[BTS] FicTober 2019

21.- Neoclásico & Euforia

Palabras:
Neoclásico
Euforia (yoongosaurus)

Pareja: YoonMin

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Jimin camina a paso lento entre los pasillos del frío museo, mirando todo con curiosidad y frunciendo su ceño con confusión cuando no es capaz de entender las breves reseñas de cada obra.

–YoonGi hyung, ¿qué dice aquí?

–Eh... pues... –frunce su ceño acercándose a la placa en la pared–. La sala del trono... creo...

–Ah... –murmura asintiendo.

–No entiendo por qué me pediste venir contigo –suspira–, NamJoon es mejor traductor y además es el experto en esto de los museos.

–Él iba a salir con SeokJin hyung.

–Pudiste unirte a ellos.

–¿Y ser mal tercio? No gracias –niega alzando ahora la vista hacia la decoración–. Todo es muy elegante...

–¿Qué tienen los griegos con los ángeles? En casi todas las pinturas aparecen.

–Son lindos –responde de manera distraída sin dejar de mirar los lienzos.

–Es sólo el deseo del hombre por volar.

–A mí me gustaría volar, debe ser increíble.

–Entonces deberías robarle la presentación de Euforia a JungKook, entonces podrías volar en cada concierto.

–Kookie parece un ángel cuando lo hace –sonríe–, y eso que ni siquiera usa alas.

Suga frunce su ceño ante el tono de afecto que acompaña a esas palabras, mirando con atención la sonrisa que ahora brilla en el rostro contrario.

–Hyung, ¿qué dice aquí?

–¿Eh? –Parpadea ante la repentina pregunta, acercándose al letrero explicativo–. "Neoclassical Rooms and Canova Collection", dice... que la mayoría de las obras son de Canova y... otras cosas más... el asunto es que todo esto es neoclásico y el artista se llama Canova, fin.

–Creo que me estás engañando, la reseña es mucho más larga.

–Los demás son detalles irrelevantes, te lo estoy resumiendo para que no te aburras.

–Sí, claro.

Jimin ríe en voz baja mientras continúa con su recorrido a lo que Suga simplemente sonríe, ahora amando el hecho de estar ahí con el menor, porque Jimin había pedido su compañía, la de él y nadie más.

–Suga a veces eres tan infantil... –susurra para sí mismo entre una risita divertida.

–¡Hyung, ven!

Esa exclamación saca al rapero de sus pensamientos, apresurándose hacia quien ahora observa una escultura.

–Dédalo e Ícaro... –susurra el menor después de leer por sí mismo la reseña–, ¿está atando alas en su espalda?

–Apropósito de la fijación de los griegos...

–¿Entonces es un ángel?

–No, es un humano y esas son alas de cera –responde, alzando la mirada hacia la escultura de mármol–, esto es de un mito griego, Dédalo creó alas de cera para escapar del laberinto junto a su hijo Ícaro, aquí supongo que muestra cómo ató las alas a su espalda.

–¿Y escaparon? –Voltea a mirar al mayor que asiente en silencio–. Qué alivio... –suspira.

Suga sonríe enternecido ante el suspiro de sincera felicidad del otro.

–Pero –agrega–, aunque pudieron escapar, las alas de Ícaro se derritieron cuando voló demasiado cerca del sol y entonces cayó al mar muriendo ahogado.

–¿Qué? Pero... ¿por qué? –Frunce su ceño ahora con tristeza.

–Porque no hizo caso a su padre –se encoge de hombros–, porque fue soberbio creyendo que las leyes de la naturaleza no aplicarían a él y por eso fue castigado.

–Eso es triste...

–¿Tú crees? Yo creo que es una lección.

–¿Lección de qué?

–De que si eres imprudente y actúas sin conciencia entonces serás castigado.

–Pero...

–Pero –continúa–, también es una lección de lo que es la juventud en realidad, porque dependiendo del punto de vista la imprudencia puede ser descrita como valentía, no sé... si yo tuviera la posibilidad de ir más alto creo que también lo haría, a pesar de las advertencias y las posibles consecuencias, prefiero vivir un segundo de libertad que vivir una vida con miedo.

–Eres un rebelde –sonríe mirando con admiración al otro porque sinceramente él no podría hacerlo, volar tan alto a pesar de saber que podría morir quemado, arriesgarse... dar ese paso...–. Creo que viviré más que tú –agrega ahora riendo.

–Eso está por verse –acepta también riendo–, ¿seguimos? Me está empezando a dar hambre.

–¿Qué te gustaría comer? –Se apresura a correr tras el otro–. Yo te invito en agradecimiento por ser mi guía.

–Oh, ¿en serio? Entonces quiero cualquier cosa mientras sea costosa.

–¿Y si no te gusta? –Arruga su nariz–. No es justo, sólo quieres hacerme gastar dinero.

–Tú te ofreciste, ahora no te quejes –sigue riendo.

Jimin relaja su expresión ahora sonriendo, fijando entonces la mirada en las manos que se balancean a los costados del mayor y mordiendo su labio inferior cuando quiere tomarlas, ¿qué sería lo peor que podría pasar? Es sólo tomarlas... nada más...

Cuando Suga nota la mirada del vocalista a su lado, sonríe en silencio mientras por sí mismo estira una de sus manos para tomar la pequeña que tiembla entre sus dedos.

–Si tú no eres capaz de arriesgarte puedo hacerlo yo –menciona captando la atención de los ojos que ahora lo miran con sorpresa y confusión–, no me importa morir quemado si es tomando tus manos.

–Eres un rebelde –insiste sonriendo avergonzado.