Entre Las Sombras

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Me había desperte más temprano de lo normal, tomé mi desayuno y me dediqué a buscar durante todo el día alguna referencia sobre el grimorio, ¡nada! Era como si su autor nunca hubiera existido.

Decidi que la mejor opción sería intentar buscar información con métodos poco ortodoxos.

Traté de concentrarme durante las clases del día pero lo único que tenía en mi mente era saber más sobre el origen del libro y su autor.

Pasada la media noche tomé la decisión de ir a buscar más información sobre el grimorio y el tal hombre sombra, me encamine a la biblioteca.

El único sonido eran mis pasos, mi respiración; nunca soporté romper law reglas pero esto era diferente.

La sección prohibida de la biblioteca estaba protegida por un enorme cerrojo antiguo; respire y tomé la decisión.

-"alohomora" - en un susurró y un click el cerrojo cedió, logre colarme dentro.

Estaba decidida a encontrar el origen de mis dudas, era cómo si fuera una sed de conocimiento o curiosidad más allá.

Decidi apreciar los enormes tomos de libros trazando con mi dedo entre sus lomos.

-"¿buscaba algo?-De entré las sombras una figura alta aprecio y me tomó la mano; no tuve oportunidad ee gritar.

-"Pro... Pro..... Profesor......"- no logré elaborar más que eso, la serpiente me había comido la lengua.

-"vaya pero parece que la sabelotodo se ha quedado por primera vez sin palabras, es un maldito milagro"

-"50 puntos menos por estar fuera del toque de queda  y 50 menos por ingresar a la sección prohibía"

"ahora bien señorita granger, que la trae a el área restringida de la biblioteca a deshoras;
¿acaso agotó todo el material de lectura del colegio?- su sarcasmo era palpable en cada palabra.

" n... Nada señor..... "-preferi evitar más problemas y evite revelar más información de la necesaria.

-"¡Retirese Granger!
Está semana espero no tenga planes luego de la cena, deberá cumplir con una serie de castigos..

Asentí con resignación, otro castigo con el malhumorado pocionista era lo último que deseaba.

*Pov Severus Snape*

Había decidido adentrarse en la sección prohibida de la biblioteca con la esperanza se encontrar su dichoso libro, pero encontró algo mucho mejor.

Al entrar un aroma a jazmín y lavanda se impregnó en sus sentidos; era ella.
En sus años como espía había logrado el arte de acechar sin ser detectado, logró verla rozando sus delicados dedos por los lomos de los libros, era un toqué delicado como si se tratara de tocar un alma; se mantuvo acechando y admirando a la joven gryffindor hasta que decidió hacerse notar, lo único que deseaba era poder probar sus labios e inhalar el aroma a jazmín y lavada del cuello de la castaña.

Era tan inocente cuando se ponía nerviosa.

Tendría tiempo para divertirse con la castaña en sus castigos

Pobre sabelotodo lo que le esperaba en las mazmorras.

Journal noirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora