Parte 4 9/10

2K 221 54
                                    

Kara se despertó con un horrible dolor de cabeza y una fuerte luz entraba por sus ojos. Tardó unos instantes en acomodar la vista y poder ver dónde estaba. Eso no era la residencia de los Danvers. Volvía a estar en los calabozos de la fortaleza. ¿Qué hacía allí?

Se incorporó rápidamente lo que le provocó un fuerte pinchazo en la cabeza.

- Tranquila. Relájate, mi niña. - le decía Eliza Danvers.

- ¡Eliza! ¿Qué está pasando? - preguntó alertada.

- Son los daxamitas. Han conquistado la fortaleza.

- ¿Cómo es eso posible? ¿Cuándo ha pasado?

- Han entrado en la madrugada. No sabemos cómo.

- ¿Dónde está el resto? ¿Alex? ¿Lena? ¿Kal?

- Kal está ahí, inconsciente. - dijo señalando a un lado donde estaba el hombre dormido. En aquella celda no solo estaban ellos tres, había más miembros del consejo y científicos. - Alex, no lo sé. Por lo visto, os encontraron a vosotros dos en el patio inconscientes y os arrastraron hasta aquí.

- ¿Y Lena?

- Kara, cariño, los Luthor llegaron con los daxamitas. Lena está con ellos.

Y Kara sintió una parte de ella romperse. ¿Tendría Lena algo que ver con eso?

- ¿Y papá?

- Salió a enfrentarlos cuando entraron. No lo he vuelto a ver. - dijo triste Eliza.

- Seguro que está bien. - la intentó reconfortar.

- No, no lo está. - dijo apareciendo una mujer por la puerta de los calabozos.

- Lillian Luthor... - gruñó Eliza.

- Cuánto tiempo, Eliza. Qué de vueltas da la vida, mira cómo estás. - se burló la Luthor.

- ¿Dónde está mi marido?

- Muerto. Vengo a buscar al principito, pero parece que sigue sin despertar. Parece que Lena se pasó con las drogas.

Lena los había drogado para que no lucharan. Los había dejado inconscientes y a merced del enemigo. La había traicionado.

- ¡¿Dónde está Lena?! - gritó Kara rabiosa.

- Está bien. Tranquila. - rio Lillian. - Es una chica muy lista, ¿no crees? Ha sido de gran ayuda.

- Lena jamás os ayudaría.

- ¿Por qué? ¿Por qué te ama? ¿Por qué estáis juntas? ¿Crees que te elegiría a ti por delante de su propia familia? ¿Lo harías tú? En fin, me voy a ir. No me sirve hasta que no esté despierto. - dijo señalando a Kal.

****

Lena se paseaba por los corredores del edificio de las oficinas reales. Había mucha tarea por hacer. Necesitaban organizarlo todo para tomar la ciudad una vez lo habían hecho con la fortaleza. Ella debía encargarse de mantener los suministros y recursos en la fortaleza controlados.

Después de tantos años de lucha, por fin habían logrado capturar a los usurpadores y podrían ponerle fin a esa estúpida guerra. Por fin, habría paz. Lena llevaba años soñando con ese momento, con ver a la gente salir a la calle sin temor, a rezar a sus dioses sin miedo y vivir la vida como ellos querían. La tiranía de la Casa de El estaba a punto de acabar.

- Dame una razón para no matarte. - dijo la voz de Alex a sus espaldas mientras notaba un cuchillo en su cuello.

- Para no ser hermanas de sangre, decís las mismas frases o parecidas. - dijo tranquila Lena frenando en seco.

Dioses y guerras [Supercorp AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora