IV

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«No la tomes de la cintura, no acerques tu nariz a su cuello, no mires sus ojos, no sientas la suavidad de su cabello, no veas sus tentadores labios, no toques su suave piel, no te fijes en ella.»

Lisa no sabe cómo fue que ambas dejaron de lado la búsqueda de la alfa de origen japonés y caminaron por la bellas calles de Japón, mirando todo lo que tenían a su alrededor.

—¿Pasa algo?— EunHa fue la que preguntó mientras tomaba un sorbo de su café.

—No, para nada, es solo que pensé que querías seguir buscando.

—Podemos descansar, sabes, éste viaje tiene una meta pero no sé, podemos disfrutar un momento, divertirnos. ¿Te parece bien?

Lisa sintió una sonrisa formarse en su rostro y liberando su actitud juguetona asintió, tomando con su mano izquierda la diestra de EunHa.

—Entonces vayamos primero al parque de diversiones, miré que estaba cerca, llegaríamos como en diez minutos.

—Oh, claro— EunHa sonrió y sus ojitos se cerraron levemente, tiró el café en un depósito de basura y siguió de cerca a la alfa sin soltar sus manos.

El camino fue con preguntas sencillas, preguntando por lo que harían después, o al día siguiente. Lisa pagó ambas partes aún escuchando las quejas de la omega y la arrastró al primer juego una montaña rusa, EunHa la miró y la adrenalina se apoderó de su ser, asintió y en la fila no paró de saltar levemente.

—¿Preparada?— Lisa apretó levemente la mano de la princesa y ésta asintió aún con la emoción.

—Es la primera vez que subo, realmente estoy emocionada.

—Te encantará.

Y ambas miraron sus ojos, fíjamente y con una sonrisa en ambos rostros, y tal vez su corazón estaba latiendo un poco más de prisa sin necesariamente ser la adrenalina experimentada.

El juego comenzó su trayectora lentamente y varios gritos de emoción se escucharon, tanto por parte de ellas como los demás personas que había detrás de ellas. Y en el punto más alto, EunHa sintió la verdadera emoción y adrenalina.

—¿Te gustó?— Lisa bajó sosteniendo debidamente a la princesa por lo entumecidas que habían quedado sus piernas.

—Sí, realmente me gustó mucho, subamos a otro.

Y así fue, ambas subieron a tres distintos juegos donde la adrenalina gobernaba, y cuando la tarde se estaba haciendo presente comieron comida chatarra que vendían ahí mismo, siguieron buscando atracciones y Lisa terminó jugando solo para ganar un conejo.

—Vamos linda, solo debes tumbar esas botellas— el señor nuevamente le alcanzó las pelotas y Lisa las tomó, había fallado tres intento y su orgullo estaba quedando en el suelo.

Tomando una fuerte respiración, miró el conejo rosa y tiró las pelotas, la segunda pelota fue la ganadora, la que hizo que ganara aquel peluche y EunHa brincando y emocionada saltó sobre ella.

Caminaron otro poco en el parque y esa vez fue la Omega quien decidió tratar de atinar al blanco y poder ganar un zorro de peluche, y tal vez hirió el orgullo de Lisa o tal vez no, pero había conseguido el zorro al segundo intento. Y ambas emocionadas volvieron a abrazarse.

Terminaron comiendo más de lo que Japón ofrecía y terminaron con dos peluches más.

—¡Lisa fotos instantáneas! ¡Vamos!

—¿Fotos? Pero tenemos nuestros teléfonos.

—No es lo mismo, anda vamos.

Lisa se estaba divirtiendo mucho, y mirar la sonrisa de EunHa simplemente podían con ella, fue así que aceptó que tomarán esas fotos y comprar una para cada una.

Un poco más tarde, el sol se estaba ocultando y EunHa estaba tomando una foto a la alfa, quién simplemente no podía borrar su sonrisa.

—¡Oh! ¡Pastel japonés!— EunHa feliz apuntó el puesto mientras Lisa miraba la foto.

—Ve por él, regreso en un minuto.

—¿Cómo?

—Iré por algo, regreso rapidísimo.

—Está bien, te espero allá— fue la respuesta un poco triste de la omega, pero tal vez el sentir el suave tacto de las manos de la alfa en sus cabellos le quitó toda tristeza, Lisa no se iría. Lisa no la abandonaría.

 

[...]

Sus pasos fueron débiles y cuando estuvo atrás de ella, no tuvo duda, era Sana, quién cargaba a una niña e iba tomada de la mano de una omega.

—¿Sana?

—¿Tú?

—¿Mami, quién es ella?

Todo quedó en silencio aún estando en el parque, Lisa miró a la alfa, omega y cachorra frente suyo.

—Mucho tiempo, vine de pasada, vaya ya tienes una familia, muy linda por cierto.

—Sí, ella es Momo mi pareja y Yuri mi cachorra— ambas hablaban japonés para que las presentes entendieran.

—Hola, Lisa Monoban, bueno solo pasaba a saludar, deberías darme tu número para quedar un día y ponernos al día.

—Por supuesto.

Ambas intercambiaron números y con una sonrisa se despidieron, no sin antes que Lisa comprara dos malteadas.






«Tómala de la cintura; dejando en claro que te pertenece, coloca tu nariz en su cuello; que su fragancia nos deje sin habla, mira sus ojos; aprecia las pequeñas estrellas que le fueron otorgadas, toca su cabello; y acarícialo, mira sus labios; hasta que él deseo de besarlos sea más fuerte que tú, acaricia su suave piel; que por algo la pusieron frente a ti, fíjate en ella; fíjate en la belleza tan irreal y perfecta que puede ser tuya, mía, nuestra»

【Mi hermosa princesa.】 「L E」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora