Epílogo.

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La gran pasarela llegó dos días después de llegar a Corea, y Lisa no podía estar más feliz por terminar por fin con su larga lista de quehaceres.

Pero justamente ahora, que está por salir los nervios la atacan y tiene miedo que EunHa esté afuera, porque confirmaron la asistencia de la familia real de Corea.

—Lisa, es hora de salir.

Echó una mirada a su reflejó, era un vestido de noche, totalmente beige y pedrería, escotado y abierto de la espalda y piernas.

—Aquí voy— suspiró terminando de colocar su collar.

Cuando las luces estuvieron completamente apagadas y el reflector apuntó a ella, caminó con la cara en alto y su mirada firme y seductora. Sus movimientos eran fluidos y mantenían la calma y comodidad que todas querían.

Dió la vuelta y miró, ahí estaba su perdición, mirándola y tal como llegó, se fue. Solo tuvo unos minutos para colocarse un vestido casual y unos zapatos para picnic.
Y salió después de la tercera modelo.
El siguiente vestuario era un traje de baño con un vestido traslúcido blanco arriba. Y unas sandalias.
El cuarto fue una ombliguera blanca y un pequeño shorts de mezclilla.
Y cerrando el show, un overol y un top.

Una vez acabó todo se encerró en el baño y cambió a un pantalón ligero y una blusa blanca, colocó sus vans y salió del lugar por la puerta trasera, corriendo a su hotel que solo quedaba a dos cuadras. Apagó su teléfono. Ahora mismo tendría millones de llamadas de JiSoo reclamando su huída cuando aún faltaban varias cosas.

Pero su habitación de hotel ahora mismo era más cómoda y agradable, a comparación de la habitación llena de fotógrafos y de ella. Un suspiro escapó de sus labios y se aventó a la cama.

—¿Todo bien?— se preguntó con sus manos sobre sus ojos.— Más que nunca querida Lisa— se respondió sintiendo las húmedas lágrimas recorrer— Todo está bien.

Pero no lo estaba, todas las noches era lo mismo, las inmensas ganas de regresar a Corea e ir con la princesa, pero era imposible. No cuando ella tenía a Sana a su lado.

Utilizó el servicio de habitación pidiendo una botella de vino.
Abrió cuando le tocaron dos veces y dejó entrar a la joven que dejando las cosas se volvió a marchar.

A Lisa le enseñaron  a tomar vino de manera educada, pero ahora mismo, sola en su habitación y extrañando a EunHa, se empinó la botella dando un largo sorbo.

Llenó su copa y nuevamente la empinó, el alcohol surgió efecto al cuarto sorbo encontrándose con sus mejillas rosas y en su mente aún reinaba EunHa.

—¡Que perfecta eres!— el llanto la invadió, realmente necesitaba de esa omega.

La puerta sonó, tres veces, no abrió. Al cuarto toque rodó los ojos logrando caminar hasta la puerta, EunHa estaba con el puño alzado y la mirada sobre ella, y cuando logró enfocarla cerró la puerta en su cara.

—¡Lis por favor abre!

Nuevamente Lisa abrió y miró a la omega:— ¿Qué?— Su voz no sonaba muy sobria.

—¡Hablemos!

Lisa volvió a abrir y miró a los lados:— Que raro, siento que hay alguien acá.

—¡Lis!

—¿Dónde está tu alfita?

—Frente a mí, pero me ignora.

—Sana no está aquí.

—Luna mía, Lis...

—Vé con tu destinada, debe andar preocupada por ti

—¿Qué pasó ese día?

—¿No fue suficiente con el beso?

—¿Cuál beso?

—¡La besaste! ¡Yo las miré!

—Ella me besó.

—Juntaron sus labios, ahora son una bonita pareja.

Y EunHa se inclinó tomando los bordes del suéter de Lisa y juntó sus labios, solo por un segundo Lisa se negó, pero tener nuevamente a EunHa tan cerca de ella, era como regresar al paraíso y fue entonces cuando dejó de poner resistencia y continuó el beso.

—Nuestros labios se juntaron, ¿Ahora somos una bonita pareja?

—¿Y Sana?

—Ella nada pinta aquí, somos tú y yo,  nuestra historia de amor.

Lisa juraba que era un sueño.
Ya había tenido miles de esos.

—Si es un sueño, puedo disfrutarlo— EunHa sonrió.

[•]

La mañana siguiente Lisa despertó sola en su habitación, con un dolor de cabeza enorme. Recordó a EunHa, y su sueño.

—Lis, ¿Tiene pasta dental?

Pero frente a ella estaba su perdición, EunHa estaba ahí, con un camisón suyo y con su cabello despeinado.

—¿Eun?

—¿Sigues creyendo que es un sueño?— asintió— No lo es, ¿Recuerdas? Tú y yo— la omega de colocó arriba de ella abrazando su cuello y sentándose en sus piernas.

—No es lo que tú creíste que pasaba, ella me besó y yo la separé, cuando salí de la habitación tú ya no estabas y el auto de JinYoung tampoco. Traté de llamarte y no podía, fui a buscarte a Tailandia y tampoco estabas, me dijeron que te habías mudado, compré todas las revistas en las que salías, y en serio, te extrañé.

—Yo, creí que habías regresado con Sana.

—¿Cómo regresaría con ella, si te amo a ti?

—Ella es tu destinada.

—Lis, el destino se equivoca. Tú eres mi única destinada.

Y nuevamente sus labios se juntaron, con las mejillas pintando ambos rostros, se habían extrañado, y se amaban.

—Tú y yo.

Lisa realmente sintió correcto que sus labios estuvieran juntos, sintió correcto el recorrer con sus manos el cuerpo de la princesa, sintió correcto escuchar a la omega gritar su nombre, sintió que al lado de EunHa, todo estaba correcto.

Y fue justo ahí, en esa habitación de hotel, dónde EunHa tuvo una mordida en su cuello, y fue ahí mismo donde se entregaron a lo que consideraban un amor correcto.

【Mi hermosa princesa.】 「L E」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora