Día 8

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Haciendo compras.

Shion, le había dicho a Aioros que comenzará a ver las tareas de patriarca en compañía de Saga, el griego de una vez se puso frío y el patriarca notó esto de una vez, entonces optó por una idea mejor.

Le pidió a Shura y Aioros que fueran de compras al santuario y los dos jóvenes le hicieron caso a su patriarca y fueron de compras juntos.

En la cuidad de Rodorio, aquella que limitaba con el santuario, se encontraban dos fieles caballeros de Athena, haciendo las compras del santuario; tenían una lista de compras que Shion les hizo y el que más se divertía haciendo esas compras era Aioros.

El joven griego iba de lo más feliz haciendo las compras, tenia una canastica en la que poniendo todas las cosas de la lista de Shion y iba con una sonrisita de lo más tierna, parecía que toda su cara sonriera con el y Shura tenia su cara siempre seria pero aun así en su interior estaba contento también. 

Para el español era algo muy bonito tener o compartir ese momento con Aioros, mientras el griego iba de un lado a otro trayendo lo de la lista, el mayor de los dos pensaba en lo bonito que seria pasar sus días con Aioros, saldrían de compras y haría lo posible para mantener a el joven caballero de Sagitario siempre feliz, esa sonrisa seria su mayor propósito a partir de ese día. 

Shura perdió totalmente la guerra contra Aioros, cuando este con sus ojitos cerrados y una sonrisa, le ofrecía una canasta con unas cosas y Shura se quedó helado no supo que responder, solo atino a tomar en sus manos la canasta que le ofrecía Aioros. 

Escuchó la cantarina voz del griego decirle que ya había terminado con la lista, que era hora de pagar y fue justo eso lo que los dos hicieron; ya en caja Shura no dejaba de mirar a Aioros y en forma de agradecimiento a Shion y al propio Aioros fue por unos dulces para los dos, dejando a Aioros solo en la caja haciendo fila. 

En ese momento el griego sintió de todo, miedo, ansiedad, desesperación y vergüenza; la joven de la caja, parecía ajena a todo lo que la pasaba por la mente de Aioros, cuando ya fue hora de pagar, por obra divina de Athena, llego Shura y a partir de ese momento el corazoncito y los nervios de Aioros pudieron descansar. 

Ambos caballeros regresaron al santuario y ya en el templo del patriarca le entregaron todo a este mismo y Shura le regaló el chocolate y el papa del santuario le agradeció.

Después de eso ambos bajaron a Sagitario y el español le dio los dulces que le había comprado al griego; este último se puso demasiado sonriente y para Shura esa carita que puso era digna de enmarcar la y quedarse con esa imagen para siempre.

El resto del día se la pasaron comiendo los dulces que habían comprando, en su día de compras juntos.

Casi al final del día les dio dolor de estómago pero valió la pena, porque lo pasaron juntos y entre risas; era el primer momento de muchos que pasarían juntos estos dos caballeros enamorados y destinados a estar juntos.

30 días con Shura y Aioros. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora