Tras la fuga y destrucción del CDC, continúa la historia de Rick y el grupo de supervivientes, quienes siguen sobreviviendo en un mundo plagado de zombis apodados como "caminantes".
Después de abandonar Atlanta, son detenidos en la carretera por una...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
〘24. SEPARA Y VENCERÁS... O NO 〙 ༆
RICKINGRESÓALGRANERO, para luego subir hasta la ventana donde se encontraba sentado Carl.
—Tu madre me dijo que estarías aquí.
—Le dije que haría la guardia; As se fue hace un rato. Estaba harto de ayudar en la casa y me habló de que desde aquí había unas vistas preciosas. A él se lo enseño Lynn, ¿sabes?
—Es cierto —confirmó después de mirar al horizonte. Le tendió la pistola —. Cógela —el chico no habló, no la cogió, no hizo nada —. Lo que le pasó a Dale no es culpa tuya.
—Eso mismo me ha dicho Asher... —dijo —. ¿Y sabes qué? El caso es que murió, papá.
—Sí, ya, parece que eso es algo que ocurre a menudo por aquí. Y por eso te necesito. Se acabaron las cosas de niño; ojalá pudieras disfrutar la infancia, pero eso no va a pasar. Mucha gente va a morir: yo moriré, y mamá, y nunca estarás preparado para eso. Yo lo intento y no lo estoy. Lo que podemos hacer es evitarlo hasta que nos sea posible, yendo un paso por delante. Ojalá pudiera decirte algo mejor, no sé, algo más profundo... a mi padre eso se le daba bien. Pero estoy cansado. Por favor, cógela.
Carl acabó cogiéndola algo dudoso. Rick puso su mano en el hombro del pequeño Shérif y se perdió en las vistas de toda la granja y todo aquello que abarcaba; era cierto, las vistas eran preciosas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
T-Dog le tendió el revólver a Daryl, junto a la camioneta en la que preparaba las últimas cosas para salir.
—Solo tienes unas flechas.
—¿Es el de Dale?
—Sí —respondió.
—Ojalá supiera dónde está la mía —dijo. T-Dog acabó de preparar todo. Daryl miró al moreno con cierta incertidumbre, aunque, por otro lado, ¿por qué no? ¿Qué perdía preguntándole? —. Eh, tío, ¿puedes echarle un ojo a la pelirroja?