2 Harry Potter: La Caída de la Corona

Capítulo 14: La Apuesta

Regresábamos del gran comedor, después de cenar, se seguía comentando la primera prueba y al ver el desempeño de Diggory con el dragón, los alumnos de Hogwarts parecían apoyarlo más que de costumbre.

--- Sera una tranquila navidad --- dijo pensativa Ginny, ya estábamos contando los días para ir de vacaciones --- mis padres están encantados con la invitación del tuyo, creo que irán Charlie y Bill, aprovechando que siguen aquí. --- al decirlo, parecía dudosa --- así que supongo debemos guardar apariencias...

--- ¿Por qué? --- pregunte, desde que los conocí en verano, había meditado mucho la situación de guardar nuestra relación a los hermanos de mi novia --- son tu familia Ginny, además los gemelos y Ron saben, al igual que tus padres. No veo a ellos dos divulgándolo por ahí y metiéndote en problemas, querían que estuvieras a salvo, estoy seguro de que si se los comentamos guardaran el secreto.

--- Se me hace raro que no haya salido nada de su relación --- dijo Ron pensativo --- después de todo no son nada discretos en Hogwarts.

--- No lo somos en la sala común --- dijo Ginny rodeando los ojos --- pero resto de la escuela guardamos las apariencias.

--- ¡Chicos! --- escuchamos que nos gritaban y los tres volteamos para ver a Hermione alcanzándonos, antes de llegar al retrato de la dama gorda --- Harry, tienes que venir: es lo más sorprendente que puedas imaginar. Por favor...

Me tomo del brazo e intento arrastrarme con ella por el corredor, yo no sabía si resistirme o dejarme guiar, pero Ginny y Ron venían atrás de nosotros igual de confundidos.

--- Hermione, me vas arrancar el brazo --- le dije y ella disminuyo el agarre pero siguió caminando rápidamente --- ¿Qué pasa?

--- Ya lo verán cuando lleguemos --- dijo Hermione apurada --- vamos, vamos, rápido...

Mire a Ron y Ginny quienes me devolvieron la mirada con intriga.

--- De acuerdo, pero suéltame, yo te sigo --- le dije por fin liberando mi brazo.

Me di, media vuelta para poder acompañar a Hermione. Mientras que Ron y Ginny se apresuraban, para no quedarse atrás.

--- ¿A dónde vamos, Hermione? --- le pregunte ya desesperado, después de que ella me condujera por seis pisos y empezamos a bajar por las escalinata de mármol que daba al vestíbulo.

--- ¡Ya lo verán, lo verán dentro de un minuto! --- dijo Hermione, emocionada

Cuando vi a donde nos dirigíamos, me reusé en seguir por ese camino. Conocía a mi amiga y desde que se enteró que la comida y aseos eran por elfos, no paraba de decir que era inhumano y a tratar de convencerme para que fueran libres.

--- No es nada de eso, se los prometo --- dijo apenada, cuando le dije que no pensaba ayudarla con cualquiera de esas ideas que tenía, Ron me apoyo y Ginny guardo su opinión – pero, acabo de venir de hablar con ellos y me he encontrado... ¡Ven Harry, quiero que lo veas!

Cogiéndose otra vez de mi brazo, tiró de él hasta la pintura del frutero gigante, alargó el índice y le hizo cosquillas a una enorme pera verde, que comenzó a retorcerse entre risitas, y de repente se convirtió en un gran pomo verde. Hermione lo accionó, abrió la puerta y me empujo por la espalda, obligándome a entrar. Alcance a echar un rápido vistazo a una sala enorme con el techo muy alto, tan grande como el Gran Comedor que había encima, llena de montones de relucientes ollas de metal y sartenes colgadas a lo largo de los muros de piedra, y una gran chimenea de ladrillo al otro extremo, cuando algo pequeño se me acerco corriendo desde el medio de la sala.

--- ¡Harry Potter, señor! --- chilló ---. ¡Harry Potter!

Un segundo después el elfo me dio un abrazo tan fuerte en el estómago que me dejó sin aliento.