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@EverythingBegin
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- ¡Papá, papá!- una niña corría hacia su padre.- Ven, ven, sígueme- le decía mientras le agarraba la mano, o mejor dicho, un dedo.
- Pequeña, ¿qué me quieres enseñar?- decía su padre intentando que esta no se cayera al correr. No iba con demasiado cuidado.
- Mira, mira- le señalaba agitadamente un hermoso corazón hecho con piedras y flores.
- Oh, ¡qué bonito! ¿Lo hiciste tú?-
La niña solamente sonrió...
Ese instante marcó una parte de mi vida. Nunca había visto tanta pureza en una sonrisa.
Yo solo era un niño pequeño que se fijó en una niña de pelo lacio, rojizo, y albina, que correteaba por un parque, transmitiendo alegría en cada paso; algo que yo no era capaz de comprender... algo que me sorprendió.
¿Cómo podía emanar tanta felicidad incluso desde la distancia?
Sólo sé que esa niña robó mi interés.
(Hacia el presente).
«Lo siento, pero no quiero hablar. Necesito un momento antes de irme. No es nada personal.
Corro las cortinas. No necesitan ver mi llanto, porque incluso si entienden... Ellos no entienden».
- ¿Hola?- dije entrando al aula. Parecía no haber nadie, pero ahí estaba otra vez esa chica, escuchando su música.
- Hola- dijo rápido, quitándose los auriculares.
- ¿Estás bien?- pregunté, fijándome en sus ojos ligeramente rojos.
- Sí, sí- me sonrió rápidamente, desviando su mirada.
- ¿Seguro? Siempre pareces triste escuchando...- iba a continuar, pero justo en ese momento empezó a entrar más gente al aula y decidí dejar la conversación para otro momento.
Una niña tan alegre, se convirtió en una chica que aparenta serlo.
¿Cómo se puede llegar a eso?
(Casi en el presente).
Dos chicos están hablando animadamente, sentados en un parque, mientras una brisa suave los acaricia, provocando un ambiente tranquilo.
- ¿Sabes? Yo también me fijé en ti en aquel parque. Eras el único niño que se embobaba mirándome, al fin y al cabo- me dijo riéndose.
No pude contestar... Pero, tras un rato de silencio, decidí hablar.
- ¿Por qué perdiste tu sonrisa?- pregunté.
- ¿Mi qué...?- me miró confusa.
- De pequeña tenías una sonrisa bonita, muy pura, la verdad-.
- ¿Eso cres?- río- Bueno, supongo que todo se acaba perdiendo-.
Pude notar que su semblante cambió a uno triste, decaído.
- Pero, ¿por qué?- insistí.
- ¿Tanto te intereso?- me miró con un semblante de burla- Sí es así, te lo diré.
Hizo una breve pausa.
- Perdí a mi padre poco después de ese día en el parque, en el que te quedaste empanado mirándome. Supongo que mi sonrisa se fue después de eso-.
- Lo siento, no lo sabía...- me interrumpió.
- No, no te preocupes. Pero, ¿a qué viene esa pregunta?-
- Era una sonrisa tan pura, que cuando vi que ya no la tenías algo dentro de mi dijo que eso está mal. Una sonrisa tan pura no debería perderse-.
(Ya en el presente).
Un día de lluvia... una habitación oscura. Una chica se encuentra sentada en el suelo, con su espalda apoyada en su cama, hecha un ovillo.
- Me dijiste que no perdiera mi sonrisa... me prometiste que me ayudarías a recuperarla... me lo prometiste...- dice entre sollozos- ¿Cómo quieres que lo haga si también te he perdido a tí?
Solloza.
- ¿Cómo quieres que lo haga?- se aferra más a sí misma.
- Idiota...- susurra.
(...)
De nuevo, un día lluvioso, alguien se encuentra sentado en el banco de un parque. Parece tranquilo, calmado, en contra del tiempo.
Juega con sus manos, con una sonrisa en la cara, mirando el paisaje... Parece recordar algo mientras suspira ligeramente.
- Quizás tenías razón... una sonrisa tan pura no debería perderse-
