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Lan Qiren se encontraba muy exhausto, ¿Como se atrevía Wei Wuxian a hacerle esas cosas a su sobrino?, su pequeño Wang Ji, él lo había criado, sabia muy bien que su sobrino nunca haría tal cosa.

Tras escribir la carta al Muelle de Loto se sintió aliviado, menos un problema, al menos así, ese Wei Wuxian dejaría en paz a WangJi el cual podría continuar cos sus estudios siendo un alumno ejemplar, mientras revisaba algunos papeles volvió a encontrarse con esa carta.

"Reunión familiar"

Recuerda el inmenso vacío que sintió al leer esa carta, como si tuviera un agujero en el estómago, como si sus entrañas se revolvieran dolorosamente, desde hace ya mucho tiempo había tratado de mantener todo eso en lo más profundo de su corazón, tan hondo que no pudiera encontrarlo nunca.

Su desgracia había comenzado cuando se dio que era un doncel, él se mantuvo callado, nadie a parte de si mismo sabia eso, ser un doncel es una gran maldición.

Trato de compensar esa gran debilidad, entrenaba como nunca, no importaba el dolor o cansancio, estudiaba muy diligentemente, era quien acataba firmemente las reglas, no seria intimidado por nadie, al menos así fue gran parte del tiempo, hasta que lo conoció, demasiado irrespetuoso y relajado, puso aprueba su paciencia, la cual se le terminó completamente cuando empezo a realizar comentarios bastante ofensivos hacia su persona, al inicio eran simples frases para molestarlo, pero cada vez su acoso fue aumentando.

—A-Ren tus labios son tan bonitos, me diverteria tanto vuendolos alrededor de mi verga— susurro en su oido.

Su sangre hirvio en ese momento, nunca nadie se habia atrevido a decir algo tan sucio en su prescencia, se vieron envueltos en una fiera batalla, donde no les importo quienes los vieran, ese mismo día echaron fuera del Receso de las Nubes a We Rouhan, y Lan Qiren de 15 años soporto felizmente su castigo con tal de no volver a ver al próximo lider de Qisha Wen.

Cuando tenía 17 años fue enviado a la Ciudad sin noche, se iba a llevar acabo un "Gran evento", todas las sectas enviaron a sus delegados, grandes grupos llegaron al lugar, no debió ser tan terco, se había empeñado tanto en querer participar, debido a una carta que había llegado en la cual Wen Rouhan lo retaba con palabras burlonas.

Nadie sabía que entre los Wen había un rumor que en ese momento deseaban comprobar, miles de espías se encontraban desperdigados por todas las sectas, no había nada que Qisha Wen no supiera, algunos miembros de ciertas sectas ocultaban su condición especial, los donceles siempre fue un tema del que se evitaba hablar, muchas veces se los catalogaba dependiendo de quién contaba la historia como hermosas criaturas que imitaban la forma humana, específicamente la de un hombre, nacida del odio de un par de mangas cortadas, otros trataban al tema como una maldición impuesta por alguien muy poderoso en artes oscuras, pensaban que eran demonios, que daban a luz bestias que consumían las almas de las personas, la historia iba de boca en boca, pero la mayoría los asociaba con maldad pura, crueldad y muerte.

Cuando estuvieron todos juntos, el olor a incienso se hiso penetrante, la sala era bastante espaciosa en cada lugar se podía ver las pequeñas varas de incienso quemándose, el líder saludo a todos, se dieron indicaciones, y de un momento a otro se activó una matriz muy extraña, el talismán para identificar a los donceles había empezado a funcionar, recuerda la pesadez en sus extremidades, su energía espiritual estaba bloqueada, pudo observar la ligera aura que se formaba alrededor de algunos de los jóvenes, como si su piel y ropa brillaran tenuemente con forme se ampliaba el rango que cubría el talismán y se dio cuenta que el poseia rsa aura también.

Qiren había mantenido mejor que nada este secreto en su vida, pero justo en ese momento, sabía que habían caído en una trampa y todo su esfuerzo resultaría ser en vano, el perímetro que abarcaba el talismán llego a su tope, y poco a poco en la piel de cada persona que poseía esa aura, como si hubiera sido quemada apareciera el símbolo de Qisha Wen en su pecho.

MENTIRAS PERFECTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora