III.

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¿Dónde debería comenzar su búsqueda?
Era la pregunta que rondaba la cabeza de EunHa, si bien, ella conocía los pasatiempos de la que fue su alfa, pero seguían siendo los mismo, Sana seguía gustando de jugar en los parques de diversiones, ella seguiría gustando de leer en la cafetería a unas cuadras de su edificio.
Podía iniciar por ahí, en donde ella antes vivía.

Se levantó tomando su bolso, pero un puchero se formó en sus labios y volvió a caer al sillón, Lisa que se encontraba a su lado la miró tomando su café, el clima era fresco, haciéndose notar que aún seguían en épocas frías pero ya llegando la primavera. Observó el atuendo de su acompañante, traía un pantalón mezclilla rotos y una blusa blanca con dibujo en los pechos, un cuadro negro con letras pixeladas un "Love me", junto con un abrigo de lana blanca y por último su bolso atravesado. Un atuendo sencillo pero hermoso en ella, y Lisa realmente se preguntó si las princesas eran genéticamente hermosas o EunHa era la única. No podía dejar ciertamente a sus hermanas atrás, pero tal vez era el olor de ella misma la que le pedía que sintiera una atracción solamente hacia ella, y recordó levemente a ChaeYoung con su aroma a cerezas naturales, su destinada, su aroma la llamó un par de veces, pero si comparaba las situaciones, el de EunHa le parecía más atractivo, más adictivo.

Y deseó que no, porque ella venía ayudarla a encontrar a su alfa, ella misma debía buscar por otra parte.

—¿Tienes alguna idea?

—Creo que podemos ir a su antiguo departamento, a lo mejor sigue viviendo ahí o pueden darnos información.

—Puede ser, entonces vayamos.

Ambas salieron del restaurante del hotel y alzaron la mano pidiendo un taxi, EunHa fue la que dió las indicaciones, recordando cuando venía a Japón de visita con ella.

Pararon en un edificio viejo, mismo que estaba más que en ruinas, pero dentro de él una beta seguía sonriendo esperando que alguien entrara, Lisa fue la que entró primero y EunHa siguiendo sus pasos, miró a la anciana y sonrió.

—Buenas tardes— EunHa saludó y la anciana sonrió.

—Hace mucho que no venías, te estábamos extrañando.

—¿Me conoce?

—Venías tiempo atrás con mi nieta, mi hermosa nieta, la extraño aún más, ya no está con nosotros y es cada vez más lamentable.

—¿Sana? Disculpe no estoy entendiendo.

—¿Sana? Oh sí sí, Sana, mi nieta, vive en el piso dos, debe estar en su departamento, iré a hablarle por usted.

La señora se volteó tomando el celular en sus manos y con un rápido movimiento marcó los números:— EunHa, ella no está bien, deberíamos irnos.

—Dice que es su nieta, Lisa espera.

—No parece un lugar apropiado para vivir y no creo que siga estando en servicio.

—¿Ustedes qué hacen aquí?— una señora entró con una niña tomada de la mano, gritando en japonés al ser originaria de ese país.

—Hija, espantas a los clientes— la anciana siguió al pendiente del teléfono— lo siento, no responde, tal vez salió y ni cuenta me dí— una suave carcajada salió de sus arrugados labios.

—Gracias de todas formas— EunHa hizo una pequeña reverencia.

—Mi madre no está bien, les pediré que no regresen por favor— la señora fue directa y Lisa asintió liberando su aroma para trasmitirle paz a la omega detrás de ella.

—Por supuesto— aceptó y jalando de la muñeca a la omega salió del edificio.

EunHa sentía un revuelo de emociones, no sabía que sentía exactamente, si esa anciana había dicho que Sana era su nieta, se refería a la misma nieta que según esa misma anciana ya no estaba viva.

Bajó su rostro y miles de preguntas se formaron en su pequeña cabeza, ¿encontraría viva a Sana? ¿siquiera podría saber si sigue viva o falleció? Sentía que la aventura que había tomado había sido más que estúpida, pudo haber pedido que investigaran por ella, pero quería sentir la adrenalina, y ahora que la sentía no era exactamente la adrenalina que quería sentir, ella quería sentir una adrenalina emocionante que le dijera que estaba casi de encontrarla, no una dónde la adrenalina era por saber si estaba muerta.

Nuevamente entró al taxi y miró a Lisa.

—¿Algún otro lugar?

—Coffe night.

El taxista asintió y condujo, EunHa mordió sus dedos en busca de calmar su ansiedad, realmente debía creerle a esa pobre anciana.

—Su hija lo dijo, esa anciana estaba mal, Sana debe estar viva.

—Puede ser, tal vez y esa es la razón por la que no me buscó. Y sí es así sería lo peor porque desconfíe en su palabra.

—¿Y en caso de que no fuera así?

EunHa permaneció callada, aunque estaba buscando a Sana, no sabía que haría cuando la tuviera frente a frente, no sabría si la miraría simplemente o la abrazaría pidiéndole que no la abandonará nunca más. Porque los años en los que no estuvieron juntas habían sido un sufrimiento latente y horrendo.

—¿Qué harás al encontrarla?— Lisa volvió a soltar la pregunta, esta vez refiriéndose a una escena general.

—No sé, no sé qué haré. Ahora solo quiero encontrarla y que las cosas sucedan como tengan que suceder, los destinados están hechos para estar juntos.

—¿Enserio?

—Ouh— EunHa se sentía la persona más estúpida—. Me refiero...

—Está bien, sigamos con la búsqueda.

—Lisa...

—Y permanezcamos calladas.

—Lisa, escucha.

—EunHa, no tengo ganar de escuchar.

Y EunHa bajó nuevamente su cabeza y movió su pierna como niña chiquita que acaba de ser regañada, no quiso ofender pero lo había echo.

【Mi hermosa princesa.】 「L E」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora