Fresas

Brillante luz de día

Se hizo un silencio que se prolongó hasta un par de minutos después de que Muichirou terminara de hablar. El doctor volteó a ver a Sanemi, quien se había quedado de pie junto a la puerta después de entrar intempestivamente a exigir que atendiera a su amigo. 

-Bueno, vivimos en un mundo donde los demonios existen, supongo que esto no es lo más raro que pueda escuchar en mi vida- intentó sonreír, poniéndose de pie , colocándose el estetoscopio mientras le pedía al chico que se recostara- ¿Puedes descubrirte el pecho y el vientre, por favor?- Muichirou desató un nudo de su ropaje, tratando de controlar los nervios que le ponían a temblar las manos-En realidad no tengo idea de qué protocolo seguir, jamás había estado en una situación así, trataré de hacer lo mejor que pueda- el hombre sonreía de una forma muy amable, quería relajarse-¿Está bien si me dices cuándo empezaste a notar algún cambio aparte de los mareos? Sensibilidad en algún lugar de tu cuerpo, algún sangrado en la orina, apetito, lo que sea por más pequeño pero que haya cambiado-

-Uhm, hace una semana empecé a tener mucho sueño. No solía desagradarme el cebollín pero ahora no lo soporto- el hombre asintió, poniendo el estetoscopio en su pecho, siguiendo su latido.

-Y...Eh...- carraspeó- ¿Qué tan seguido tienen relaciones y desde hace cuánto?- Sanemi intentó disimular su curiosidad, fallando al casi tropezarse con la silla que ocupó. Muichirou se mordió los labios, confundido, intentando recordar lo que le había explicado a la carrera su amigo sobre ese tema.

-Creo que hace cuatro meses, quizá menos pero eso sí más de dos meses. No lo hacemos todos los días pero sí bastante seguido- volteó a mirar a Sanemi, nervioso al sentir el estetoscopio bajar por su abdomen. Sanemi se levantó, suspirando. Casi como un accidente, buscó la mano de Muichirou y este no dudó un segundo en apretarla.

-Vaya- los ojos del doctor se agrandaron y después se entrecerraron, poniendo más atención a lo que escuchaba. Puso su mano en el vientre, ahuecando la palma y golpeando. Miró a los dos con un gesto francamente sorprendido- quizá es un poco pronto para confirmarlo y puede deberse a otras causas, pero se escuchan claramente dos latidos aparte del tuyo, jovencito-

-¿Dos?- fue el turno de Sanemi de sorprenderse.

-Como les he dicho, no tengo un protocolo respecto a esto y  debo hacer mucho más que una auscultación para confirmarlo, pero , basándome en ella y lo que me han relatado, todo parece indicar que estás esperando dos bebés, debes estar por la sexta semana apenas, quizá pronto comiences a ganar peso. Mientras descartamos que sea otra cosa, mi recomendación es que lleves los cuidados correspondientes a un embarazo de alto riesgo, es preferible exagerar las medidas de seguridad- 

Muichirou sintió un pitido en los oídos que no le dejaba escuchar, sólo viendo los labios del hombre moverse, Sanemi recibiendo los medicamentos que le otorgaba, los brebajes y el apretón en su hombro, diciéndole que debían irse. Afuera ya era de noche y Muichirou la sintió más ocura y pesada que nunca, tomándose un momento para respirar, buscando la mano de su amigo para que comenzaran a andar. 

-Tiene razón el viejo, en un mundo donde existen los demonios, esta situación no parece tan descabellada y aún así es una jodida sorpresa. Eres demasiado joven, Tokitou, y por la cara que tienes, asumo que esto no estaba ni de cerca entre tus planes- 

-Ni siquiera tenía idea de que era posible, Tengen me insistió en que sólo era algo que podía pasar entre un hombre y una mujer. Hasta hace unas horas no sabía ni siquiera que lo que hacíamos Tanjirou y yo era tener sexo- confesó aborchonado, apretando más la mano del otro, queriendo encogerse- debí hacer más preguntas, me siento como un tonto- 

-Sinceramente, no es algo que uno pueda preguntar tan abiertamente a cualquiera, todo lo que yo sé lo aprendí de primera mano, tampoco tuve quién me guiara- suspiró, pasando su brazo por los hombros de Muichirou- la vida de huérfanos ¿No? Además ¿Quién rayos iba a pensar algo así?- apoyó su cabeza contra Sanemi, suspirando profundamente.