🌻; Historias Curtas

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Inspiración (castellano)
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Una habitación pequeña iluminada, gracias a la ventana que deja entrar una espléndida luz otoñal. Una chica sentada en la silla de su escritorio, parece frustrada. Miles de papales arrugados la rodean, dispuestos de forma desordenada.

- Ah, no sé qué hacer, ¿por qué no me viene la inspiración?- se queja mientras tira otro papel.

Posa su cabeza en sus manos, intenta relajarse. Cierra los ojos por unos segundos, calmando su respiración.

- Si no me viene, iré en busca de ella- dice mientras se levanta de la mesa.

Recoge rápidamente los papeles y los coloca encima de la mesa. Los alisa como puede y les saca una foto.

- Bien, la poca inspiración que tuve, guardada-

Se pone su chaqueta, se calza, y procura coger las llaves antes de nada más.

- Quizás podría ir a caminar con música- reflexionada para sí misma.

Coge los cascos y deja sonar *Ready or Not*, de Bridgit Mendler.

(...)

Camina de forma pausada, dejando que la suave brisa le acaricie su piel y remueva su pelo. No tiene un rumbo fijo.

Escucha un ligero zumbido, sobre la música, y decide pararse, para averiguar de donde proviene.

Se encuentra en un hermoso parque, lleno de árboles y hojas caídas, una vista típica de otoño.
Se fija en su río, causante de ese pequeño zumbido.

A lo lejos puede ver unos niños jugando alegremente, decide sentarse en un banco cerca de ellos.

Los observa con una expresión relajada. Del bolsillo pequeño de su chaqueta saca una libreta, dispuesta a dibujarlos, pero justo cuando la abre, se levanta un fuerte viento que azota sus hojas. No es capaz de agarrar todas las páginas a tiempo, antes de que una caiga al húmedo suelo.

- Lo que me faltaba- susurra por lo bajo, con molestia.

- Yo creo que le da un toque especial al dibujo-

Levanta la mirada y se encuentra con un chico moreno, de expresión relajada, que le sonríe y lo recoge.

- Solo tendrás que secarlo, para que no se estropee más- le recomienda, mientras guarda el dibujo en una bolsita de plástico- así debería aguantar hasta que puedas hacerlo.

- Gracias- dice con indiferencia, un dibujo más uno menos, ahora mismo no suponía mucho para ella.

- Veo que tienes falta de inspiración- comenta riéndose.

- ¿Eh? ¿Se me nota?- inquiere intrigada.

- ¿Acaso despreciarías un dibujo en otro caso?-

Se queda callada, ¿por qué le hace este tipo de preguntas alguien que no conoce?

- Iba contigo a clases de pintura, si es que te parece raro que te hable con confianza- le dice burlesco. Se sienta a su lado.

Lo mira por unos momentos.

- ¿Ian?-

- El mismo- le contesta.

Hablan un rato animadamente, recordado el pasado y, sobre todo, dichas clases.

- Recuerdo todas las veces que me decías: la cuestión es empezar, ponerse puntos, hacerse preguntas, y no frustrarse. Ya te vendrá la inspiración. Y si no, coger todo lo que se te ocurre y mezclarlo hasta que algo tengo coherencia- se pausa por un instante, y mira a la chica directamente.- Es un consejo que he utilizado bastante. Te vendría bien aplicártelo de vez en cuando-.

(...)

Continúan con su cháchara. Pasan las horas hasta que se comienza a hacer tarde, y deciden acabar la conversación por hoy.

(...)

Ya en su casa, se dispone a colocarse otra vez en el escritorio. Esta vez con algo en mente.

Coloca la chaqueta, se descalza, y coge todo el material necesario.

Dibuja frenéticamente hasta que realiza un boceto aceptable. Se puede distinguir a un chico sentado en un banco, leyendo un libro.

- Al final encontré la inspiración- se dice a sí misma- o otra cosa- susurra.

- E.B.