【Mi hermosa princesa.】 「L E」

XI.

—Entonces te acostaste con Lisa— era afirmación pero eso no impidió que EunHa asintiera—. También miraste a Sana con su pareja e hija— nuevamente asintió—. EunHa, ¿Cómo te sientes por Sana?

—Chan, me siento dolida, fui traicionada.

—Sabias que tenía una hija.

—No me refiero a la niña, yo podía aceptarla, amarla. Pero, nunca mencionó una pareja, en cambio me prometió regresar por mí— miró su anillo, nuevamente lo había colocado, no sabía porqué, pero algo le decía que lo usara.

—Eun, ¿Y con Lisa?

—La extraño, a decir verdad, me encantó besarla y lo que pasó esa mañana, es solo que, es la ex de JungKook. Y no estoy segura.

—Creeme pasarán cosas peores.

—¿A qué te refieres?

—No hablemos de eso, dime, ¿Qué harás?

—Nada, me quedaré aquí y esperaré a que lleguen todos.

—Un excelente plan, mañana regresarán, JungKook al fin dará su gran noticia.

[...]

—¡EunHa!— su padre había entrado al comedor corriendo mientras se aventaba a sus brazos, atrás de él, Jimin y YoonGi también la abrazaron.

El comedor fue llenado por su familia, y cada uno le abrazaba sintiendo la emoción recorrerla, hasta que entró por la puerta, JungKook, ésta vez mantenía la mano sujetada a la de TaeHyung y sonreía como nunca antes, ambos jóvenes la abrazaron y se sentaron en las sillas frente a ella.

ChanYeol tomó su mano, JungKook aclaró su garganta sin dejar su sonrisa, YooJung copió el acto y recibió una caricia en el cabello por el alfa de aroma a menta.

—Familia— JungKook contagiaba la sonrisa, EunHa incluso había sonreído.

Pero antes de que la noticia llegase a sus oídos, la puerta del comedor se abrió y Sana se mostró ante ella, Sana estaba ahí, a unos metros de ella, su familia incluso estaba impresionada.

—Sana...— su voz salió entrecortada y sorprendida, pero el recuerdo de Japón la inundó de un coraje— ¿Qué haces aquí?

—Podemos hablar— miró a la familia real, inclusive el rey se había cruzado de piernas acomodándose para escuchar— en privado.

Un suspiro escapó de ella, se levantó, ChanYeol la siguió y las dirigió a la oficina del primer piso, dónde las dejó solas. Su mirada recorrió todo su alrededor, evitando la mirada de la alfa.

—¿Qué quieres?— sus ojos mostraban todo el enojo que guardaba.

—Déjame explicarte, nada es lo que crees.

—¿Exactamente qué no es lo que yo creo?

—Todo, verás, Dahyun dijo que estaba de viaje porque yo quería tiempo para reunirme con Lisa.

—¿¡Y para qué mierda querías a Lisa!?— la mención de la tailandesa era aún peor, Lisa la había mirado, Lisa había estado con ella, Lisa sabía que todo era una farsa.

—Eunnie--

—¡No me digas así!

—EunHa, la hija de Momo no es mía.

—¿No?

—Ella me dijo que sí, pero no, ella me pidió que me hiciera cargo de ambas solo un tiempo, sus padres la estaban obligando a abortar y ella no quería, así que me pidió estar con ella.

—¿Seis años?

—El tiempo era solo un año, pero hubieron complicaciones.

—¿Cómo la marca en su cuello?

—Estabamos borrachas. La niña se acostumbró a mí. Yo quería regresar por ti, incluso sigues teniendo mi anillo. Sé que quieres que volvamos— las manos de Sana eran frías y su tacto ya no la mantenía protegida y querida, todo era diferente, diferente a Lisa—. Somos destinadas.

—A veces el destino se equivoca— el susurro rompió el silencio que se había formado— No te quiero Sana. Ya no. Si hubieses llegado solo unas semanas antes, si hubieses dicho la verdad, no dudaría en correr a tus brazos, en besarte, y decirte que yo también te amaba.

—EunHa.

—Sana, te lloré, te amé. Te creí. Confíe en ti más que en mí. Esa niña es igual a ti, ¿Quieres que me crea que es de Momo, cuando tu aroma es que predomina en ella? Capto muy bien los aromas, y sé que es tan tuya como de Momo, y no me molestaría, pero esa niña no tiene la edad que había dicho, dijiste que era antes de que te juntaras conmigo, y esa niña apenas tendrá los seis años.

—¿Fue Lisa?

—No te atrevas a meter a Lisa cuando la que falló fuiste tú. Vete.

—Ese anillo es prueba de que aún me quieres, EunHa, iniciemos de nuevo.

—¿Éste?— sacó el anillo de su dedo con facilidad, salió de la oficina y abrió la puerta principal sin darle tiempo a las jóvenes que se encontraban al lado— ¡Lárgate!

—EunHa— Sana nuevamente le suplicó con la mirada.

El anillo voló, y cayó a unos metros de distancia en el pasto verde:— ¿Por qué?

—Volveré.

—Vuelve cuando realmente tengas una excusa válida y que pueda creerte. No vengas con mentiras, porque no es algo fácil de perdonar el engañar a la princesa de Daegu.

Y con el sonido de sus tacones al andar caminó de regreso a terminar su almuerzo, con las mejillas húmedas, con los labios apretados, y la intensas ganas de llamar a Lisa y pedirle que fuera y la abrazara, la besara como en aquella ocasión en la torre de Tokio. Qué la haga sentir como la única omega, y no como una más del montón, pero los labios que sintió no fueron los de Lisa; fueron unos que mantenian un sabor amargo y un tacto frío, las manos que apresaron las suyas no fueron las de Lisa tampoco, las de ella eran cálidas y suaves; en cambio sintió unas frías, suaves y a la vez peligrosas.

No correspondió el beso, no sintió nada, y su omega tampoco recibió un poco de emoción. ¿Qué sentía exactamente? Repulsión. Asco. Se sentía atacada.

#HAPPY_SEUNGWOO_DAY.