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Ya caída la noche, en su habitación, con una rara expresión en su rostro, mantenía entre sus manos un pequeño abanico, recordando lo débil que se estaba tornado, tan ansioso por la llegada de una carta, que sin falta fue enviada cada semana desde que volvió, recorrió con la mirada el bello paisaje dibujado con dedicación y cariño podía sacarle una sonrisa, nunca fue paciente o tuvo la delicadeza que tenía Nie Huaisang para dibujar, admiraba la habilidad de su amigo, talvez no era el mejor en otras áreas pero era especialmente atento captando detalles, observando detenidamente, esa expresión de satisfacción y alegría cuando terminaba cada uno de sus proyectos, esos brillantes ojos anhelantes, era tan hipnotizante, hermoso.

Una pesadez se cernió en él, habían pasado unas semanas desde que tuvo que volver al Muelle de loto.

En el viaje se mantuvo algo preocupado, aunque con la actitud de su hermano quien no paraba de hacer bromas pareció por un momento que llegaron incluso antes de lo planeado, su hermana los estaba esperando, a pesar de la sonrisa amable con la que los recibió se podía notar en sus ojos una profunda tristeza, su hermana siempre trato de protegerlos, ocultando sus sentimientos para evitar que se desesperaran, tan dulce y gentil, que podía reconfortar con su sonrisa hasta al alma más miserable.

Shijie te extrañe tanto, en Gusu la comida es insípida.

A-Xian, también te extrañe mucho, más tarde te preparare algo delicioso — Wei Ying sonrió ante las palabras de su Shinjie —A-Cheng, ven aquí — dijo la joven antes de envolver en un abrazo a su hermano.

Madre los está esperando en el salón — YanLi sonrió.

Ellos asintieron, y caminaron rápidamente con su hermana, la expresión de su madre era la de siempre, pero se veía que parecía algo cansada, las bolsas bajo sus ojos se notaban ligeramente, pero era algo nunca antes visto en ella.

Saludaron respetuosamente, hablaron un poco de su experiencia y de lo que habían aprendido en Gusu hasta que el momento llego, esas palabras desconcertaron a los dos jóvenes.

La noticia de la grave enfermedad de su padre lo dejo sin palabras, pero más que eso la idea de no volverlo a tener junto a él, calaba tan profundamente en su mente que un terror nunca antes experimentado lo envolvía por completo, decidió no volver a el Receso de las nubes.
Su madre sugirió que Wei Wuxian regresara, ese revoltoso chiquillo aun no aprendía a comportarse según ella, además si pensaba ayudar a su hijo ya que este pronto tendría que hacerse cargo volviéndose el líder de la secta debía estar muy bien educado.
Wei ying que en ese momento prefería no dar más problemas acepto, se quedaría unos días para ayudar en los cuidados del hombre que en su vida era como su padre.

Para Jiang Cheng el comportamiento de Wei Ying había cambiado desde que fueron al Receso de las Nubes, pero no podía definir si era bueno o malo, hasta ahora no había creado grandes alborotos así que decidió dejarlo ser.

Los días pasaban y ningún médico podía ayudar a su padre, su enfermedad era muy extraña, y cada vez se veía aún más deteriorado.

Su madre se había encargado de darle clases para que estuviera listo lo más pronto y se convirtiera en el nuevo líder, la carga que llevaba en sus hombros se hacía cada vez más pesada, tratando de llenar las expectativas de su madre, buscando un médico que ayude a su padre, consolando a su hermana, su entrenamiento era cada vez más fuerte, cada día más cansado, lo único que aún mantenía un hilo de alegría en su rostro era el bello abanico que le habían regalado hace unos meses y el recuerdo de su tiempo en ese bello lugar.

Estaban en el Receso de las Nubes y como siempre en los últimos días Wei Ying había desaparecido, Jiang Cheng rogaba a los dioses que aquel idiota no volviera a hacer alguna de sus estupideces, camino pro los jardines sin encontrarlo, talvez había ido a la ciudad, se había ido sin permiso, esta vez realmente lo golpearía.

MENTIRAS PERFECTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora