ᴀʟ ᴘɪᴇ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴏɴᴛᴀÑᴀ (ᴡᴀɴɢxɪᴀɴ)

Capítulo 5

"Reencuentro"

Wei WuXian

Lan Zhan no había cambiado, su instinto protector siempre le ganaba cuando se trataba de algo que él quería mucho.

Me siento tan feliz al verle de nuevamente, jamás creí tener la oportunidad de poder volver a verlo con vida.

Con la elegancia muy característica de él, combatía a los cuerpos, miré al chico que estaba al lado de A-Yuan, y fui de inmediato donde él.

—Hola —salude al chico —¿de casualidad no tendrás una bolsa atrapa espíritus que te sobre?

El chico me miró con confusión.

—¿Quién eres? ¿Estás loco? —estos niños de ahora son groseros.

—JingYi —la voz de mi marido resonó aun cuando él seguía en plena batalla indicando que no me dejaba de vigilar—dale lo que pide.

El chico con miedo me entregó la bolsa.

—Gracias — la tomé y le regale una sonrisa.

Y fui con rapidez a auxiliar a Lan Zhan.

Abrí la bolsa y dejé que Lan Zhan hiciera el resto.

Como era de esperarse no tardo mucho, y la tranquilidad volvió a reinar en el lugar.

Iba a arrojarme a los brazos de mi marido, cuando escuche una voz en mi espalda.

—Papá ¿conoces a este joven maestro? — lo sabía, mi A-Yuan era ese chico. Mi instinto no me engañaba y estaba muy seguro de que también mi rabanito había entendido todo.

—A-Yuan, JingYi —les entregó la bolsa sin contestar las preguntas—vayan a purificar y enterrar los cuerpos de la familia Mo. Más tarde hablaremos.

—Papá yo...— mi cachorro quería seguir hablando, pero cuando a Lan Zhan se le mete una idea, no existe nadie en el mundo quien se la quite.

Bueno yo, sí.

—Obedece Sizhui — respondió severo, algo ansioso.

—Si papá — mi niño era obediente.

Cuando los chicos se fueron, me voltee a Lan Zhan.

Pero no me dio tiempo de hablarle cuando unos brazos me rodearon.

—¿Eres tú? — se separó y toco mi rostro con sus manos, se sentían tan cálidas —¿Eres mi Wei Ying?

Toqué su mano, y froté mi mejilla en ella —cumpliste tu promesa Er-Gege.

—Con otro cuerpo, con otra voz —sentí un beso en mis labios —Wei Ying siempre será Wei Ying— dijo uniendo su frente con la mía.

—Si Lan Zhan —disfrute del momento.

Entonces, los recuerdos de todas las dificultades de lo vivido, de lo poco que pude estar con nuestro hijo, con lo mucho que nos amábamos, me arrojé a sus brazos.

—Te extrañé Lan Zhan, sin ti comprobé que no soy absolutamente nada— lloré.

Sentirme tan seguro, tan cálido y a gusto, era una sensación que nadie me podía brindar más que él.

—Wei Ying —beso me frente -—yo solo estaba vivó, porque la otra mitad de mi corazón la tenía A-Yuan, y no podía dejarle solo.

Esas palabras calaron hasta mis huesos, y no pude evitar ponerme a llorar aún más como niño chiquito.

—Te amo HanGuang-Jun, te amo mucho.

Besar sus labios, son la mejor sensación del mundo, algo que haría toda la vida. Y esos labios que no me querían soltar en estos momentos, que llenaban mi corazón, solo podían ser los de mi amado Lan Zhan.