Wei Wuxian termino aceptando ir con Madame Yu, la mujer tenía razón, ellos habían hecho tanto por él y ahora con el tío Jiang tan enfermo, no sería justo que se quedara, que pensara en un matrimonio dejado atrás a toda su familia, tenía la esperanza de volver con Lan Zhan, a pesar de todo
—Wei Ying—Lan Wang Ji hablo desde su puerta, era consciente que Madame Yu se iba a llevar a su Wei Ying, su mirada denotaba una profunda tristeza, con sus ojos estaban enrojecidos, sus lágrimas amenazaban con brotar recorriendo sus mejillas.
—Lan Zhan— dijo y corrió a él, Wei Wuxian ya estaba llorando cuando llego con Lan Wang Ji, lágrimas gruesas y sin vergüenza salían de sus ojos—Realmente... no quiero... irme...— trato de decir entre sollozos mientras lo abrazaba fuertemente, sintió como se movía erráticamente Lan Wang Ji, en ese momento se dio cuenta de que su amado también estaba llorando, sollozando mientras lo mantenía envuelto entre sus brazos.
Dos jóvenes en brazos del otro llorando amargamente por la inminente separación, con un corazón afligido. Lan Wang Ji no podía decir nada, sentía que no tenía voz, como si oprimieran dolorosamente su corazón con una fuerza inexplicable, sin poder hacer otra cosa más que liberar su dolor por medio de lágrimas se salían de sus ojos, amaba tanto al hombre entre sus brazos, quien aunque al inicio era molesto, le había enseñado la belleza del desorden, de lo inadecuado, de lo peligroso, de esas sonrisas que no puedes dejar de mirar, de esos brillantes ojos, alegres por naturaleza, de un desvergonzado excesivamente hermoso que podía tener lo que quisiera de él con solo una palabra, de su Wei Ying, una persona tan opuesta que llego a ser su mejor complemento, porque por más que todos lo criticaran él no podría hacer otra cosa más que amarlo, amarla sus defectos mucho más que sus virtudes, el conoce a Wei Wuxian, su bello amante, a quien quería desposar, su amor no era frágil, no deseaba más que adorar de la manera que se merecía ese precioso ser, pero sus sueños fueron truncados, él quería hace las cosas bien, pidió la mano de su amado y aun así no obtuvo permiso para poder quedarse con él.
—Lan Zhan—hablo Wei Ying—El tío Jiang está muy enfermo—empezó a separarse de él —Tengo que volver y ayudar a mis hermanos en el Muelle de Loto— dijo mirándole a los ojos—Te enviaré cartas todos los días, tu solo espérame.
Lan Wang Ji asintió a cada palabra que le decía su Wei Ying, el obviamente esperaría, podría esperar años con tal de que su amado volviera a él, con tal de verse de nuevo y ser felices, con tal de proteger a esta persona que se había vuelto tan importante en su vida.
—Esperare a Wei Ying el tiempo que sea necesario—son una voz gruesa, distorsionada por el llanto hablo limpiando las lágrimas del rostro de su Wei Ying—Te amo Wei Ying.
—Yo también te amo, lo haré por siempre, solo serás tú el dueño de mi corazón, siempre serás tú Lan Zhan.
Demasiado reacio soltó a Lan Wang Ji, Madame Yu debe estar esperándolo, ella debe estar muy enojada, pero él no tenía la fuerza para caminar y alejarse de su Lan Zhan.
—Wang Ji, el joven maestro Wei debe retirarse—Xichen había llegado allí, era consciente de los sentimientos de los jóvenes, sabía que ellos no podrían alejarse así sin más, por lo que fue a brindarle su apoyo a su hermano.
Wei Wuxian asintió, se acercó a Lan WangJi dándole un largo y tierno beso, una despedida con el anhelo de un próximo encuentro.
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Cuando Jiang Cheng llego al Muelle de Loto envió directamente a los Wen que estaban con él al salón de medicina, para tratar a Wen Ning, pidió a algunos sirvientes que prepararan algunas habitaciones, vio como estaban todos trabajando de una manera muy diligente, como lo hubieran estado haciendo con su madre ahí presente, pero al preguntar por ella se dio cuenta de que era su hermana la que se encontraba a cargo, la joven había dejado su ropa normal de lado, vistiendo los uniformes de Yunmeng Jiang vigilando el entrenamiento de los discípulos.
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MENTIRAS PERFECTAS
Fiksi Penggemar¿Cuán voluble puede ser el corazón humano? Jiang Cheng pensó que el amor era algo voluble, ambiguo y extraño, es egoísta pero siente que ama a dos personas y no quiere dejar a ninguno. Meng Yao encuentra alivio en la cálida mirada y amigable sonrisa...