Casándose.
Shura y Aioros tenían una gran historia juntos, habían pasado muchas cosas juntos y cuando se les dio una segunda oportunidad para vivir ambos no tardaron en aprovechar cada minuto de sus vidas juntos.
Aioros había crecido, comenzó siendo un niño de dieciséis años y hoy a sus veintiuno ya estaba listo para casarse con el amor de su vida.
Shura y Aioros se casarían, desde que Capricornio le propuso matrimonio a Sagitario todo mundo en el santuario se enteró y todos fueron a avisarle a Athena, rompiendo totalmente la idea de Shura de ser un matrimonio pequeño y sencillo.
Aioros nunca olvidará como fue que pidieron su mano, el joven capricornio había estado pensando mucho en como dar ese gran paso, pero nunca encontraba el momento adecuado.
No fue hasta el cumpleaños de Aioros que todo sucedió, el español por estar ocupado pensando en como pedirle matrimonio a su pareja, se olvidó por completo darle algo por su cumpleaños.
Fue de esa forma que el mayor se armó de valor y el regalo de cumpleaños que le dio ese día a Aioros, fue pedir su mano en sagrado matrimonio.
El menor no dudó en aceptar, estaba más que feliz y no dudó en demostrarle a su pareja que tan feliz estaba.
Al día siguiente Aioros le contó a Aioria, este le contó a Marín y a Mu; Mu le contó a Shaka, Milo, Aldebarán y Shion, el patriarca le contó a Dohko, el escorpión dorado le contó a Camus, el francés le contó a Saga y Kanon, uno de los gemelos le contó a Máscara de muerte y este último le contó a Aphrodite.
Con todos enterados faltaba su diosa, quien al enterarse no tardó en llegar al santuario con los caballeros de bronce y con la diosa Hera, para preparar la boda de Sagitario y Capricornio.
Veintidós días después la boda del griego y el español estaba lista y el veintiséis de diciembre ambos amantes de casaron.
La boda de Capricornio y Sagitario fue preciosa, ambos novios se vistieron de blanco, Aioros combinó su traje con detalles dorados y con una rosa, por otro lado Shura combinó su traje con plateado.
Los dos fueron muy felices el día de su boda, ninguno dudó en dar el sí y al momento del baile, el banquete y la celebración los dos no dejaron de sonreír en ningún momento, en compañía de sus amigos y de su diosa.
Hera una vez más fue feliz de que Athena la invitara y llevara acabo ese matrimonio, para la diosa era muy bonito sentir como era parte de algo tan grande tan especial y sin duda en esos días donde se daban esos acontecimientos era más que feliz, y en forma de agradecimiento le concedió a Shura la forma de mantenerse sano y con buena salud, además a ambos les dio la bendición de morir juntos, ninguno moriría antes.
El día de la boda de esos dos continuo como un día lleno de risas, hasta el final de la celebración, Sagitario y Capricornio, fueron llevados por las diosas a España, en ese lugar pasarían su luna de miel, todos se despidieron de todos y fueron felices a sus lugares de residencia con sus respectivas parejas.
Athena volvió con sus caballeros de bronce y Hera regresó al olimpo, ambas con una sonrisa en el rostro.
Era bien sabido por todos que Aioros y Shura ya habían consumado el acto sexual, pero para ellos su luna de miel fue el momento perfecto, para que ambos disfrutaran de su sexualidad y del cuerpo del otro. Y no solo eso también ambos disfrutaron de España, Shura no perdió la oportunidad de enseñarle de enseñarle todo lo que su cuidad de origen podía ofrecer.
Por el día disfrutaban de España y por la noche disfrutaban de ellos mismos y sus cuerpos en su máximo esplendor; cuando fue el momento de volver lo hicieron y ambos volvieron felices al santuario.
En el santuario después de su boda, pasaron muy buenos momentos y los dos cada día que pasaba se amaban más que el anterior, en uno que otra ocasión las peleas y discusiones no faltaron, pero siempre volvían al otro, sin importar que siempre se perdonaban y aprendían de sus errores y mejoraban su relación consigo mismo y con el otro.
Aioros termino sus estudios de diseño grafico y con permiso de Athena le dejó el puesto de patriarca a Saga y a Kanon, los dos hermanos más que felices aceptaron y Shura y Aioros, fueron a viajar por España.
En el siglo veintiuno, ambos disfrutaron de todo lo que España tenia que ofrecer, viviendo aventuras en donde Aioros se convirtió alguien muy famoso por sus dibujos y ilustraciones, mientas que Shura se volvió un reconocido escritor y ambos de esa manera vivieron una vida llena de aventuras, con trabajos que amaban y que podían hacer juntos ya que al igual que ellos se complementaban.
El final de sus días decidieron pasarlos en tranquilidad, nunca dejaron de escribir o dibujar juntos, hasta el final de sus días lo hicieron y ambos eran felices de esa forma.
El primero en morir fue Shura una tarde sol en algún lugar de España y enseguida Aioros con una sonrisa lo acompaño en su lecho de muerte; tal y como había prometido Hera, los dos morirían juntos, ninguno esperaría al otro, ambos murieron juntos y su legado fue inmenso, todos sin lugar a duda los iban a recordar por mucho tiempo.
Hera, complacida con esos dos en compañía de Athena elevó a esos dos al cielo y los convirtió en dos grandes estrellas en el firmamento brillando eternamente como las estrellas más brillantes de sus constelaciones, buscándose y esperando el momento perfecto donde por fin pudieran encontrarse y volver a estar juntos de nuevo.
Sin duda alguno, Shura y Aioros pasaron por muchos momentos difíciles, la vida no fue justa con ellos, pero aun así ambos supieron salir adelante y pudieron estar felices juntos, incluso después de la muerte pudieron estar juntos y tanto en vida como en el firmamento no dejaron de buscarse, tener aventuras y esperar al otro para seguir siendo igual de felices que lo fueron ese tiempo en que estuvieron vivos.
Habían aprendido a amarse y cuando por fin estuvieron juntos nada pudo detener su amor y tampoco olvidar a estos dos grandes héroes del santuario. Ambos se complementaban incluso en el firmamento y nunca dejaron de amarse y complementarse; se podría decir que ambos tuvieron su final feliz.