Capítulo 1: El Funeral

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Antes de poder abrir mis ojos, ya sabía que me esperaba un infierno, la cabeza me dolía demasiado y me sentía mareado. Ahora mismo no me quería despertar, porque sabía que iba a terminar un mal sueño, para poder comenzar uno mucho peor.

Lentamente abrí mis ojos, para darme cuenta de que me encontraba en mi habitación del palacio, tapado con mis sabanas y en la mesita de alado se encontraban mis lentes, junto a mi varita. Rápidamente tome los lentes, para poder enfocar mejor la visión. En una esquina de la habitación estaba Hedwig, que al verme ululo fuertemente saludándome. En mis vagos recuerdos de los sucesos anteriores me acordaba a ver dejado a mi lechuza escondida en unos arbustos, junto a mi baúl. Pero ahí estaba ella y mis cosas de la escuela recargadas en la pared, justo para la entrada al vestidor, eso quería decir que alguien las había encontrado y traído conmigo, lo cual era un alivio y una tortura.

La tortura era porque una parte de mí, tal vez la más pequeña de todas, esperaba que mi madre llegara de repente a ver como estaba, para tal vez traerme el desayuno y decirme que las cosas estaban bien, que el mal momento amargo, no había sido más que eso, un mal momento superado.

No, no podía hacerme esa idea, no podía aferrarme a esperanzas en vano con relación a ella. Me levante lentamente, decidido para ir a la cocina, no había comido en horas, probablemente incluso en un día entero, pero realmente no tenía hambre, mi estomago estaba atascado con una gran piedra, que parecía quererse atorar en mi garganta. Mi idea principal de bajar ahí era para encontrarme alguien, a quien sea y saber que estaba pasando, ¿qué iba a seguir ahora con todo ello?

Al entrar en la cocina, pude distinguir a todos ahí sentados, matando mi última esperanza de pensar que mi madre podría seguir con vida, que realmente no la había perdido.

Papá se encontraba ahí sentado, mirando a la nada, con los ojos perdidos, en el poco tiempo que tenía de conocerlo, nunca lo había visto así... tan derrotado, sin vida. Dejando los años caer, para hacerlo ver más mayor de lo que realmente era.

Al escucharme entrar, volteo a verme, pero no dijo nada, ni siquiera hizo un intento por acercarse a donde me encontraba. Pude ver sus ojeras de días muy marcadas, luego regreso su vista al mismo punto donde antes la tenía.

Galadriell fue la que sí se acercó para abrazarme con fuerza, de una forma protectora y consoladora. Luego sin soltarme de los hombros, me guio hacia un asiento vacío para que pudiera sentarme. Por un largo e incómodo silencio, parecía que nadie tenía nada que decir o tal vez no querían hacerlo.

Por fin, mi padre volvió a reaccionar, para poner su mano en mi brazo derecho y darle un apretón suave, lo mire sin reflejar ninguna emoción.

--- ¿Como te sientes hijo? --- me pregunto, en un susurro y como sí arrastraba las palabras. Me quedé pensando en su pregunta, pero ni yo mismo sabía cómo sentirme, eran demasiadas emociones contenidas, por lo que me encogí de hombros --- me refiero físicamente, Harry.

--- Algo cansado --- admití suspirando pausadamente --- y me duele la cabeza... además de otras partes del cuerpo. Por lo demás... yo me quisiera caer de la escoba desde diez metros... creo que me dolería menos.

Sirius me sonrió, pero en su mirada no había lastima, ni tampoco su habitual humor, parecía que lo único que intentaba era darme algo de ánimos, como siempre lo hacía, para hacerme sentir mejor; pero no funciono.

Distinguí a Samantha entre sus piernas, dormida, supuse que por eso no se me había acercado como su esposa. En estos momentos la envidiaba, ella tranquila, sin que nada la perturbara, inconsciente de todo lo que estaba pasando, dichosa ella que podía hacerlo.

--- Buenos días --- saludo Ariana entrando con cautela a la cocina, primero me miro a mí, pero lo más probable es que no supiera como actuar o que decirme, porque suspiro y fue ahora su vista para mi padre --- majestad, sé que no es el momento... pero debemos ver cómo se va a emplear la noticia para el reino y los detalles del funeral.

2 Harry Potter: La Caída de la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora