Entrelazados [Constantine y Tú]

Amenazados.

Dimitri les ayudo a llegar a una cueva donde estarían más seguros mientras encontraban una explicación a lo que había sucedido.

_______ miró a Constantine que estaba dormido sobre el lecho de una piedra. Su pelo castaño, pero brillante. Tenia los labios carnosos, rosados y húmedos. Lo había visto relamerse varias veces, y entendía el motivo, ahora John Constantine sentia la necesidad de alimentarse de la esencia de los demás.  Por muy dormido que estuviera, percibía el olor de algo delicioso, y ansiaba probarlo.

Su ropa estaba hecha jirones, tenía unos cuentos golpes y manchas de salpicadura de sangre. Pero a pesar de todo conservaba su tez pálida, pero con un rubor perfecto en los lugares adecuados.

John se había convertido para ______ en su enfermedad y su cura.

____ posó una de las rodillas en aquel lecho improvisado y se acurruco sobre el pecho de John. El no se quejó, permaneció en silencio y su expresión siguió siendo serena.

Con la yema de sus dedos recorría el rostro de John y acariciaba su cabello. De pronto el pensamiento de que sus prendas estaban demasiado dañadas y el pensar en que si no las tuvieran puestas podrían hacer otras cosas le hizo ruborizar.

《 No deberías pensar eso》le dijo su consciencia.

《Es que es inevitable》 Suspiro 《Es perfecto》 Pensó.

《Deja de mirarlo》 le repitió su consciencia.

En circunstancias normales, estaría hablando con las tres almas que vivían anclados a ellos. Sin embargo, ya no estaban con ella, sino ahora estaban anclados a John,  y ella había tenido que recurrir a hablar consigo misma.

—John— dijo con la voz ronca.

No debía haberse recuperado todavía y ella sintio una punzada de culpabilidad. Debería levantarse y alejarse de él. Debería dejar que se recuperara.

Pero... ¿y si no podía despertar?

—Despierta, John— dijo, después deposito un dulce y tierno beso. John abrió los ojos y le dedicó una sonrisa.

— ¿Dormi demasiado?— le pregunto estirandose.

La camisa se le abrió sobre el pecho, tan solo un poco, pero lo suficiente para que ella pudiera ver uno de sus tatuajes. Era de tinta negra, pero estaba ya descolorido y pronto desaparecería como lo habían hecho los demás. Eran tatuajes con muchos círculos que se conectaban en el centro. Y no eran solo un bonito adorno, sino una protección contra la muerte. Tal vez eso le habría salvado de morir.

—¿Te encuentras bien?— Le pregunto sacándola de sus pensamientos.

—¿Eh? ¡Si!.

John apoyo sus manos sobre la cadera de ______. Era una posición muy íntima, pero no tenían tiempo para disfrutar de ella. Solo tenían un minuto, o tal vez dos, antes de que las almas deztrozaran  la concentración de John y la fiera de _____ reclamara su atención a base de rugidos.

______ le miró y se perdió en aquellos oscuros y profundos ojos.

—Por favor— Susurro.

John comprendió a lo que se refería. Ella quería un minuto para ellos. Le rodeó el cuello con los brazos y lo besó.

Sus lenguas se encontraron y, por un momento, el se perdió en su dulzura. Ella era como chocolate mezclado con algo picante, cremosa pero también especiada.

Si em fuera una persona normal y ella una chica normal, seguro seguirían besándose y ocurriría algo más entre ellos. Pero esa no era su situación en este momento, se conformaban con unos minutos tranquilos y solos.