Capitulo XI

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______ se asomó por el rabillo del ojo y lo vió. Ahí estaba el...el doctor Gray con una sudadera rojo vino desgastada y unos vaqueros viejos. Tenía sus gafas hasta el puente de la nariz y sus ojos azules se veían apagados. Su caminar era encorvado por el paso de los años. Se giró y ella se escondió de inmediato para no ser vista.

Mala suerte.

—¿Quién anda ahí?— preguntó.

_____ miró a John y este le negó con la cabeza para que no se moviera o se dejará ver.

— ¿_____?— añadió confundido.

¿Cómo podía saber que era ella?

_____ se levantó y salió de su escondite a pesar de los reproches de John.

El doctor Gray la miró con confusión y una mezcla de tristeza.

—¿Cómo sabía que era yo?— le preguntó curiosa.

— Sólo pocas veces sentí está atracción en mi vida y todas fueron cuando trabajaba en el Hospital Psiquiátrico...— respiró profundo— cuando trabajaba contigo.

— Yo... lamento haber entrado a su casa sin permiso. — se disculpó y el asíntio.

— Descuida, sabía que algún día vendrías.

—¿Porqué dice eso?

— Cuando eras más pequeña me dijiste en una sesión que tú eras más grande y habías viajado al pasado en una versión más joven de tí, por eso supuse que el día que en mi presente pasara eso, vendrías a buscarme.

— Tengo muchas preguntas— le respondió.

— Y yo tengo respuestas— hizo una seña para que tomarán asiento y ambos hicieron caso— Dime ¿Cuáles son tus preguntas?

_____ señaló a John con la cabeza y el lo miró.—¿Lo conocé?— preguntó y el doctor negó con la cabeza.

— ¿Porqué debería?— sobo su barbilla—, aunque no te niego que algo en él me es familiar.

— El es... John constantine.

Al mencionar su nombre, el doctor Gray palidecio y abrió los ojos como platos. John le miró confundido y luego miró a ______.

— ¿Qué tengo yo que ver en esto?— le pregunto John a _____ en busca de una explicación.

— Mary Ann era tú madre — Hizo una pausa — y tú padre...

— Soy yo— interrumpió el doctor Gray, dejando a John aún más confundido.

— ¿De qué habla? Yo no lo conozco.

El doctor se levanto las gafas para limpiar las Lágrimas que se habían escapado y luego miró con ternura y culpa a John.

— Tú madre era la mujer más linda y tierna que conocí, ella decía poder conocer la vida de la gente o cosas de su pasado pero...— su rostro se afligió al recordar— yo nunca le creí, mi trabajo me lo impedía y la herí, ella me dejo y se los llevo cuando sólo eran unos pequeños, luego volvió a casarse y nunca supe más de ustedes.

—¿Se los llevo? ¿A quiénes?

— A tí y a tú hermana.

John no podía creer que tuviera una hermana, eso era imposible ¿Cómo podía ser cierto si nunca la había visto?

—¡Mientes!— le gritó—, yo no tengo ninguna hermana.

— Si la tienes— respondió seguro.

Entrelazados [Constantine y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora