XII.

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Cuando Sana se dignó a terminar con el beso, ella aún seguía con los ojos abiertos y mirándola aburrida.

—No compliques las cosas, solo vete— susurró, las manos de Sana la soltaron y fue entonces cuando pasó por su lado ignorándola, entró al comedor y volvió a su lugar.

—¿Todo bien?— la voz de su padre parecía preocupada, y cuando escuchó al fin la puerta principal cerrarse, las lágrimas salieron.

Negó, siendo abrazada por ChanYeol, necesitaba de Lisa, quería el aroma a rosas, necesitaba tanto de él para poder controlarse:— Necesito de mi alfa.

—Se acaba de ir, Eun— ChangKyun trató de darle sentido a lo que había pasado.

—Chan, creo que me acostumbré a ella en unas semanas— susurró lo más despacio que podía.

—¿Quieres que vaya por ella?— preguntó.

Volvió a negar, su vista se clavó en JungKook, la miraba preocupado, y mantenía sus ojos abiertos esperando cualquier acción para ayudarla:— No. Solo necesito dormir.


[•••]

Tailandia era un lugar hermoso, era un lugar tan verde y natural que Lisa simplemente se enamoraba un poco más en cada regreso, pero ese regreso, no sonrió cuando bajó del avión, tampoco cuando BamBam la recibió en brazos y con un extenso beso en su mejilla.

En cambio, recordó la sonrisa de EunHa, y sus ojitos se iluminaron, ahora mismo EunHa estaba en casa, durmiendo, o haciendo cosas de princesa, o tal vez hacía un poco de todo menos pensarla, porque ella mismo lo había dicho antes de tomar su vuelo.

"Lo de nosotras es solo una aventura; y me gustó. Pero debe terminar Lis."

A diferencia de EunHa, Lisa había sentido todo de manera diferente, había amado y poseído su cuerpo, inclusive le encantaría hacerlo más de una vez, pero no era posible, había miles de kilómetros entre ellas, y un muro que EunHa había creado, tan bien armado, que mientras escababa para pasarlo, cada vez había más de él. EunHa no quería nada con ella.

La omega mayor de la familia real Park, estaba fuera de su alcance, y le jodía, le jodía porque se acostumbró a lo mínimo que hacía con EunHa, a dormir abrazada a ella, a tomarle la mano, a pedir su café con una cucharada de azúcar y sin leche. Cómo también a los tiernos balbuceos mientras dormía.

Extrañaba su sonrisa, sus ojos brillando, también extrañaba la emoción al estar por primera vez en un parque de diversiones —porque Lisa fue la primera en varias cositas para EunHa—, extrañaba su aroma a frutos rojos, extrañaba abrazarla mientras dormía.

Llegó a su departamento, dónde JiSoo la esperaba, sonrió al verla y no dudó en abrazarla, y soltar unas lágrimas al verla, había extrañado a su amiga de la infancia.

—¿Todo bien?— asintió— ¿Qué pasó? Hace una semana o más que te esperaba.

—Nada, solo, la.aventura más feliz de mi vida.

—¿Todo bien?— repitió la pregunta, y esta vez Lisa negó.

Quería decir que sí, que ella también lo tomó como una aventura, pero no fue así, ella realmente estaba deseando que esa aventura se convirtiera en la historia de amor más bonita, pero Eun, Eun no lo deseaba.

—¿Quieres hablarlo?

—¿Podemos hablar mañana? Quiero ducharme y dormir. Puedes quedarte aquí.

—Buenas noches guapa.

—Buenas noches.

Entró a su cuarto, su maleta cayó y sacó el conejo de su maleta, le pertenecía supuestamente a EunHa, pero terminó en su maleta, mientras el zorrito en la de EunHa. Entró al baño, dónde lavó y cuidó de su cuerpo, mientras sus pensamientos aun se encontraban en Japón, aún estaban con la omega. Cuando salió del baño, caminó al escritorio, tomó un cuaderno y pluma.

La carta fue escrita a puño y letra, contando todo lo que sentía. Pero no fue sellada, y tampoco enviada.



[••]



EunHa simplemente no entendía cómo Sana tenía el valor de mandar una caja de chocolates, el contenido fue para ambas pequeñas del reino y la caja e inclusive la nota fueron a la basura.

Caminó a la sala, dónde su padre leía el periódico y ChanYeol mantenía su vista en la computadora. Se sentó a su lado y tomó un libro.

—¿Eun?

—¿Sí?

—¿Qué ha pasado hija? ¿No se supone que deberías estar feliz con Sana?

—Padre, estaría feliz si no me hubiera engañado y mentido. Y puede que la hubiera perdonado hace unas semanas, pero ahora mismo no sé si aún la amo, con o sin engaño.

—¿Conociste alguien en Japón?

—Me traté con alguien a quien ya conoces.

—¿Y qué pasa?— ChanYeol se aclaró la garganta.

—Es un caso perdido, padre. No es mi destinada.

—Claro que no pequeña. A veces el destino se equivoca.

—A parte es— se interrumpió— nadie importante, iré a dormir.

Se levantó abruptamente, últimamente dormía demasiado, era una buena manera de evitar sus pensamientos, aunque no a Lisa, quién la seguía tanto en pensamientos como en sueños, inclusive en deseos.

Pero no podía hacerle eso a su JungKook, a su primo. No podía andar con  la ex de pareja de su primo.

【Mi hermosa princesa.】 「L E」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora