Tras la fuga y destrucción del CDC, continúa la historia de Rick y el grupo de supervivientes, quienes siguen sobreviviendo en un mundo plagado de zombis apodados como "caminantes".
Después de abandonar Atlanta, son detenidos en la carretera por una...
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〘O6. CUÉNTAME TU HISTORIA〙 ༆
AÚNVARIOSde los miembros del grupo seguían en medio del atasco, en la carretera, cuando ya cayó la noche. Claro, la técnica de dispersión no había quedado atrás, pues Glenn había terminado accediendo a llevar a T-Dog a la granja y ambos se habían ido.
La herida del moreno no estaba como para poner quejas, así que T-Dog se había marchado sin problemas con el asiático.
En cuanto a Asher, por más que quisiera ver cómo se encontraba su mejor amigo, se había visto obligado a permanecer junto a Carol, preparándole las provisiones y el cartel a Sophia. Sabía que Carl habría estado de acuerdo y hubiera hecho lo mismo; para los dos niños, Sophia era muy importante. Ahora, Carol, que no paraba de sollozar, se encontraba en la cama de la caravana con Asher, quien le apoyaba en todo momento; de cierto modo, sabía cómo se sentía. Kasper se hallaba junto a ellos también, a un lado de la única cama que había en el vehículo, tratando de conciliar el sueño.
Andrea limpiaba su arma muy concentrada en uno de los asientos de la mesa, mientras que Lynn estaba tirada sobre el otro, sin poder dormir. ¿Cómo hacerlo? Simplemente, no podía. No podía dejar de darle vueltas a su cabeza, así que, observaba un punto fijo en la oscuridad mientras no paraba de escuchar los llantos desolados de Carol.
Daryl, recostado con las manos bajo su cabeza en el pequeño pasillo que existía para poder desplazarse por la caravana, se decidió por fin. No aguantó más, por lo que se levantó y con las ideas muy claras caminó en dirección a las chicas; hasta Andrea concretamente. Se colgó su ballesta, la cual estaba junto a otras armas en la mesa.
—Necesito el cargador, daré una vuelta... a ver si le veo —pidió el arquero, con los ojos fijos en la rubia. Andrea ni le miró; le tendió lo que había pedido y siguió con su trabajo lleno de suma concentración. La pelirroja cambió su mirada de la nada a Dixon, mordiéndose el labio convencida. Lynn cogió sus cosas de la mesa, salió por la puerta tras él y se apresuró a alcanzarle. Llamó su atención al apuntarle con la linterna, provocando en Daryl que se girara para ver de qué se trataba.
—Te acompaño —fue lo único que dijo, para lanzarle una mirada a Dale, sobre el techo de la caravana haciendo guardia.
—Voy a dar una vuelta, a encender una luz en el bosque, si está allí, al menos la verá.
—¿Crees que eso es una buena idea ahora mismo? —cuestionó Dale.
—Vamos, Dale, no pasará nada. Y si algún caminante se acerca, mejor, lo necesito —aportó Lynn, despidiéndose del anciano con un gesto y pasando por el lado de Daryl, para seguir adelante y adentrarse al bosque de una buena vez. Él la siguió y caminaron en silencio en la oscuridad de la noche.
Los grillos resonaban por el lugar, mientras que ninguno de los dos decía una sola palabra. Daryl cargando con su ballesta y Lynn teniendo a mano el cuchillo. Sin embargo, recordando lo que tanto tiempo había tenido en la cabeza, la pelirroja cogió aire y antes de que pudiera decir algo, Daryl habló.
