from eden

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((Ship: Joshler))

((Escuchar canción de la multimedia))

Durante años siempre lo ha visto, desde lejos, admirando sus fracciones, contando cuantas pecas tenía en el rostro, tratando de ver si podía capturar el momento en el que sus ojos se volvían suaves y su sonrisa gritaba que era del cielo.

Lo amaba, lo amaba demasiado, dolía, pero no le importaba.

Se vieron por primera vez en el Edén, él era una serpiente, tenía que tentar a los humanos, y lo hizo, gracias a que el ángel se encontraba admirando las flores del otro lado del jardín.

Después de eso supuso que había recibido una queja por parte de sus superiores por dejar su trabajo por un momento, y es por eso que la primera vez que se vieron el ángel solo le dijo palabras hirientes y se fue, pidiéndole que no se le acerque nunca más.

Supo su nombre durante la inquisición, los dos se encontraban en el mismo callejón de las calles de España, pero por razones completamente diferentes.

El ángel estaba ahí para confundir a unos inquisidores, que habían tornado sus intenciones de matar a brujas a matar cualquier persona que podían solo porque tenían el deseo; estaba tratando de hacerse pasar por un muchacho de baja clase, haciendo que el verdadero muchacho que estaban buscando se fuera por otro camino diferente, le había dado suficientes monedas para poder subirse a un bote y navegar hasta Inglaterra.

El demonio estaba ahí para esconderse de los inquisidores, quienes en serio creían que era una bruja solo porque tuvo la mala suerte de servirse una copa de vino gracias a milagros, nunca teniendo que tocar la botella.

-¿Tú qué haces aquí? –el ángel preguntó, su tono enojado, el demonio se dio la vuelta, no dándose cuenta de que tenía compañía.

Sus piernas se sentían de gelatina, era la primera vez desde el Edén que se habían visto cara a cara. Las palabras tardaron en salir, atorándose en su garganta y haciendo que solo diga sílabas que proponían el inicio de una oración diferente cada vez.

-Yo...yo estaba escapando de los inquisidores –aclaró su garganta, tratando de tener una mejor postura—. ¿Tú que haces aquí?

-Estoy...escapando de los inquisidores.

-¿Un ángel? ¿Escapando de los inquisidores? Se suponía que todo esto era algo de tu gente.

-No lo es, son humanos estúpidos que creen que todos adoran a...tú lado.

-Interesante –un silencio incómodo los rodeó por unos momentos—. ¿Y qué hacemos ahora?

-Esperar hasta que la conmoción pare.

El demonio se dio cuenta de los miles de pasos provenientes de los dos lados del callejón, sonaban como personas corriendo, también podía escuchar gritos, personas exclamando "¡Bruja!" o similares, y otras simplemente pidiendo socorro. Se supondría que tenía que amar ese momento, gente muriendo, sufrimiento, dolor.

Lo aborrecía, no creía que era justo matar a tantas personas sin razón.

-Supongo.

El silencio volvió a llenar el callejón, lo único que se podían escuchar eran los sonidos de afuera, y los dos se estaban incomodando con ellos.

-¿Cómo te llamas? –el demonio decidió hablar, su cabello castaño pegándose a su frente gracias al calor que había en ese pequeño callejón—. Supongo que si vamos a estar aquí por un tiempo, tendríamos que al menos conocer nuestros nombres.

-Me puedo meter en problemas por eso.

-¿Por decirme tu nombre? No creo, te digo el mío, Tyler, listo, no estoy ardiendo en llamas o algo así.

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