Tras la fuga y destrucción del CDC, continúa la historia de Rick y el grupo de supervivientes, quienes siguen sobreviviendo en un mundo plagado de zombis apodados como "caminantes".
Después de abandonar Atlanta, son detenidos en la carretera por una...
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〘27. JUNTO AL FUEGO QUE SE EXTINGUE 〙 ༆
DESPUÉSDEUNRATO luchando para nada, porque es que aquello era interminable, todo empezó a ir mal como era de suponer.
Por un lado, Maggie y Glenn se vieron obligados a dar marcha atrás y abandonar la granja, muy a pesar de los vagos intentos de la mayor de los Greene por quedarse.
T-Dog y Andrea visualizaron a Beth, Patricia, Carol, As y Lori tratando de huir de la casa, cuando todo se torció también y mordieron a Patricia. La cosa es que Asher y Carol se desviaron por aquello, y Andrea que había tratado de ir a ayudarlos, había fracasado al verse emboscada ella tras salvar a Carol de uno. Después de aquello, Asher había salido corriendo, disparando como le habían enseñado y esquivando a muertos vivientes por un lado, mientras que por el otro había salido Carol, con un tronco en la mano como última defensa tras perder a Andrea de vista.
Carl y Rick se adentraron por la linde del bosque en dirección a la casa para ir a por lo demás y escapar, pero solo habían encontrado allí a Hershel, que era él único que se había quedado, protegiendo lo que no podía ser protegido. Escaparon juntos tras aquello, cogiendo el coche aparcado en la entrada, el de reserva.
Lynn se había dado una última vuelta en busca del resto, pero allí no había hallado a nadie... Bueno, a parte de a Carol, que se la había encontraba arrinconada con un tronco como única arma defensora. La pelirroja había disparado, abriéndole paso hasta su vehículo, en el cual había ocupado el lugar de Kasper –que se había visto obligado a moverse de su lugar –puesto que el Jeep solo tenía dos asientos, los delanteros.
—Su carruaje ha llegado —había dicho con ironía, aunque en realidad sólo trataba de ocultar la preocupación que llevaba encima por no haber visto a Asher. Carol, asustada, respiraba con pesadez a su lado mientras Lynn conducía; la duda se apoderó de ella —. ¿Y As? ¿Le has visto? ¿Está bien?
—Yo... no... no lo sé, la última vez que le vi estábamos yendo con los otros —respondió, volteándose a ver como el pajar ardía y la granja era totalmente invadida. Lynn apretó el volante con sus manos y miró al frente; solo esperaba que estuvieran bien, todos.
Mientras tanto, unos minutos antes, Asher huía con la pistola en la mano, girándose de vez en cuando a disparar y pidiendo ayuda para ver si quedaba alguien en la granja. Lo tenía chungo. Corría, no tenía nada más en mente; correr era lo único, mientras era perseguido perfectamente por lo menos por una docena de caminantes.
El chico consiguió llegar hasta el camino como pudo, cuando escuchó un motor. Menos mal, Daryl Dixon apareció en su moto para salvarle de aquel desastre.
—Vamos, chico, no tengo todo el día —dijo a modo de alentación para invitarle a subir a la parte trasera de la moto. As no se lo pensó demasiado y confió ciegamente en el arquero cuando se agarró a su cintura y le sacó de allí; confiaba en él, no lo dudaba. Asher dejó su cabeza reposar sobre la espalda de Daryl, quien al principio se tensó ante aquel gesto inesperado, sin embargo, tras un tiempo conduciendo, empezó a acostumbrarse y a sentirse incluso cómodo con el tacto del chico, que no paraba de darle vueltas a la cabeza; ¿qué habría pasado con el resto del grupo?