VI

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—¿Cómo te sientes?— Lisa bajó su rostro y lo ocultó bajo las cobijas, se sentía apenada— ¿Qué pasa?

—Estoy bien.

—No te creo, déjame verte— exigió, jalando con fuerza la cobija misma que Lisa también sujetaba.

—No, Eun no.

Pero EunHa ganó y quitó la cobija que cubría el cuerpo de la alfa y la miró, tenía varios hematomas y marcas de sus garras, tal vez las había clavado en ella misma para evitar romper algo.

Llamó al número de recepción y pidió un botiquín de primeros auxilios, mientras su encargo llegaba acarició los suaves cabellos de la alfa. No tardó mucho su encargo, así que segundos después abrió la puerta y tomó el paquete extendido, agradeció y regresó a un lado de Lisa.

—¿Qué pasó aquí?— señaló los hematomas cerca de las rodillas y muslos.

—Me sentía mal y empecé a golpear mis piernas, tal vez eran muy constantes y fuertes qué terminaron así— respondió mirando atentamente como la princesa untaba una pomada para luego vendarlas.

—¿Y aquí?— señaló el vientre donde había varios rasguños.

—Me rasguñé— bajó su cabeza, y nuevamente sintió la pomada en su piel junto a las suaves manos de la princesa— No necesitó escuchar la pregunta de EunHa dirigida a sus brazos— También me rasguñé, fue a la ansiedad de no poderte cerca— susurró lo último, sintiendo la vergüenza al decir aquello, pero la habitación estaba en silencio y EunHa logró escucharlo muy por abajo.

—Aquí— EunHa señaló el brazo contrario.

—Lo mismo— asintió, la princesa vendó ambos brazos y acarició.

—¿Alguna herida más?— Lisa negó.

—Iré a comprarte algo y regreso, no tardó mucho.

—Quiero ir contigo.

—Acabas de salir de celo.

—Por eso mismo, mi lobo te reconoce como suya y no quiero dejarte ir sola.

—Lisa, debo ir, será rápido.

—EunHa, necesito ir.

—Iré a la cafetería de enfrente, puedes verme por la ventana, si alguien se me acerca puedes ir, ¿Okey?

Lisa no estaba de acuerdo, pero aceptó y la omega salió corriendo, no era sencillamente su lobo, era el miedo constante de que la omega se encontrara con Sana, primero debía decirle, y después tal vez preguntarle que haría.

Miró por la ventana siguiendo los movimientos de la princesa y sonrió cuando volteó y ambas pudieron observarse solo un momento.

Cuando la omega regresó, Lisa estaba acostada y mirando la tele, un programa de repostería.

—¿Pasa algo?

—Eun... Yo, debo confesarte algo.

—¿Qué pasa?— preguntó entregándole su desayuno junto al café.

Tenía que hacerlo, eran tres sencillas palabras:— Intercambiemos nuestros premios.

—¿Cómo?

—Me gustó mucho el zorrito y miré que a ti el conejo, ¿No te gustaría intercambiarlos?

—Oh, por supuesto, por mí está bien.

Y Lisa realmente se odio, quería decirle que miró a su ex, pero, ¿Cómo?

—El celo me dejó muy cansada, ¿Dormimos?

—Solo un rato, quiero que vayamos a la torre de Tokio en la noche.

—Síp, genial, ven.

—Yo dormiré en mi cama, no te preocupes.

—Aquí cabemos las dos.

Y EunHa asintió, comiendo rápido su dona y su café, también tomó el peluche de su cama y se acurrucó en brazos de Lisa, recordó levemente los días de Sana, cuando sus abrazos aún eran cálidos y protectores.

—¿Cómo era tu relación con Sana?

—Aunque la estoy buscando, no fue algo perfecto, Sana y yo vivimos en pésimas condiciones, pero estaba bien, porque estábamos juntas, pasó un tiempo y fue cuando ella cambió, su tacto, los celos, las relaciones que manteníamos, el trato, ya no era lo mismo, un día simplemente me regresó al castillo, y me sentí tan estúpida, pero me dió un anillo y me dijo que volvería por mí, después de seis años, aquí estoy, con el anillo aún en mi dedo y con la esperanza de regresar.

—¿La amas aún?

—Si me hubieras preguntado eso, hace un mes, te diría que sí, pero han pasado demasiadas cosas, entre ellas tú, no en el sentido romántico, más bien en amistad, y creo que podría decir que es un capricho mío, y aunque lo fuera, quiero respuestas, razones, motivos, quiero una verdad dicha de sus propios labios.

—No entiendo en qué te abrí los ojos exactamente.

—Cuando salimos a buscar, me preguntaste si había conocido su familia, Sana siempre fue muy apartada al tema de su familia, nuestra relación era nosotras dos y el presente, nunca era nosotras dos y el pasado o futuro, era el día a día. Quise preguntar varias veces sobre cicatrices o preguntas típicas, mismas que respondía con un "estoy cansada" o "no tiene importancia" pero sí la tenían, su familia sobre todo.— Lisa quedó en silencio— ¿Cómo era la relación de JungKook y tú?

—Increíble, realmente amaba a JungKook, pero ambos éramos alfas y yo no estaba dispuesta a doblegarme, y siendo sincera, él mandaba en nuestra relación, así que cuando me enteré que también tenía un puesto en la realeza, simplemente me sentí estúpida, porque mi ego de alfa se estaba quebrando, mis tratos cambiaron y no fue por mí, fue por mi lobo, y después llegó su destinado, aunque JungKook quiso intentarlo conmigo y hacer las cosas bien, me rehusé, porque quería darle una oportunidad  con su omega, pasó el tiempo y ChaeYoung y yo nos conocemos, vemos que las cosas no funcionan y me voy. Encontré a JungKook en el parque y le pedí una oportunidad, misma mi lobo pedía gritos fuera negada, él era feliz con TaeHyung, y yo estaba bien. Así que decidí irme a Tailandia, pero aquí estoy, contigo.

—¿Y ChaeYoung y tú?

—Quisimos funcionar, pero era más que obvio que ChaeYoung sentía algo por JinYoung y yo por JungKook, ambas preferimos tenernos aprecio y ya.

—¿Sigues sintiendo algo por JungKook?

—No. Creo que aún en el parque sabía que JungKook no era lo que quería, pero estaba acostumbrada a él de cierta manera.

—Durmamos.

—Sí.

【Mi hermosa princesa.】 「L E」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora