Tras la fuga y destrucción del CDC, continúa la historia de Rick y el grupo de supervivientes, quienes siguen sobreviviendo en un mundo plagado de zombis apodados como "caminantes".
Después de abandonar Atlanta, son detenidos en la carretera por una...
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〘22. ADIÓS, HERMANO 〙 ༆
—Oye, yo... —se intentó explicar Glenn —. Creo que tú llevas razón en muchas cosas, casi siempre, pero esto...
—Glenn, ¡te han metido miedo!
—No es uno de los nuestros y hemos perdido demasiada gente ya.
—¿Y tú qué? ¿Estás de acuerdo con él? —preguntó Dale a Maggie.
—¿No podemos tenerlo prisionero?
—Es otra boca que alimentar —habló por primera vez Daryl, apoyado en una de las esquinas cruzado de brazos. Lynn, recargada sobre una silla, conectó sus ojos por unos segundos, segundos que le reportaron fugazmente el subidón que habían tenido hacía ya un buen rato.
—El invierno puede ser duro —dijo Hershel.
—Podemos racionar —propuso Lori.
—Ya... —murmuró Lynn —. ¿Hasta cuándo?
—Bueno, podría sernos útil —repuso Dale —. Hay que darle ocasión de demostrarlo.
—¿Ponerle a trabajar?
—No vamos a dejarle suelto —se opuso rotundamente Rick.
—Le pondríamos vigilancia —aportó Maggie.
—¿Quién quiere ofrecerse para hacer eso? —inquirió con ironía Shane.
—Yo mismo.
—No creo que ninguno deba andar por ahí con ese chico —habló Rick.
—Tiene razón, yo no me sentiría segura si no estuviera atado —dijo Lori.
—No podemos ponerle unas cadenas en los tobillos y condenarle a trabajos forzados —añadió Andrea.
—A ver, digamos que lo hacemos, ¿vale? Y tal vez nos sea útil y hasta sea majo —comenzó Shane —; bajamos la guardia, él sale corriendo y vuelve con sus treinta hombres...
—¿De modo que la solución es matarlo para evitar un crimen que es posible que ni siquiera intente? Si lo hacemos aceptaremos que no hay esperanza, que la ley ha muerto y con ella la civilización.
—No me jodas...
—Podríais llevarle aún más lejos y dejarle como pensabais —argumentó Hershel.
—No, por poco no vuelven la última vez —recordó Lori —. Hay caminantes, podría averiarse el coche, no sé, podríamos perderos.
—O caer en una emboscada —comentó Daryl.
—Tienen razón, no debemos arriesgar a los nuestros por él —concordó Glenn.
