusta lo que me haces sentir, Peter... todo es nuevo para mi, tan natural... me siento segura, amada... me aterra pensar que un día te irás como todas las personas en mi vida.

—Nunca, Liv— Sonrío —Es tuyo— tomó entre sus palmas la mano de ella, dirigiéndola justo sobre su corazón, que latía desbocadamente.

—Es hora, dijo Liv arrojando las sábanas hacia un lado —Entra en la ducha mientras preparo algo para comer.

—¿No quieres acompañarme?— Le preguntó con su sonrisa mas encantadora, a lo que recibió una almohada en su cara como respuesta.

—Eso es un ni lo pienses, Stone... estamos retrasados— Liv se levantó para buscar en el suelo el albornoz que había intentado usar la noche anterior y había volado por los aires un momento después.

—En este hogar practicamos la desnudez.

—Claro— le respondió nada convencida, preparando la ropa que usaría más tarde. Todas sus maletas estaban listas, las que llevaría a su fin de semana romántico en Los Hamptons y las que se llevaría el domingo a su departamento.

Lo vió levantarse y tomar camino hacia el baño, mostrándole cada uno de sus músculos bien trabajados. Suspiró. Extrañaría ese cuerpo enredado sobre el suyo cada noche.

El timbre la sacó de sus pensamientos. Quien fuera que estuviera detrás de la puerta era demasiado insistente, pues timbraba y tocaba desesperadamente. Liv tomó su bata y se envolvió en ella para atender, que ella supiera, no esperaban a nadie.

Cuando abrió la puerta se encontró con una mujer, que cargaba un bebé en sus brazos. Antes de que pudiera decir nada, ella se adelantó.

—Puedo hablar con mi esposo, ¿Por favor?— preguntó irritada.

—Creo que es el departamento incorrecto— Le respondió Olivia. Seguro se habría equivocado de piso o de número.

—¿Es este el departamento de Peter Stone?— Preguntó con molestia la mujer. Liv solo asintió —Entonces la que está equivocada es usted, este es su hijo y su esposa soy yo...

Liv retrocedió, hasta sentir la pared. ¿Que estaba diciendo? Todo empezó a dar vueltas. Eso no podía ser cierto, Peter nunca... ella lo hubiera sabido, no era algo fácil de esconder durante tanto tiempo...

Dejó a la mujer de pie en el umbral y se dirigió a la habitación principal. Tomó su ropa y comenzó a vestirse lo más rápido que sus temblorosas manos le permitían.

—¿Quién llamaba a la puerta? ¿Liv? ¿A dónde vas?— Le preguntó Peter que salía del baño con solo una toalla envuelta en su cadera.

—Tu esposa te está esperando— Se puso sus botines, luego reunió sus maletas y bolso, para salir lo más rápido posible, tenía que salir de ahí.

—No, Liv.. ¡Espera, puedo explicarlo!— Intentó seguirla, pero esta lo detuvo con su dedo índice sobre el pecho del rubio.

—No vuelvas a buscarme, evítame la pena de volver a verte.

Olivia solo le dirigió una mirada dolida. Era tan paradójico que un par de balas le hubieran hecho sentir mejor, de lo que sentía en ese momento. Sentía que le faltaba el aire y el dolor en su pecho cada vez se hacía más grande. Estiró sus maletas y salió del departamento, antes de que las lágrimas hicieran su aparición.

Peter se vistió en tiempo récord y salió para buscar a Olivia, pero lo que encontró fue la imagen que nunca desearía haber visto. Estaba sentada en su sofá, sosteniendo a una criatura de apenas unos meses.

—Hola, cariño... Parece que interrumpí— La mujer volvió la vista al pequeño pelinegro que brincaba feliz en su regazo— Dile hola a papá, Nicky.

En el momento en que Peter Stone volvió a ver el rostro de Anna Valdez, sus pesadillas se hicieron realidad. Olivia Jamás lo perdonaría.

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🤭🤭🤭
Como novela de Televisa, no le damos ni un descanso a Olivia desamparada 😂

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