Besar y tocar a alguien de manera sexual o haciendo bromas.
Aioros estaba en esa etapa de crecimiento en donde todo se le hacía atractivo y dónde su cuerpo comenzaba a tener ciertos cambios y deseos.
Y ahora que se estaba enamorando de Shura, sus hormonas se vieron afectadas y Aioria y Death Mask lo estaban molestando con que parecía un caballo en celo y eso molestaba mucho al griego y al español, estaban denigrando a su querido Aioros.
Aioros se alejó un poco de Shura, quería comprobar ciertas cosas, antes de reconocer y decidir los sentimientos que realmente sentía por el español.
Esos días, Aioros experimento con su cuerpo, pasaba la noche imaginando los cuerpos de sus compañeros y de Shura desnudos, para ver si algo despertaban en el y no hubo nada.
Pensó que con Shura, su amiguito nunca bajaría y que estaría siempre que lo pensara, despierto, pero no fue así.
La imagen de Shura si lo atraía, pero su amigo no reaccionaba con pensarlo o observarlo, en un principio lo consideró bueno, pero después de pensarlo mucho llegó a la conclusión que si realmente lo atraía y le gustaba el español eso no era normal.
Aioros decidió hablar con su hermano, Aioria y el pobre León dorado casi se muere, no sabía que responderle, simplemente le dijo que a él con Marín no le pasaba eso y Aioros realmente se preocupó.
El centauro se armó de valor y fue a hablar con Shura. El español no sabía que pensar tenía al frente suyo a un decidió Aioros, pidiéndole que le ayudará con su amiguito porque este había muerto.
Shura lo dejó pasar y le pregunto que sucedía en la comodidad de uno de sus sofás.
—Quería probar cosas nuevas y me imaginé a todos desnudos, incluido tú y nada sucedió, el no se levantó ni contigo y Aioria dijo que eso no era normal, entonces por eso está muerto.
—Ese gato tonto, te mintió, eso no está muerto. Dime una cosa, Aioros tu que sientes por mí.
—¡Oh! Bueno, yo... Realmente no lo sé; es decir me gusta tu forma de ser, tu físico, me encanta pasar tiempo contigo y siento a que a tu lado puedo hacer de todo y me encantaría tenerte solo para mi, es como si fueras todo mi mundo entero, después de yo y mis aventuras claro.
—Entonces estás enamorado P-
—Antes de que me rechaces, por favor ayúdame con mi amiguito; el está muerto.
—Aioria va a matarme Ven vamos a mi habitación, allí estaremos más cómodos.
El centauro y la cabra, fueron a la habitación de este ultimo y Shura se atrevió a algo que no muchos creerían que harían; beso con lujuria a Aioros, entre besos para nada discretos que se daban esos dos, las rompas de ambos empezaron a sobrar y en más de un momento a Aioros se le escapó un pequeño gemido que definitivamente a Shura le gusto.
Cuando las ropas estaban sobrando, Shura notó, que efectivamente, el amiguito de Aioros, no estaba muerto; el español temía que el griego no sintiera nada por el y por eso no se despertaba, pero no era así, simplemente sucedia que el joven griego estaba confundiendo las cosas.
Shura, tomo dos con una de sus manos el rostro de Aioros y con su mano libre, uso dos de sus dedos para meterlos dentro de la boca del menor y que este los lamiera, situación que si sucedió; minutos después en los que el español, ya estaba llegando a su clímax con solo ver al menor haciendo eso, se sintió totalmente como un pervertido y decidió usar sus dos dedos para masturbar al rubio.
El joven rubio, se deshacía en gemidos y eso al español le gustaba; cuando menos lo pensaron ambos vieron como llegaban al clímax, con solo ser tocados y con escuchar los gemidos del otro.
Al final de eso extraño encuentro, Aioros tuvo la necesidad de hablar.
—Entonces, funciona contigo porque te quiero, pero porque cuando lo hacia yo solo nada pasaba...
—Eso no es automático sabes; pensarlo a imaginarlo o sentirlo es diferente Aioros, eso fue lo que sucedió y lo de Aioria, cada cuerpo es diferente, si el es así con Marín, que gato más calenturiento y pervertido, aunque con lo que acabo de hacer ahorita no sé si yo sea peor que ese gato.
—Bueno, fue con mi consentimiento, así que prácticamente no estuvo mal, además tengo cuerpo de adulto, ya casi soy mayor de edad, así que nada pueden decirnos.
—Para algunas cosas eres hábil y para otras no... —El comentario hizo reír a ambos y después de algunos toques sexuales, llegaron las bromas y aligeraron el ambiente que previamente habían tenido.
Ambos estuvieron pensando muchas cosas, realmente estaban listos para esto o simplemente era mejor mantenerse como estaban; no, definitivamente no, ambos ya no eran solo amigos, no tenían sentimientos de amigos, estaban desarrollando sentimientos cada vez más fuertes; era hora de irlos aceptando y reconociendo, para poder avanzar y eso es exactamente lo que harían estos dos caballeros de la orden dorada de Athena del siglo veinte.