𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 ②⑨

1.3K 113 15
                                    

Mi corazón está golpeando y la sangre tamborileando ruidosamente en mis tímpanos; el alcohol fluyendo a través de mi sistema, amplificando el sonido.

—¿Él está…? —jadeo, incapaz de finalizar la oración y mirando con los ojos muy abiertos y aterrorizada a Ryan. Ni siquiera puedo mirar a la figura boca abajo en el suelo.

—No, señora. Sólo noqueado hasta la inconsciencia.

Alivio inundaba a través de mí. Oh, gracias a Dios.

—¿Y tú? —pregunto, mirando a Ryan. Me doy cuenta de que no se su primer nombre. Él está jadeando como si hubiese corrido una maratón. Limpia la comisura de su boca, removiendo un rastro de sangre y una contusión formándose en su mejilla.

—Él dio un infierno de la pelea, pero estoy bien Sra. Paquarelli—sonríe tranquilizadoramente. Si lo conociera mejor, diría que parecía un poco presumido.

—¿Y Gail? ¿Sra. Cooper? Oh no… ¿ella está bien? ¿Ha sido herida?

—Estoy aquí, Karol—mirando detrás de mí, ella está en camisón y bata, su cabello suelto, su rostro ceniciento y sus ojos amplios… como los míos, imagino.

—Ryan me despertó. Insistió en que me quedara aquí—señaló detrás de ella a la oficina de Robert—. Estoy bien. ¿Tú estás bien?

Asiento enérgicamente y me doy cuenta de que ella probablemente acaba de salir de la habitación del pánico construida contigua a la oficina de Robert. ¿Quién sabría que la necesitaríamos tan pronto? Ruggero había
insistido en su instalación poco después de nuestro compromiso… y yo había rodado mis ojos. Ahora, viendo a Gail de pie en el umbral de la puerta, estaba agradecida por su previsión. Un chirrido desde la puerta en el vestíbulo me distrae. Está colgando de sus bisagras. ¿Qué demonios le ha pasado a eso?

—¿Él estaba solo? —pregunto a Ryan.

—Sí, señora. Usted no estaría parada aquí si no lo estuviera, se lo puedo asegurar—Ryan suena vagamente ofendido.

—¿Cómo consiguió entrar? —pregunto, ignorando su tono.

—A través del ascensor de servicio. Consiguió un buen par, señora—miré hacia abajo, a la desplomada figura de Benicio. Él está usando un uniforme de algún tipo… overol, creo.

—¿Cuándo?

—Hace cerca de diez minutos. Lo atrapé en el monitor de seguridad. Estaba usando guantes… un poco extraño en agosto. Lo reconocí y decidí darle acceso. De esa manera sabía que le tendríamos. Usted no estaba aquí y Gail estaba a salvo, así que me imaginé que era ahora o nunca. — Ryan parecía muy satisfecho consigo mismo una vez más y Sawyer le frunció el ceño en desaprobación.

¿Guantes? El pensamiento me distrae y miro una vez más a Benicio. Sí, está usando guantes de cuero marrón. Escalofriante.

—¿Ahora qué? —Trato de despedir las ramificaciones de mi mente.

—Necesitamos asegurarlo —responde Ryan.

—¿Asegurarle?

—En caso de que despierte—Ryan mira hacia Sawyer.

—¿Qué necesitas? —pregunta la Sra. Cooper dando un paso adelante. Ella ha recobrado su compostura.

—Algo para atarlo… cordón o soga —responde Ryan.

Abrazaderas. Me ruborizo mientras los recuerdos de la noche anterior invaden mi mente. Reflexivamente froto mis muñecas y las miro rápidamente. No, ningún moretón. Bien.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TEMP 3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora