XV.

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—¿Todo bien?— ChanYeol preguntó desde el otro lado de la línea.

—Sí, ya estoy en el avión, me quedaré en la casa de JiSoo.

—Bien, mañana tendremos un desayuno en el patio trasero, me mandas mensaje cuando estés afuera.

—Claro, gracias ChanYeol, en serio. Gracias.

—Confio en ti para cuidar a mi pequeña princesa.

—Creeme que la cuidaré.

Colgó cuando el avión despegó, la emoción era tanta que no podía quedarse sentada, pero JiSoo a su lado la obligaba.

—¿Cómo están las fotos?

—Tú vas a hacer que mi nueva colección de primavera vaya directo al éxito.

—La ropa era hermosa.

—Traje los cambios, mañana debes utilizar uno.

Lisa rodó los ojos al recordar a su diseñadora amiga, siempre un paso frente a ella, pero seguía sin entender cómo ésta seguía soltera, era un amor de persona.

Cerró sus ojos y el sueño la atacó, el avión tardaría pocas horas en aterrizar.
Era más de medianoche, las tres de la mañana para ser exactas, cuando Lisa llegó al departamento de la omega, y quedó rendida en el colchón, mientras que la dueña del departamento llegó a su cama y se durmió.

La segunda vez que Lisa despertó fue por su alarma, el celular estaba con poca batería y lo colocó a cargar mientras se metió al baño. Lavó de su cuerpo y dientes, antes de salir en bata.

Afuera JiSoo la esperaba con un camisón y mirando las prendas a elegir. Le aventó un pantalón de mezclilla y un top negro. Hidrató de su piel y colocó desodorante para seguido colocar la ropa que JiSoo había escogido.

Amarró unos zapatos negros grandes del estilo botín rudo. Y por último JiSoo se encargó de lanzarle una blusa negra traslúcida con rosas bordadas.

Dejó su cabello suelto, tan lacio como siempre.

—¿Y?

—Preciosa— lanzó un beso al aire y Lisa sonrió tan grande.

Maquilló levemente su rostro y tomó su bolsa y celular, las 8:30, tenía media hora para llegar al desayuno.

Fuera del edificio pidió un taxi y dió la dirección que ChanYeol le había dado, su celular tenía quince porciento de batería, rogaba que fuera suficiente.

No podía evitar sentirse nerviosa y fue por eso que sacó plática al chófer.

—¿Por qué tan nerviosa jovencita?— preguntó acomodando el espejo para poder verla.

—Siendo sincera, estoy apunto de declararme.

—¿Puedo preguntar, a quién?

—EunHa. Mi hermosa princesa— contestó con una sonrisa, una tierna carcajada salió de los labios del anciano frente a ella.

—Le deseo la mayor de las suerte al verla tan enamorada— ésta vez quien rió fue Lisa— Hemos llegado— se estacionó frente al hermoso castillo— Vé, fue un honor poderte traer a tu destino amoroso.

—Su dinero...

—Fue un honor, futura princesa— y el coche arrancó con el señor teniendo una sonrisa tan grande y dejando a Lisa con una incluso más grande.

ChanYeol la esperaba afuera y la abrazó:— Bienvenida, pasa, todos están en el patio trasero.

Lisa sintió su estómago presionado, el nerviosismo la atacó y caminó a paso lento detrás del príncipe, escuchó las risas que provenían, y fue entonces cuando miró a la omega, tan perfecta como siempre, al lado de JungKook.

Ambas miradas se cruzaron y Lisa llegó hasta estar a un metro de distancia del aroma a frutos que tanto amaba. La mesa quedó en silencio.

—Alguien vino de visita— ChanYeol informó pidiendo un lugar más en la mesa.

—¿Qué haces aquí?— JungKook preguntó confundido.

—Lis...— EunHa no podía dejar de observar a la alfa, su corazón latía tan desesperado y su omega inquieto deseaba acercarse al aroma a rosas.

—Yo, vengo por EunHa— contestó a la pregunta de JungKook— Eun--

El ambiente estaba tenso y EunHa se aclaró la garganta:— Desayunen, por favor. Yo tengo que arreglar ésto.

Se levantó de la mesa y acortó la distancia, Lisa tomó de su mano y ella la llevó varios metros alejados de su familia, pero las miradas las seguían, y a Lisa no le importaron cuando la abrazó y EunHa en brazos de ella se olvidó de que existían más personas aparte de ellas.

Se ocultó entre sus brazos y aspiró el aroma a rosas, jadeó al darse cuenta lo mucho que lo había extrañado y no se apartó.

—¿Qué haces aquí?

—Te extrañaba, mucho. A decir verdad no iba a venir, pero, te necesito, más de lo que tú a mí, pero soy egoísta y te quiero.

—Lis, yo no puedo hacerle esto a JungKook.

—No pienses en los demás, Eun, piensa en ti y en mí. Piensa en nosotras.

—Soy una princesa, debo pensar en todos antes que en mí.

—En ese caso; piensa en mí, antes de él.

—Lis--

—¿Me extrañaste?— EunHa no podía negar eso, no si hablaba con la verdad, y tampoco quería mentir, había extrañado a la alfa demasiado.

—Puede ser— no mintió, pero tampoco dijo la verdad absoluta.

—Eun, tu familia está viendo, pero dime, ¿Con Sana sentiste lo mismo que conmigo?— su voz fue un susurro, lo dijo tan bajo y tan cerca de su oído, lo dijo colando su mano sobre el pantalón.

Y era un jodido no, porque con Lisa todo había sido de manera apurada pero extrañamente calmada, porque la alfa la tocaba sin tener que pedírselo, le hacía sentir que era la única omega en el universo, y con Sana todo era diferente sintiéndose extrañamente diminuta y teniendo que rogar para tener atención.

Y el día de la aventura había sentido más que nunca su corazón acelerado y no solo por la excitación del momento, era más íntimo, más real.

—No. El amor no llega en una semana, y sé que el destino también se equivoca, pero lo que siento por ti va más allá de un simple te quiero, Lis.

—¿Entonces?

—JungKook...

—Eun, intentémoslo. Tú y yo contra el mundo si hace falta— la alfa tomó las delicadas manos de la omega llevándolas a su pecho— tú y yo, juntas.

Y EunHa terminó con la distancia, uniendo sus labios, sonrió sintiendo el sabor a pasta dental, pero siguió el beso, porque había extrañado esos labios, y comparándolos con los de Sana, escogería los de Lisa, siempre.

—Hagamoslo.

—¿Aquí?

—¡Lis!

—Es broma hermosa, te quiero, mucho.

—Yo más.

【Mi hermosa princesa.】 「L E」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora